Aranceles a todos los países que importen petróleo o gas de Venezuela. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado este lunes con más aranceles, en este caso del 25%, a quienes compren petróleo y gas venezolano, como España. Y lo hace pese a que hace unos días llegó a un acuerdo con el Gobierno de Nicolás Maduro para retomar las deportaciones de inmigrantes a su país, en lugar de enviarlos a terceros como El Salvador. Lo ha anunciado en un mensaje que ha publicado en su red social, Truth Social, en el que ha dicho que estos nuevos gravámenes entrarán en vigor el 2 de abril pero no ha concretado desde cuándo se contabilizarán esas compras de energía a Venezuela.

"El presidente Donald J. Trump ha anunciado hoy", dice la publicación que firma el magnate, "que los Estados Unidos de América impondrá lo que se conoce como un arancel secundario al país de Venezuela, por numerosas razones, incluyendo el hecho de que Venezuela ha enviado a propósito y de forma engañosa y clandestina a EEUU a decenas de miles de criminales de alto nivel y otros, muchos de los cuales son asesinos y personas de naturaleza muy violenta. Entre las bandas que han enviado a Estados Unidos está el Tren de Aragua, que ha sido designada como una 'Organización Terrorista Extranjera'. Estamos en proceso de enviarlos de vuelta a Venezuela, ¡una gran tarea! Además, Venezuela ha sido muy hostil hacia EEUU y las libertades que enarbolamos", ha escrito.

"Por eso, cualquier país que compra petróleo y/o gas de Venezuela será obligado a pagar un arancel del 25% a los Estados Unidos en cualquier intercambio comercial que hagan con nuestro país. La documentación se firmará y registrará y los aranceles entrarán en vigor el 2 de abril, 2025, EL DÍA DE LA LIBERACIÓN DE AMÉRICA", ha añadido.

Donald Trump ha retrasado en varias ocasiones los aranceles que tenía previsto implementar a Canadá y México hasta, por el momento, el 2 de abril, cuando también está previsto que entren en vigor los que ha bautizado como "recíprocos" y que afectarán a todos los países del mundo -y en concreto, a la Unión Europea- que EEUU considere que presentan algún tipo de bache para el comercio de sus bienes, ya sea por la imposición de aranceles, la subvención de alguna industria o por cualquier tipo de regulación.

En 2024, España importó más de 3 millones de toneladas de petróleo de Venezuela, un 4,7% del total importado ese año, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES) que ha publicado la agencia de verificación Newtral. Con respecto al año anterior, supuso un aumento del 116% respecto al año anterior, algo que en el país ha criticado Vox al considerar que España está haciendo negocios con un "tirano". Sin embargo, y pese a que en términos interanuales las compras de petróleo a Venezuela hayan aumentado durante los últimos años, cuando más petróleo venezolano se compraba fue durante la legislatura de José María Aznar (PP) y en concreto en 2002, cuando adquirió 4,5 millones de toneladas, el 7,9% del total.

Lo habitual cuando un país quiere castigar a otro por el apoyo a un tercero es que establezca sanciones, y no aranceles, con lo que no está claro cómo funcionarían estos gravámenes. Trump y sus asesores han explicado que consideran que las sanciones se usan demasiado y que amenazan la preeminencia del dólar, con lo que consideran que los aranceles serían más efectivos. Por el momento la Casa Blanca no ha dado detalles sobre su funcionamiento o concretado cuándo firmará el presidente la orden ejecutiva que lo especifique.

En cualquier caso, que Trump anuncie este lunes un castigo a Venezuela es llamativo en tanto que EEUU envió este domingo un primer avión con deportados a Venezuela, después de que ambos gobiernos alcanzasen un acuerdo para aceptarlos. El ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, recibió a los 199 migrantes cerca de Caracas y dijo que formaban parte del programa Regreso a la Patria. Estados Unidos llevaba semanas centrado en conseguir que el Gobierno venezolano aceptase vuelos con deportados porque de lo contrario se veía obligado a conservarlos -y pagar por su manutención- o a negociar con terceros países que estén dispuestos a recibirlos a cambio de un pago.

Durante su campaña electoral, Trump prometió que llevaría a cabo la mayor deportación de la historia para enviar a casa a los cientos de miles de venezolanos que han entrado en Estados Unidos durante los últimos años, en un gran repunte migratorio. Pero su mala relación con el régimen de Nicolás Maduro complicaba esas devoluciones, y hasta ahora el Gobierno estadounidense no había podido enviar vuelos de deportados a Venezuela. Al principio, Maduro aceptó recibir vuelos pero después de que la Administración Trump revocase una política de Biden que levantaba algunas sanciones a Venezuela, el mandatario cerró la puerta. Sin embargo, este fin de semana su Gobierno anunció que volvería a aceptar deportados, no sin antes ser amenazado con nuevas sanciones.

"Emigrar no es un crimen, y no descansaremos hasta que consigamos el regreso de todos aquellos necesitados y hasta que rescatemos a nuestros hermanos secuestrados en El Salvador", dijo en un comunicado el Gobierno de Venezuela. El fin de semana pasado, la Administración Trump envió varios aviones con venezolanos a El Salvador, donde su presidente se había ofrecido a recibirlos, y pese a que un juez ordenó el regreso de los vuelos por considerar que Trump no podía utilizar una ley de hace dos siglos para enviar "en caliente" a cientos de personas a otro país sin un juicio justo. Ahora, ese mismo juez trata de decidir si el Gobierno desobedeció su orden a sabiendas y ha pedido que explique en detalle por qué llevó a cabo así las deportaciones exprés.