Apostar por un reality show de guerrilla para denunciar la impunidad de los corruptos, como quiso hacer Podemos con el fallido Tramabús, no ha podido ser más inoportuno la semana que mejor rueda el sistema que aspiraba a denunciar: el martes la Audiencia Nacional llama a testificar a Mariano Rajoy por el caso Gürtel y el miércoles detiene al ex presidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González.
Nuestro primer impulso, cuando todavía aquel bus era noticia, fue compararlo con el que fletó Hazte Oír. Pero no, no es esta organización ultraconservadora en la que se inspiró Pablo Iglesias. Se parece mucho más a la mítica caravana de Lo que Necesitas es Amor con la que Isabel Gemio hacía de celestina por los pueblos de España. Era el programa de moda en los tiempos en que estallaban los casos como el Banesto, Roldán y Gescartera.
Más que al de Hazte Oír, recuerda el Tramabús a la caravana de Lo que necesitas es amor
Lo malo es que cuando la cosa se pone seria, los mayores cambian de canal para enterarse de las noticias de verdad. Y da igual dónde vaya hoy el bus de Podemos porque un coche de la UCO se ha llevado detenido al sucesor de Esperanza Aguirre.
Más que el teórico marxista Antonio Gramsci, el partido que aspiraba a asaltar los cielos parece tener de referente ideológico a Paolo Vasile. Y por eso ahora que Risto Mejide está a punto de estrenar un remake del clásico televisivo de los 90, saca Podemos su caravana para recorrer carreteras en busca de audiencia.
El nuevo All you need is Love... O no también ha empezado el casting rodando por España en busca de historias de amor. Va a ser un lío como se crucen los dos autobuses y más de un espectador de Telecinco se enamore de un imputado en plena confusión.
Da igual dónde vaya hoy el bus de Podemos porque un coche de la UCO se ha llevado detenido al sucesor de Esperanza Aguirre
Y, claro, nadie recuerda ya la caravana podemita del lunes que decía no sé qué de una trama. Ha envejecido muy rápidamente, como esos programas fallidos que no pasan del piloto. Solventada la presunta avería del embrague, que retrasó la salida de boxes el segundo día, el miércoles parece que el bus fuera de hace tres temporadas. Como estrategia resulta, de hecho, muy de 2013.
Su falta de audiencia no ha sido el único problema. También ha tenido Pablo Iglesias que lidiar con la junta de la trócola de las divisiones internas en los círculos morados, donde no ha calado bien que el partido que presume de que sus diputados vayan en metro a trabajar se gaste en este buseto 600 euros al día. Falta solo Ramón Espinar tuiteando #Tramabusbaratito.
No es de extrañar que interesara mucho más en redes sociales la mariscada del senador de Podemos en Semana Santa que el viacrucis de la trama en autobús. Los programas que viven un momento dorado son los de cocina. Vasile podría habérselo advertido.
Si quiere Iglesias subir el share, que se apunte a la caravana de Risto Mejide para que le reconcilie con Errejón
Debe de estar Íñigo Errejón sentado en un sofá disfrutando del espectáculo con palomitas. Si quiere Iglesias subir el share de su caravana, que se apunte a la de Risto Mejide para que le reconcilie con el ex número dos de Podemos, porque la estrategia de tomar las calles de Irene Montero no le está funcionando a Podemos. All you need is love... O no.
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