“¿Por qué decimos que necesitamos importar a extranjeros, incluso traerlos ilegalmente, cuando sabemos que los adolescentes solían trabajar en estos resort, que los estudiantes universitarios deberían ser capaces de hacer estos trabajos?”, dijo la semana pasada el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, en una charla en la que le acompañaba el zar de la frontera estadounidense, Tom Homan. 

“Sí, hemos tenido a gente que se ha ido por esas normas, pero también habéis sido capaces de contratar a otras personas. ¿Y qué hay de malo en esperar que nuestros jóvenes trabajen de forma temporal? Vamos a ver, así solía ser cuando yo crecí”, añadió.

El estado de Florida lleva años persiguiendo a las empresas que contratan a inmigrantes indocumentados, algo muy común en Estados Unidos ante la falta de mano de obra “barata”, es decir, que esté dispuesta a aceptar los trabajos con peores salarios. Como solución, su gobernador defiende una posible solución que ya ha recorrido buena parte del camino necesario para salir adelante: contratar a niños.

Este martes, el estado ha presentado un proyecto de ley -que puede consultarse en el enlace- para flexibilizar las leyes relativas al trabajo infantil, con el objetivo de que los niños a partir de 14 años puedan trabajar a cualquier hora y el tiempo que sea necesario. Si la aprueban, los adolescentes podrán trabajar en turno de noche entre semana, aunque por las mañanas deban ir al colegio o instituto, y tampoco tendrán un límite de horas. 

A día de hoy, las leyes del estado permiten que los jóvenes de 16 y 17 años trabajen pero no antes de las 6:30 de la mañana y tampoco más allá de las 11 de la noche, porque se considera que permitirlo podría afectar a su asistencia al instituto, así como a sus resultados académicos. También tienen prohibido trabajar más de ocho horas al día si al día siguiente tienen colegio, o más de 20 horas a la semana en las semanas en las que tienen clase, a menos que cuenten con la autorización específica de sus padres o de un tutor o profesor que lo justifique.

El año pasado, el estado intentó aprobar una propuesta parecida, que terminó fracasando en su camino legislativo. Quienes apoyan la medida defienden que trabajar ayudará a los adolescentes a aprender habilidades y a entender el valor del dinero, pero los críticos alertan del impacto que podría tener en su salud y su educación.

Con los cambios introducidos, los congresistas pretenden modificar la mayoría de aspectos de la ley para que en lugar de aplicar a partir de los 16 años apliquen a partir de los 14, además de eliminar las restricciones ya mencionadas. La ley ya ha sido aprobada en el Comité de Comercio y Turismo del Senado de Florida, y antes le dieron luz verde en otros dos comités. El próximo martes volverá a debatirse en la cámara.

Florida aprobó en 2023 una ley que obligaba a las empresas de más de 25 empleados a revisar el estatus migratorio de todos sus empleados a través de una base de datos federal a riesgo de enfrentarse a multas de mil dólares al día hasta hacerlo. Al mismo tiempo, el estado está flexibilizando las leyes que protegen contra el trabajo infantil: el año pasado, aprobó una ley que permitía trabajar a cualquier hora del día a los adolescentes de 16 y 17 años que no van al instituto -porque aprenden desde casa, ya sea de la mano de uno de sus progenitores o porque tengan clases virtuales-.

El número de incumplimientos de la normativa de trabajo infantil se ha triplicado en los últimos años, pasando de los 95 anuales en 2019 a los 281 tres años después, según las estadísticas del Departamento de Trabajo. En Estados Unidos es común que independientemente de las leyes que rigen el trabajo infantil las empresas contraten a menores para trabajos peligrosos. El pasado enero, dos empresas de envasado de carne aceptaron pagar entre las dos ocho millones de dólares después de que el Departamento de Trabajo revelase que ambas usaban a niños migrantes para trabajar en sus mataderos.

“Los adolescentes que se verán más perjudicados por esta ley serán los jóvenes de familias con bajos ingresos o aquellos indocumentados que se ven obligados por su situación a trabajar”, ha lamentado Nina Mast, analista del Instituto de Política Económica, en conversación con el Tampa Bay Times. Para ella, los legisladores de Florida están tratando de legalizar “los incumplimientos de la ley que a día de hoy las empresas ya están cometiendo” relacionados con el trabajo infantil.

Con la nueva ley, los adolescentes podrán trabajar más horas, pero continuarán teniendo prohibido desempeñarse en profesiones peligrosas como arreglar tejados o como matar animales en mataderos, pero los expertos consideran que no es suficiente. Cuando los jóvenes emplean más de 20 horas a la semana al trabajo, han encontrado varios estudios, es más probable que presenten un peor desempeño escolar y que terminen dejando el instituto.

“No deberíamos estar fijándonos en nuestros estudiantes para arreglar el problema que el presidente Donald Trump y los republicanos han provocado”, ha dicho el senador Shevrin Jones. “Bajar la edad legal para trabajar no es la llave para llenar el hueco en nuestro mercado laboral, la clave es arreglar nuestro sistema migratorio, que está roto, y eso no puede pasar por que Florida o Estados Unidos utilicen tácticas inhumanas para su propio beneficio político”.