El supersábado ha terminado siendo otro día de la marmota en la saga del Brexit. Interminable serial con giros de guion imprevisibles. Lo que se preveía como un día histórico en el Parlamento, que no se reunía un fin de semana desde hace 37 años, ha concluido en un galimatías político-jurídico. Lo ha saldado Boris Johnson a su manera: como los Comunes le han instado a solicitar a la UE una prórroga del Brexit, él se ha limitado a cumplir con la letra, pero su espíritu les ha dejado claro que no quiere más tiempo.
Este lunes el gobierno ha vuelto a intentar que se votara el Acuerdo de Retirada, tras retirarlo el sábado, pero el speaker (presidente del Parlamento) ha rechazado volver a pronunciarse sobre un asunto que ya pudo tratarse el sábado cuando en su esencia es el mismo tema y las circunstancias no han cambiado, a juicio de John Bercow. El martes puede plantearse en segunda lectura.
El sábado, a la par que debatían los parlamentarios, cientos de miles de personas, entre ellas el alcalde de la capital, el laborista Sadiq Khan, pedían en las calles de Londres un segundo referéndum sobre el Brexit. Según los organizadores de People's Vote, más de un millón de personas acudieron a su llamamiento en favor de volver a las urnas para replantear la salida del Reino Unido de la UE.
En esta singular jornada, cuando el primer ministro británico, Boris Johnson, ya veía a su alcance la puerta de salida de la Unión Europea, el Parlamento le ha asestado una nueva derrota. Al dar luz verde a la enmienda Letwin, ha obligado a solicitar una prórroga a la UE antes de la medianoche del sábado. Los manifestantes han mostrado su alegría al saber que Boris Johnson no lograba, todavía, su propósito.
Como prevención para evitar una salida sin acuerdo, la Cámara de los Comunes ha instado al primer ministro a enviar una carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la que pide más tiempo, si bien lo ha hecho sin estampar su firma para dejar claro que es un mandato legal. Y al mismo tiempo les ha aclarado que sería perjudicial para la UE y para el Reino Unido. Una Johnsonada.
Un juego de cartas
De hecho, según informa la BBC, Boris Johnson ha envíado tres documentos a la Unión Europea: la ampliación que exige la ley Benn, una nota de Sir Tim Barrow, embajador británico ante la UE, en la que se aclara que el primer ministro está cumpliendo con lo acordado en Westminster, y otra carta en la que Boris Johnson asegura a los Veintisiete que una prórroga sería un error.
Después de que se aprobara este sábado en los Comunes la enmienda Letwin por 322 votos a favor y 306 en contra, Boris Johnson ha hablado con Tusk, y también con el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel.
El primer ministro británico sigue convencido de que tiene tiempo para aprobar toda la legislación que requiere el Acuerdo de Salida, así como el texto en si, para salir el 31 de octubre.
La enmienda Letwin, llamada así por el diputado independiente, ex tory, Oliver Letwin, tiene como objetivo evitar una salida sin acuerdo. Está concebida para que no haya posibilidad alguna de que mientras se aprueba la legislación necesaria se llegue al plazo del 31 de octubre sin acuerdo y se ejecute una salida a las bravas.
Boris Johnson asegura por activa y por pasiva que no es su intención. Pero ya no le creen, así que los diputados, unos para evitar que este sábado fuera su jornada triunfal, otros para ganar tiempo, y algunos como los unionistas como pataleta por un acuerdo que creen que les deja a los pies de los caballos, se han aliado para aguarle la fiesta sabatina.
Mensaje a los conservadores
Pero Boris Johnson resiste y está convencido de que la derrota de este sábado solo ha sido un revés. El primer ministro conservador ha envíado una carta a los diputados y miembros de la Cámara de los Lores conservadores. Necesita 320 votos para que se apruebe el Acuerdo y sigue en campaña de seducción. Según los últimos recuentos de este sábado, tenía posibilidades de lograrlo por una diferencia de tres votos.
Los unionistas norirlandeses finalmente han votado a favor de la enmienda Letwin para ganar tiempo y rechazan el Acuerdo de Boris Johnson por dejara Irlanda del Norte vinculada a la UE.
En su mensaje a los conservadores, Boris Johnson deja claro que "no negociará una prórroga con la Unión Europea. Diré a la UE, lo que vengo diciendo en los 88 días como primer ministro: una prórroga no es la solución".
De este modo, Boris Johnson, según sus abogados, cumple con el mandato del Parlamento, ya que ha hecho llegar la demanda de prórroga que estipula la ley Benn, que ha de aplicarse según la enmienda Letwin, pero a la vez ha remarcado a los socios europeos y a sus diputados y miembros de la Cámara de los Lores que él no está por pedir más tiempo.
Sin embargo, es posible que la oposición lleve el caso a los tribunales de nuevo, ya que consideran que Boris Johnson no está jugando limpio. Ya le reprendió severamente el Tribunal Supremo por suspender temporalmente las sesiones de la Cámara de los Comunes un tiempo excesivo en un momento crucial para el Reino Unido.
El objetivo de Boris Johnson sigue siendo que el Acuerdo alcanzado con los Veintisiete se apruebe la semana próxima, con toda la legislación necesaria, y que el Reino Unido salga de la UE el 31 de octubre. El tiempo es muy justo, ya que también ha de dar su luz verde el Parlamento Europeo.
El propósito de los conservadores, según ha explicado Jacob Rees-Mogg, es que se vote el Acuerdo el lunes, si bien ha de dar su visto bueno el speaker, John Bercow. Si no se hace como moción, lo plantearán como proyecto de ley cuando ya esté lista toda la legislación, lo antes posible.
La sesión del sábado ha dejado momentos gloriosos, como la intervención de la ex primera ministra Theresa May, que ha defendido el Acuerdo de Boris Johnson. "Si quieren que haya salida con acuerdo, voten a favor del acuerdo", ha subrayado May, con gran elegancia.
También ha quedado muy clara la escisión escocesa. Los nacionalistas escoceses se sienten los grandes damnificados por el Acuerdo de Salida. Su rechazo puede desembocar en promover un nuevo referéndum de independencia, como ya ha anunciado su líder, Nicola Sturgeon.
Los socios europeos, que no descartan conceder más ampliaciones, tampoco tienen ganas de seguir dándole vueltas al Brexit. Para que dieran más tiempo tendría que haber unanimidad y convocarse una nueva cumbre.
De hecho, desde la Presidencia francesa se ha hecho saber que una prórroga "no interesa a nadie". Es decir, coincide con lo que explica en la carta que firma Boris Johnson y dirige al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli. ¿Cómo van a darle más tiempo a alguien que dice que es perjudicial para sus intereses?
El Brexit hace posible cabriolas que nunca antes habrías imaginado.
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