Gavilanes o palomas

La cetrería es la actividad de cazar con aves rapaces, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa a otras especies de volatería o de tierra. La cetrería fue una práctica muy extendida en la Edad Media, ligada a la nobleza y a los potentados. Acabó decayendo por el progreso de las armas de fuego y la mayor vistosidad y festividad que se podía ofrecer con las partidas de caza mayor.

La monarquía española en sus altos vuelos imperiales adoptó el arte y cualquier monarca que se preciase debía dar sólidas pruebas de su maestría al respecto.

Finalizado el sueño imperial e instalados en nuestra actual modernidad - tan amante del republicanismo- los coronados cetreros y sus fieles halconeros han tenido que volar del nido y acomodarse en el lugar más insospechado del mundo: los comités y consejos de gobierno de los bancos centrales a uno y otro lado del Atlántico.

Los medios de comunicación especializados en mercados de valores siempre han sido propensos a apoderarse de potentes imágenes simbólicas para explicar los entresijos de la corte financiera, de ahí la división actual entre partidarios de políticas monetarias ortodoxas inclinadas hacia la austeridad – los bautizados como halcones – y aquellos otros que defienden posturas más laxas, que preconizan medidas expansivas e innovadoras, a los que se les conoce como palomas.

La lucha entre palomas y halcones genera un candente debate en política monetaria

No nos encontramos, pues, ante una reconversión tardía a la ornitología, sino ante un permanente y cadente debate en materia de política monetaria. Y la cosa tiene importancia pues no se queda en el simple amor del debate de ideas, sino que tiene efectos bien diversos en las políticas de inversión que vamos a implementar en la construcción de carteras de inversión.

Cuando un banco central sube tasas se considera hawkish (vigilante como el halcón), cuando las baja se le considera dovish (no vigilante como las palomas). Y lo verdaderamente relevante de todo esto es que el precio de cualquier activo financiero y real que vuela por el mundo será afectado directamente por la especie dominante en los cielos económicos del planeta.

Tras la sacudida que para la economía mundial supuso la quiebra de Lehmann Brothers en el lejano 2008, la política monetaria de los países occidentales mudó su pelaje y se instaló irremediablemente en modo expansivo.

En Estados Unidos, Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal americana, se convirtió en un dovish histórico, al situar la política monetaria heterodoxa en su punto más extremo, vía sus tres históricos QE y un arsenal de medidas no convencionales.

Su sucesora, Janet Yellen, ha continuado la obra de Bernanke, si bien y en la medida que la economía estadounidense se vaya encauzando más se hará evidente que es un halcón disfrazado de paloma por las puras circunstancias.

En Europa, el consejo de Gobierno del BCE vive también inmerso en esta lucha ideológica permanente. Sus dos máximos responsables, el presidente Mario Draghi y el vicepresidente Vitor Constancio se sitúan claramente en la corriente más proexpansiva y, aun siendo auténticos halcones de las finanzas, son los incansables y vigilantes palomos de los dominios celestes del espacio económico europeo en permanente combate cetrero con Alemania, la economía más potente de la eurozona y la más ortodoxa en cuestiones de política monetaria. Los halcones alemanes se inclinan siempre más hacia la austeridad.

Las palomas europeas, en cambio, tienen una postura más laxa y creen que para salir de la crisis hay que adoptar medidas más expansivas, más innovadoras y por lo tanto no convencionales.

Las políticas monetarias afectan a la economía, en general, y al nivel de los precios

En cualquier caso, gavilanes, halcones o palomas suelen ser  pájaros de cuidado, por lo que conviene adivinar por los signos de estas aves hacia dónde nos dirigimos, ya que, como decía antes, las políticas monetarias de los bancos centrales afectan a la economía en general y al nivel de los precios en particular, mediante el mecanismo de transmisión de la política monetaria, en una larga cadena de causas y efectos que vincula las decisiones de política monetaria con el nivel de los precios.

La política monetaria de los bancos centrales afecta a todo, desde los tipos de interés, las expectativas de inflación, el precio de los activos financieros y las decisiones de ahorro hasta los tipos de cambio, la oferta de crédito y  los salarios.

En este punto ustedes como inversores y bajo la guía de expertos cetreros del asesoramiento deben también adecuar sus inversiones y posicionarlas en modo alcotán o colúmbido, no vaya a ser que les pase como al pájaro de la canción que pobre tonto, ingenuo y charlatán fue paloma por querer ser gavilán.

Carlos de Fuenmayor es director Kessler&Casadevall AF