El jueves 5 de abril de 2018 el Ministro de Fomento presentó el Plan Integral de Mejora de los Servicios de Cercanías de Madrid (cerca de 5.000 millones de euros para el periodo 2018-2028). Es verdad que una cosa es poner unas cifras en un papel y otra muy distinta realizar la inversión. En cualquier caso, las Cercanías madrileñas necesitan un esfuerzo financiero improrrogable. Veámoslo con algún detalle.
Según el propio Ministerio de Fomento, durante el año 2017 los trenes de Cercanías transportaron en España a 423,6 millones de viajeros, frente a 21,1 millones de los AVE. El 57,1 por 100 de esos viajes en Cercanías se hicieron sobre trenes que circulan por la Comunidad de Madrid. La importancia que tienen los trenes de Cercanías en la vida diaria de los madrileños queda así demostrada. La tienen, sobre todo, para quienes acuden cada mañana al trabajo y vuelven cada tarde a descansar a sus casas. Prueba de ello es que el número de viajes en Cercanías cae fuertemente en los meses de vacaciones veraniegas (julio y agosto). Un servicio público del cual dependen, entre otras cosas, la puntualidad a la hora de entrar a trabajar y a la hora de llegar a casa para descansar.
Pues bien, pese a esta evidencia social, el sistema ferroviario de Cercanías en Madrid está hecho unos zorros. Y está así por abandono, por dejadez, por una falta impresentable e incomprensible en el mantenimiento, lo cual provoca frecuentes retrasos e incluso está a la vista en el deterioro de los vidrios de los ventanales de los trenes…
El sistema de Cercanías en Madrid está hecho unos zorros. Por abandono, por dejadez, por una falta impresentable e incomprensible en el mantenimiento
Si usted tiene un bien, por modesto que sea, o incluso si es propietario de un palacio, si no se ocupa del mantenimiento, ese bien o ese palacio pronto serán una ruina.
Y eso es lo que ha pasado en Cercanías de Madrid. No hace falta subirse a un tren para percibir el deterioro, basta con entrar hoy mismo en la estación de Atocha para comprobar que varias escaleras mecánicas llevan estropeadas casi un año y nadie sabe cuándo se vayan a arreglar (están paradas desde agosto de 2017).
Según ha informado UGT, en 2017 hubo 450 incidencias detectadas y documentadas en Cercanías de Madrid. Más de una por día. Durante años, todo el mantenimiento preventivo de Cercanías madrileña ha sido subcontratado y la calidad en dicho mantenimiento brilla por su ausencia. Par más inri, se ha reducido el personal dedicado a ese mantenimiento, lo cual ha conducido a que no haya nadie en el mantenimiento preventivo. El 67% del mantenimiento del Parque está en manos privadas.
Durante el citado 2017 se produjeron varias roturas de carriles, y no es de extrañar, pues hace años que no pasa por las líneas de Cercanías de Madrid la auscultadora de carriles.
Por otra parte, en Adif, que es la responsable de la regulación del tráfico y del mantenimiento de la infraestructura, la falta de recursos humanos es alarmante y la edad media del personal es de 54 años.
El Parque de trenes de Cercanías de Madrid alcanza los 277 vehículos, con innumerables problemas de mantenimiento no solo por la vergonzosa falta de repuestos (que en algunas ocasiones hay que quitárselo a un tren para que pueda funcionar otro), también por la falta de personal y con trabajadores que tienen una edad media de 53 años.
Renfe en Madrid viene comportándose deslealmente con los madrileños por su desprecio hacia los acuerdos firmados con el Consorcio
Pero hay más: existen dos cuellos de botella muy relevantes en las líneas C-3 (Aranjuez) y C-4 (Parla) debido a la reducción de dos vías en su entrada hacia Atocha (por la construcción de la línea del AVE que unirá Chamartín con Atocha) y por compartir Cercanías (C-3) con trenes de Media Distancia, lo que en el caso de la C-3 hace casi imposible mantener la frecuencia adecuada para esa línea. Todo lo cual produce incontables retrasos.
Dadas las frecuencias prometidas, cada mañana deberían estar disponibles unos 245 vehículos para poder iniciar el servicio sin retrasos.Pero la mayoría de los días el servicio no se puede prestar en condiciones, entre otras causas porque los trenes están en los talleres por falta de repuestos y de personal. Esta situación origina retrasos durante todo el día.
A todo lo anterior se une un incumplimiento institucional, y es que Cercanías forma parte del Consorcio de Transportes, ese sistema racionalizador que tanto costó implantar y que tantas ventajas ha traído a los usuarios del transporte colectivo madrileño. En otras palabras: si alguien (en este caso Renfe) pertenece a un club (en este caso el Consorcio) comprometiéndose a realizar cualquier labor y luego no lo hace, hablamos de incompetencia y deslealtad.
Pues bien, Renfe en Madrid viene comportándose deslealmente con los madrileños por su desprecio hacia los acuerdos firmados con el Consorcio, del que forma parte RENFE junto a la Comunidad, los ayuntamientos y las empresas privadas.
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