"No estamos pensando en eso", dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, el lunes, cuando cundió el rumor de que podría estar planeando detener su plan arancelario durante 90 días que dio un gran respiro a la bolsa. Dos días después y menos de 14 horas después de la entrada en vigor de sus aranceles recíprocos, el líder americano cambiaba de opinión y anunciaba la noticia: todos los gravámenes que se habían activado este miércoles quedaban en pausa durante, justamente, 90 días. Según el mensaje que publicó, la tregua no se debe al caos que ha provocado en los mercados sino al "buen comportamiento" de la mayoría de países afectados por las tasas, porque han acudido a negociar con él y no han impuesto medidas en respuesta... aunque sí lo hayan hecho.
"He autorizado una pausa de 90 días y una bajada sustancial de los aranceles recíprocos durante este periodo, al 10%, también efectiva inmediatamente", anunció el presidente este miércoles en Truth Social. Trump dijo que más de 75 países se han puesto en contacto con EEUU para negociar "soluciones" a "los asuntos que se están discutiendo relativos al comercio, las barreras comerciales, los aranceles, la manipulación de monedas y los aranceles no monetarios", y además aplaudió que esos países no hubiesen, "gracias a mis sugerencias", dijo, respondido "de ninguna manera a Estados Unidos".
El plan del estadounidense, que supone un bandazo más en el relato de sus políticas comerciales, implica una pausa parcial de 90 días a los aranceles que entraron en vigor este miércoles, excepto los impuestos a China, con la novedad de que ahora crea un arancel universal del 10% para todos los socios comerciales de EEUU -salvo, de nuevo, Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Cuba, ya exentos antes-. Con respecto a China, Trump ha decidido subir significativamente los aranceles a sus importaciones, del 104 al 125%, en respuesta a las medidas que a su vez el país ha impuesto para combatir las del estadounidense. Los demás aranceles, como los aprobados para el aluminio y el acero, y los automóviles, se mantienen sin cambios, de la misma manera que sucede con los aranceles a México y Canadá.
"No tomes medidas en respuesta y serás recompensado", publicó en X, en mayúsculas, la cuenta oficial de la Casa Blanca tras el anuncio. Desde hacía unos días el mensaje parecía haber cambiado a ese, y así trataba de transmitirlo el secretario del Tesoro, Scott Bessent. "No respondáis, esperad y ved lo que pasa, porque si respondéis, habrá una escalada", aconsejó a los países afectados por los aranceles. Después, en la mañana de este miércoles, el mismo Bessent utilizó unas palabras del presidente español Pedro Sánchez para advertir de que aliarse con China era mala idea. Sería, en su opinión, como "cortarse el cuello" porque China hace "dumping" y "competencia desleal". En consecuencia, ha opinado, lo ideal es que el mundo haga frente contra China, no que se alíe con el país, y que no tomen represalias contra EEUU por los aranceles.
Sus palabras eran muestra de la preocupación que estaba recorriendo a la Administración Trump después de días de fuertes caídas en Wall Street y también en los bonos soberanos, que habían llevado a empresarios, políticos y la banca de inversión a rogarle por que parasen el tsunami arancelario. Lo que no parecía que estos agentes esperase, ni siquiera algunos miembros del Gobierno, era que Trump decidiese paralizar sus aranceles ya este miércoles a mediodía. Aunque después la Casa Blanca tratase de convencer de que todo estaba planeado cuidadosamente desde el principio.
El "arte de negociar"
"Anoche vi que la gente se estaba poniendo un poco escrupulosa", dijo Trump cuando un periodista le preguntó si había tomado la decisión por las fuertes subidas en el mercado de los bonos. Poco antes, el relato a las puertas de la Casa Blanca era distinto.
"Muchos de vosotros en los medios claramente no os habéis dado cuenta del arte de negociar", dijo después la secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, a los periodistas a las puertas de la Casa Blanca. No explicó, sin embargo, por qué la Unión Europea va a verse beneficiada del levantamiento de castigo de Trump pese a que está en el grupo de países que sí habían aprobado gravámenes del 25% en respuesta a los aranceles estadounidenses; ni por qué en un primer momento se comunicó que los aranceles del 10% también afectarían a Canadá y México, pese a que no se encontraban en la lista de países afectados por los nuevos gravámenes.
Lo cierto es que la pausa de Trump cogió por sorpresa a muchos de los miembros de su Gobierno, incluido el secretario del Tesoro, que tuvo que hacer malabares para contestar a las preguntas de la prensa, y el representante de Comercio, Jamieson Greer, a quien le llegó el anuncio cuando se encontraba compareciendo ante el Congreso para explicar las bondades de los aranceles.
Durante la audiencia, otros congresistas preguntaron a Greer sobre el por qué de la pausa de los aranceles, pero no supo contestar. Ante preguntas como "¿sabía usted que iba a pasar antes de empezar con su testimonio?", el representante contestó "voy a referirles a mi testimonio", respuesta que repitió hasta en cuatro ocasiones, también cuando fue presionado para que explicase si la decisión de Trump respondía a un deseo expreso de manipular el mercado, o cuando los periodistas le insistieron para que contestase con un "sí" o "no" a si sabía que la pausa iba a producirse.
"Scott Bessent y yo nos sentamos con el presidente mientras escribía uno de los mensajes en Truth más extraordinarios de toda su presidencia. El mundo está preparado para trabajar con el presidente Trump para arreglar el comercio mundial, y China ha escogido la dirección contraria", escribió en X el secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, en referencia al anuncio del presidente en su red social.
"Es el arte de negociar los aranceles recíprocos", respaldó la iniciativa también el gurú arancelario de Donald Trump y su asesor comercial, Peter Navarro, quien hace solo unos días defendía que los aranceles eran una genial herramienta porque iban a lograr que su Gobierno recaudase 600.000 millones de dólares al año [unos 554.500 millones de euros], unos seis billones de dólares [seis trillion anglosajones] a lo largo de los próximos diez años, unos ingresos con los que el Gobierno tenía previsto bajar impuestos a los ciudadanos del país.
Quienes sí acogieron la sorpresa con gusto fueron los mercados. Wall Street terminó al sesión registrando su mejor jornada desde 2008 y el tecnológico Nasdaq desde 2001. Después de días de fuerte volatilidad, el S&P 500 sumó un 9,5% y el Dow Jones un 8%. Con el rebote de la bolsa, las "siete magníficas" o empresas tecnológicas más valiosas del país recuperaron más de 1,8 billones de dólares en capitalización bursátil, un récord. Nvidia sumó 440.000 millones de dólares en solo una jornada, al subir sus acciones un 19%; Tesla vio cómo sus acciones se disparaban un 23% y Apple y Meta ganaron un 15%. Los precios del oro rebotaron hasta registrar su mejor día desde 2023, y los futuros del crudo, que marcan los precios del petróleo a nivel internacional, cayeron a su mínimo de los últimos cuatro años.
La bolsa abrazó que Trump no pensase cumplir, al menos por el momento, la parte más agresiva de sus planes arancelarios, que llevaban días haciendo caer los mercados financieros y de deuda y amenazando con romper el orden del comercio internacional. Así, el anuncio temporalmente calmó a los inversores, también a los economistas que habían revisado al alza sus previsiones sobre si Estados Unidos podría entrar pronto en recesión. Sin embargo, aun con la alegría de los inversores el S&P 500 terminó el día un 11% por debajo de su último máximo, que alcanzó en febrero.
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4 Comentarios
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hace 2 días
Se llama estrategia
hace 3 días
Todo esto habrá servido para que cierta gente, ya avisada y sabiendo la noticia previamente, haya ganado dinero al comprar antes del rebote de la bolsa.
Ya lo comento el naranjto, que era una época magnífica para hacerse rico
hace 3 días
Ave, Trump, los que te besamos el culo te saludan… y te agradecen la moratoria.
Los que desgraciadamente alguna vez nos hemos visto obligados a negociar con un tiburón empresarial sabemos que su primera oferta va a ser siempre una oferta de máximos (pidiendo la Luna) y que después se van a ir rebajando las pretensiones según vayan viendo cuales son las expectativas y las posibilidades reales de cobro. Ok, eso puede ser «arte de negociar», pero eso mismo se puede hacer sin faltar ni ser tan agreste y arrogante. En otra época, Al Capone o Lucky Luciano te hubiesen metido directamente un tiro entre ceja y ceja. No son maneras. ¿Dónde quedó aquello de la «cortesía diplomática»?.
hace 3 días
¡El arte de negociar! ¡vaya camelo!
¿Que se supone que hará dentro de 90 días si los paises no le besan el culo?¿volverá a hundir las bolsas y los bonos?
Respecto a China. ¿Cuanto tiempo va a resistir USA sin las importaciones de China y sin sus exportaciones a China?
Otra marcha atrás en breve que se dismulará con arte de negociar