Los mercados financieros no son la economía, ni la economía son los mercados financieros. Si los mercados suben, la economía va bien, pero no siempre es así. A veces los datos malos cotizan al alza, pues se espera que las malas noticias impulsen a las autoridades económicas a intervenir. Otras veces, los datos buenos cotizan a la baja, pues, como se suele decir, “esto ya está descontado” por lo que “se vende con la noticia”.
El mercado financiero es un lugar de encuentro de multitud de intereses confrontados entre sí, promovidos e impulsados por tres actores principales:
1. Autoridades políticas y económicas: Su objetivo es mantener la estabilidad en los mercados y si consiguen que suba, mejor que mejor, pues se busca, por un lado, un efecto riqueza en los ciudadanos que dinamice la sensación de mejora económica y, por otro, un mercado estable donde financiar a buen precio el endeudamiento generado por sus políticas económicas anunciadas.
Cualquier evento que ponga en peligro la estabilidad del mercado, genera una reacción automática en su defensa. En la última década, la intervención en el mercado ha sido norma como elemento esencial para consolidar la recuperación económica. Esta actuación ha tenido un efecto distorsionador sobre el verdadero valor y riesgo de los activos cotizados.
2. Entidades financieras y demás miembros del mercado: Como entidades privadas que son, su objetivo es generar beneficios, objetivo deseable para cualquier entidad privada de cualquier sector o actividad. Los ingresos proceden de las distintas comisiones generadas por la prestación de los servicios de inversión regulados, desde el depósito y la intermediación hasta la gestión y el asesoramiento.
El mejor escenario para desarrollar su actividad es un mercado estable y al alza. La ilusión monetaria que genera promesas de un 5% es un gancho similar a los señuelos que emplea la industria de la moda para vender su producto. Cualquier evento que ponga en peligro la estabilidad del mercado genera una reacción automática en su defensa.
En las últimas semanas, tras la corrección de los mercados estadounidenses, han surgido firmas de inversión mostrando su incredulidad ante los sucesos ocurridos y animando sin fin a la compra en la caída, buy in the dip, estrategia que lleva más de diez años dando resultados. A su entender los vendedores son unos inconscientes. Lo asombroso es que la mayoría de los vendedores en este periodo responde a intereses de entidades financieras o también denominado Smart money y no de inversores privados, dumb money.
3. Inversores privados e institucionales: Su objetivo es claro: ganar dinero. Para ello, tienen herramientas de análisis fundamental y técnico para calcular el valor del activo y el momento de compra o venta.
El análisis fundamental es el análisis de los fundamentos económicos del activo cotizado, con el fin de detectar oportunidades de compra y fidelizar la adquisición a lo largo del tiempo. El análisis técnico toma el valor de los activos en función del comportamiento de compradores y vendedores, definiendo tendencias, soportes y resistencias. Cualquier evento que ponga en peligro la estabilidad del mercado genera una reacción automática en su defensa.
Su visión se circunscribe al resultado de su análisis sin tomar excesiva consideración a la actividad desarrollada por los otros dos actores del mercado. La memoria es corta y sucesos pasados entran en el baúl de los recuerdos. Los modelos de valoración fundamental de los activos toman variables subjetivas, con una sensibilidad a los cambios muy alta, lo que provoca que el comportamiento cíclico tenga vigencia permanente. En un escenario de expectativas racionales el precio sería único.
De momento, una corrección
En este contexto, nos podemos preguntar qué ha pasado en los mercados financieros en este primer trimestre. Simplemente que han surgido eventos que han puesto en peligro la estabilidad del mercado, lo que ha generado una reacción en cadena de las autoridades económicas y políticas, de las entidades financieras y demás miembros del mercado y de los inversores privados e institucionales en defensa del mercado financiero.
La corrección en Estados Unidos ha sido de un 10% desde máximos de enero, dejando los índices en niveles de fin de 2017. De momento, es una corrección. La definición de mercado bajista, caídas por encima del 20%, todavía está en discusión. Como dicen los expertos del mercado, no hay mercado bajista, si no hay un entorno de recesión económica. El problema es que la recesión económica se suele detectar con retraso.
En el último año, está de moda hacer referencia al momento Minsky: Una situación estable genera su propia inestabilidad. Los mercados son estables hasta que lo dejan de estar. ¿Cuál será la variable que desencadene un escenario de inestabilidad? No lo sé. A título individual suelo guiarme por el orden natural de las cosas antes que por las predicciones de los modelos económicos.
Javier Kessler Saiz, socio fundador de Kessler Global
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