La encuesta del CIS (realizada entre el 2 y el 14 de enero) confirma la caída en intención de voto del PP, que, aunque seguiría siendo el partido ganador, obtendría el 26,3% del voto, y una subida notable de Ciudadanos, que, con el 20,7% de votos, sería el tercer partido por detrás del PSOE (23,1%) y por delante de Podemos (19%).
Si comparamos estos datos con los resultados de las elecciones generales del 26 de junio de 2016 hay un claro perdedor: el PP se deja siete puntos; y un meridiano ganador: Ciudadanos, que recoge los siete puntos que pierde el partido del gobierno.
Esto hace que, por bloques ideológicos, el electorado no se haya movido prácticamente nada en el último año y medio. El centro derecha (PP+C´s) tendría el apoyo del 47% de los ciudadanos, cuando en las últimas elecciones recibió el respaldo del 46%; mientras que la izquierda (PSOE+Podemos) recibiría poco más del 42%, mientras que en junio de 2016 obtuvo la confianza del 43,6%. Hay, por tanto, un ligero viraje hacia el centro derecha, pero no muy significativo.
Por tanto, el desafío del independentismo catalán lo que ha provocado es un movimiento interno en el centro derecha (Ciudadanos sube a costa del PP), pero no afecta casi nada a la expectativa del voto de la izquierda.
Lo que puede haber sorprendido de este sondeo es que contradice lo apuntado por algunos realizados recientemente por los medios de comunicación. El País, por ejemplo, publicó una encuesta el pasado 13 de enero en la que daba a Ciudadanos como claro ganador con el 27% del voto, mientras que a Podemos le situaba como cuarto partido con un 15,1% del voto.
El secreto, como siempre, está en la cocina. Si en la encuesta del CIS nos fijamos en la intención de voto directa más simpatía, Ciudadanos ganaría al PP y el partido más votado sería el PSOE, mientras que Podemos se quedaría en un raquítico 7,8%.
La oscilación del voto se concentra en el centro derecha. Desde las elecciones de junio de 2016 Ciudadanos ha ganado los 7 puntos que ha perdido el PP
Estamos impactados todavía por las elecciones en Cataluña, en las que ganó Ciudadanos mientras que el PP y Podemos obtuvieron malos resultados, y eso hace que desconfiemos de todo lo que contraste con lo ocurrido el 21-D.
Pero la verdad es que la encuesta del CIS confirma una tendencia que, con sus matices, también reflejan los sondeos de medios de los comunicación privados: desde hace meses se está produciendo una subida constante e imparable de Ciudadanos que, sobre todo, debilita al PP; mientras que en la izquierda Pedro Sánchez mantiene las expectativas del PSOE, pero no logra distanciarse con fuerza de Podemos, que aguanta a pesar de todo con un importante porcentaje del voto.
La fortaleza de Ciudadanos está asentada en la alta valoración que recibe Albert Rivera (el líder más valorado de los grandes partidos) y en la posición firme del partido respecto al conflicto con el separatismo catalán, que continúa siendo uno de los problemas que más preocupan a los españoles, tras el paro, la situación económica y la corrupción.
Aunque queda más de un año para las próximas elecciones (las municipales y autonómicas se celebrarán en mayo de 2019), los nervios comienzan a aflorar en el partido del gobierno. Mariano Rajoy ha decidido contraatacar y este fin de semana lanzó una andanada directa a Ciudadanos acusándole de ser un partido con pocos principios pero muy flexibles, una idea que también esgrimió la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
Sánchez se cuida mucho de lanzar un ataque frontal a Podemos, porque cree que la manera de crecer es ganarse a sus votantes sin enfrentarse abiertamente con Iglesias
La semana pasada Cristina de la Hoz publicaba en El Independiente una información en la que relataba la OPA hostil del partido de Rivera sobre las huestes populares. El campo de batalla en los próximos meses -más aún si el problema de Cataluña sigue atrayendo el foco informativo- se va a centrar en el centro derecha mucho más que en la izquierda. Sobre todo, porque Pedro Sánchez no está sabiendo aprovechar la crisis interna de Podemos.
Mientras que Rajoy cree que, aunque necesite a Ciudadanos para gobernar, lo que tiene que hacer es desacreditarlo, Sánchez se cuida mucho de lanzar un ataque frontal a Podemos, porque cree que la manera de crecer es ganarse a sus votantes sin enfrentarse abiertamente con Pablo Iglesias.
En definitiva, lo que pone de relieve la encuesta del CIS es que la disputa del poder, la que determinará quién mandará en el próximo gobierno, está en el centro derecha y se dirime entre Rajoy y Rivera.
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