Dialog Semiconductor y el peligro de ser dependiente

La diversificación es uno de los mantras de la inversión. Cualquier asesor financiero que se precie, aconsejará a sus clientes que a la hora de invertir elaboren una cartera diversificada: tanto por activos como por exposición geográfica. Jugárselo todo a una sola carta es un riesgo que puede resultar fatal.

Este principio esencial para los inversores particulares no es menos cierto cuando se habla de una empresa. Los recientes años de crisis han dejado a las claras que la diversificación de segmentos de negocio y la presencia en distintos mercados ha supuesto en muchos casos una tabla de salvación para compañías golpeadas por el complejo contexto económico.

Y mucho más importante aún resulta tener una cartera de clientes amplia y variada. Esa es la lección que ha dejado este martes al mercado Dialog Semiconductor. El fabricante de componentes utilizados en la elaboración de productos tecnológicos como el móvil ha visto esfumarse en algunos momentos del día más de un tercio de su valor.

La razón de este descalabro, el mayor que sufría la compañía desde el año 2000, fue el mero rumor de que su principal cliente, Apple, podría estar planteándose prescindir de sus servicios.

Su relación con Apple le permitió escalar cerca de un 500% en bolsa en dos años

La historia de Dialog Semiconductor sobre el parqué es la del éxito de una pequeña compañía que encontró en Apple un caballo ganador. A sus lomos, sus títulos llegaron a revalorizarse cerca de un 500% en poco más de dos años, entre abril de 2013 y julio de 2015. Entre 2010 y 2015 sus beneficios se multiplicaron por más de 4,5 veces.

Y aunque entre 2015 y 2016, las dudas de Apple también le pasaron factura sobre el parqué, en los últimos meses ha experimentado una remontada que le ha llevado a duplicar su cotización desde el pasado verano.

Pero el clima de bonanza en torno a las perspectivas de la compañía se ha enturbiado repentinamente. Un informe elaborado por el banco germano Bankhaus Lampe, en el que afirmaba que "existe una fuerte evidencia de que Apple está desarrollando sus propios circuitos integrados de administración de energía y tiene la intención reemplazar, al menos en parte, el chip elaborado por Dialog", ha sido el detonante del varapalo.

Este no es el primer sobresalto que genera Apple a sus proveedores. Sin ir más lejos, la semana pasada, la compañía de servicios gráficos Imagination Technologies sufrió un descalabro superior al 62% cuando se supo que el fabricante del iPhone ya no contará con sus servicios.

La progresiva contratación de ingenieros por parte de Apple ha encendido las alarmas sobre si en sus planes a medio plazo estaría centrándose en el desarrollo interno de los distintos componentes de sus productos. Sin embargo, desde Barclays tranquilizan, al asegurar que los alrededor de 80 ingenieros con que cuentan en el gigante de Cupertino en las áreas relacionadas con la gestión de energía no están en disposición para competir con los 1.300 ingenieros con los que cuenta actualmente Dialog Semiconductor. "No lo vemos ni remotamente en una posición similar", señaló el banco inglés en un informe citado por Bloomberg.

Apple no empezaría a emplear sus propios gestores de energía antes de 2019

De hecho, desde Bankhaus Lampe, creen que los planes de Apple pasarían por contar con su propios componentes de gestión de energía a partir de 2019. Así, Dialog Semiconductor, que asegura no tener constancia de ningún cambio de planes en su relación con el fabricante de iPhone, tiene aún tiempo para prepararse si Apple decidiera romper los vínculos que les unen.

Quizás por ello el mercado redujo al final de la jornada el castigo a la compañía a poco más del 14%. Tras descubrir lo costosa que puede ser la dependencia, Dialog Semiconductor debería prioriza la búsqueda de nuevas relaciones.