Hace poco más de un año Mariano Rajoy era investido presidente del Gobierno in extremis gracias a la abstención de casi todos los diputados del PSOE. De esos casi todos, algunos votaron no y muchos fueron del PSC. Eran tiempos revueltos en las filas del PSOE. Veníamos del intento de aniquilar a Pedro Sánchez por los varones más rancios de su partido ayudados de la incombustible ambiciosísima Susana Díaz. Veníamos de una fiesta de la rosa en Gavà (Barcelona) donde los programas de zapping televisivo obtuvieron un gran vídeo de Miquel Iceta desgañitándose suplicándole a gritos a Pedro Sánchez que “nos librara del PP y de Rajoy”. Y finalmente se invistió al actual presidente. Qué cosas.
Y ahora, en plenas elecciones catalanas, además de imaginar gobernar Catalunya, el tándem Iceta-Sánchez aprovecha para saldar cuentas con los que quisieron linchar al líder del PSOE, Díaz incluida. Porque si alguien puede salir fortalecido del 21-D ese es Pedro Sánchez ya que Iceta aspira, como máximo, a ser cuarta fuerza en el Parlament aun mejorando sustancialmente sus resultados.
Para Sánchez sumar 4 o 5 diputados a los actuales 16 del PSC ya podrá ser vendido como un paso hacia la recuperación también en España ya que a ese incremento se añadirá un descenso parecido de la órbita Podemos, Catalunya en Comú, que no hay forma de que levante el vuelo.
Miquel Iceta quizá baile en la intimidad para que C’s, PSC y PP no sumen mayoría y así no verse obligado a decidir
Iceta, hombre hábil donde los haya, ha conseguido nada más y nada menos que los ex Unió Democràtica de Catalunya le hayan dado apoyo y vayan en su lista. Incluso que Josep Antoni Duran i Lleida, la hemeroteca del cual llenaría un camión de acusaciones e improperios contra los socialistas, afirmara sin rubor y ante el estupor de muchos que el próximo 21-D votará socialista sin complejos.
Pero Iceta es posible que deba agradecer sus previsibles buenos resultados a los 100.000 votos democratacristianos que en 2015 no fueron suficientes para conseguir representación parlamentaria. Veremos si la mejora se debe a algo más. Lo que parece irreversible es que la fuerza constitucionalista más votada en Catalunya será por primera vez Ciudadanos. Incluso alguna encuesta le da como primera fuerza en votos de todas las que se presentan.
Miquel Iceta quizá baile en la intimidad para que C’s, PSC y PP no sumen mayoría y así no verse obligado a decidir si da o no la presidencia del gobierno a Arrimadas. Quizá mejor no sumar. Porque él ha afirmado contundente que el PSC nunca hará presidenta a una representante de “la derecha”. Como Sánchez en su día con Rajoy. Y ahí está don Mariano presidiendo sin prisa ya hace más de un año.
Por otra parte, Iceta ha tenido y tiene que soportar acusaciones de todos menos del PP y C’s sobre su apoyo al 155 y que en buena medida las durísimas intervenciones que el Estado está llevando a cabo en Catalunya, tanto políticas como judiciales, tengan el aval del PSOE. ¿Qué el PSOE no es lo mismo que el PSC? Batalla perdida. Para el votante catalán son lo mismo.
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