A nueve días del 31 de octubre, el suspense es máximo. ¿Logrará este martes Boris Johnson cumplir su promesa de hacer posible el Brexit sin más prórrogas? Aunque no se lo crean, la respuesta la conoceremos en unas horas. El primer ministro británico ha lanzado su órdago. Ha pedido a los diputados que aprueben el Acuerdo alcanzado con los Veintisiete para que el Reino Unido pase esta página y se dedique a sus prioridades y ha amenazado con retirarlo y celebrar elecciones si votan en contra.
Ha planteado el voto como la última oportunidad de no defraudar a quienes votaron por la salida de la Unión Europea. "No permitiré de ninguna manera más meses así. Si el Parlamento se opone a que hagamos realidad el Brexit, y en su lugar opta por retrasar todo hasta enero o más allá, este gobierno no podrá continuar en esas circunstancias. Y lamentándolo mucho, debo decir que retiraremos este propuesta de ley y nos encaminaremos a celebrar elecciones generales", ha dicho ante los Comunes.
"La mejor manera de evitar una salida sin acuerdo es votar a favor de este acuerdo", ha remarcado. Boris Johnson ha dicho que supone "la mayor restauración de soberanía de nuestra Historia". A juicio del primer ministro, retrasar el Brexit sería dejar el control del tiempo en manos de la Unión Europea.
De lo que se trata en la votación de este martes es de aprobar o rechazar que se tramite la ley sobre el Acuerdo de Retirada, en primer lugar. Y a continuación de dar luz verde o no a que se haga en tres días. Así Boris Johnson habría logrado ejecutar el Brexit el 31 de octubre.
El Acuerdo de Boris Johnson, que es en un 95% igual al de Theresa May, es, según el primer ministro, como la piedra Rosetta de los acuerdos. Hará posible una economía de sueldos altos e impuestos bajos, garantiza que todo el Reino Unido sale de la UE y recupera su soberanía, garantiza los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y británicos en la UE, garantiza que no haya frontera entre las dos Irlandesas y permite una cooperación próspera con la UE. Todo lo que el acuerdo de May no tenía, pese a ser muy similar.
Boris Johnson se ha encontrado con reproches severos, especialmente sobre la relación de Irlanda del Norte con la Unión Europea. La diputada independiente Catherine McKinnell ha replicado que los norirlandeses no son tontos y que no debe tomarlos como tales y por eso ha de explicarles lo que supone el acuerdo para ellos.
El diputado conservador Dominic Grieve ha señalado que el primer ministro debe reconocer que Irlanda del Norte no recupera su soberanía. Los unionistas norirlandeses están en contra de este plan porque consideran que su trato es diferente al resto de la Unión.
El primer ministro ha reconocido que hay acuerdos transitorios sobre algunos aspectos de la economía de Irlanda del Norte, pero pueden terminar en cuatro años, a menos que la mayoría en Stormont decida seguir. "El principio del consentimiento está en el corazón de estos acuerdos", ha subrayado.
El líder laborista, Jeremy Corbyn, ha pedido el voto en contra. "Si creíamos que era un mal Acuerdo antes de ver los detalles, ahora estamos seguros de que es peor que malo", ha apuntado Corbyn.
También ha señalado que los derechos de los trabajadores están preservados. Boris Johnson, en un tono amistoso, ha añadido que el Acuerdo puede mejorar cuando se negocien las relaciones futuras.
En la noche del lunes se publicó finalmente el desarrollo legal del Acuerdo del Brexit, que consta de 115 páginas. El plan es que voten seguir tramitándolo, lo que no logró la ex primera ministra Theresa May en tres ocasiones sin éxito. La última vez, en marzo pasado, aún le faltaron 58 votos. Según el recuento que ha realizado Sebastian Payne, del Financial Times, Boris Johnson tiene 320, cinco más que votos en contra.
En el caso de que Boris Johnson consiga el sí de los Comunes, entonces se votará una agenda exprés para que el proyecto de ley esté listo en tres días, un procedimiento que suele durar varias semanas. Si logra luz verde, los próximos tres días serán enfebrecidos. Un grupo de diputados partidarios de seguir en la UE promoverá una enmienda para que el Reino Unido siga formando parte de la unión aduanera de la UE. Le obligaría a reescribir el acuerdo.
También hay otra enmienda sobre un segundo referéndum del Brexit, con menos posibilidades. El voto definitivo en los Comunes y en los Lores sería el jueves según el calendario exprés.
Después se introducen las modificaciones, y una vez que esté lista la legislación se vuelve a votar. Si el plan llega a su fin como Boris Johnson pretende, el martes 29 podrá pedir a la Reina su permiso para enviar el acuerdo a Bruselas. El Parlamento Europeo aún tendría tiempo la semana próxima para ratificarlo en una sesión extraordinaria.
Comenzaría el 1 de noviembre un periodo de transición que se extenderá hasta diciembre de 2020. Durante este tiempo el Reino Unido seguirá dentro del mercado único y de la unión aduanera. Pero puede extenderse uno o dos años más , como ya ha declarado el jefe negociador de la UE, Michel Barnier. Será entonces cuando se negocie la relación futura entre la UE y el Reino Unido.
Suena como un sueño, pero Boris Johnson tiene este martes la última oportunidad de evitar una prórroga, que está solicitada en prevención. Si no sale adelante su plan, la prórroga será necesaria para evitar una salida sin acuerdo. Bruselas no pondrá obstáculos por muy cansados que estén todos.
Me duele que durante mi mandato hayamos tenido que tratar el Brexit cuando creo que no hay nada mejor que esta Unión para los ciudadanos... es una pérdida de tiempo y de energía", dice Juncker
Es tal el hartazgo en Bruselas que el presidente saliente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha dicho que el Brexit ha sido una pérdida de tiempo y de energía.
En el Parlamento Europeo, ha declarado, al realizar el balance de estos cinco años al frente de la Comisión: "En realidad, me duele mucho que durante mi mandato hayamos tenido que tratar con el Brexit cuando creo que no hay nada mejor que esta Unión para los ciudadanos... una pérdida de tiempo y de energía".
Ha añadido que lamente que el Reino Unido haya decidido salir de la UE. "Pero al menos podemos mirarnos a los ojos y decirnos que hemos hecho todo lo posible para asegurar que la salida sea ordenada", ha añadido.
El sábado, en cumplimiento de la ley Benn, y de la enmienda Letwin, el primer ministro envió dos cartas al presidente del Consejo Europeo, de la Comisión Europea y del Parlamento, con el fin de solicitar una prórroga preventiva, con el fin de evitar a toda costa una salida sin acuerdo. También envió otra misiva el embajador británico ante la UE, Sir Tim Barrow. Era una red de seguridad.
El presidente del Consejo Europeo saliente, Donald Tusk, ha asegurado este martes que la Unión Europea está a la espera de lo que decida Westminster. "Estamos listos para cualquier escenario pero una cosa debe quedar claro, como dijo el primer ministro Johnson, un Brexit sin acuerdo nunca será nuestra decisión".
Cada vez son más los que quieren pasar página, pero no deja de ser paradójico que después de tres años y medio, ahora todo se tenga que tramitar en tres días.
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