Repito a continuación los elementos de la noticia que señala a El Nacional web como el portal informativo más leído de América Latina. A partir de junio encabezamos el ranking, por encima de los magníficos portales de países que nos triplican y hasta cuadruplican en población.
Cuando se revisan los nombres de quienes nos siguen en el listado, nuestro orgullo se acrecienta: se trata de los grandes diarios latinoamericanos, de las más tradicionales y consolidadas casas editoriales de Argentina, México, Colombia, Chile y el resto de los países del continente. En otras palabras: El Nacional ha sobresalido entre los grandes medios de la región.
Pero hay otros elementos en el anuncio sobre los que quiero llamar la atención. Uno: la tendencia señala que el número de nuestros lectores está creciendo, lo que da cuenta del relevante papel que El Nacional está cumpliendo en este doloroso momento de la vida venezolana.
Dos: quienes nos leen, permanecen, en promedio, más tiempo en nuestra página. Leen varios materiales, pasan de una sección a otra, siguen las recomendaciones que hacemos.
Tres: el liderazgo del que hablo incluye otros indicadores de éxito: tenemos el más alto porcentaje de tráfico derivado de las búsquedas que hacen los lectores, el mayor número de páginas vistas por día y de links conectados por cada nota leída.
Todos estos elementos arrojan una perspectiva de carácter cualitativo: el vínculo con la inmensa mayoría de nuestros lectores es sólido y recurrente. El Nacional web no es un portal al que se le consulta de manera puntual y al que se regresa solo eventualmente. Los lectores entran en nuestra página, la recorren, leen varios materiales, salen y, de vuelta, al poco tiempo, regresan pasa saber qué ha pasado en Venezuela en las últimas horas.
En las vidas de cientos de miles de personas, dentro y fuera del país, somos una presencia informativa constante"
En las vidas de cientos de miles de personas, dentro y fuera del país, somos una presencia informativa constante. Una entrada permanente al vínculo de los demócratas con las realidades venezolanas. Una referencia anclada en las rutinas y en el pensamiento de quienes, a diario, se interesan por los hechos que conmueven a Venezuela.
Cuando pienso en las razones que explican el modo en que la lectoría de El Nacional ha crecido en los últimos años, muchos son los factores que debo mencionar. Uno, de naturaleza histórica, se refiere a ese rasgo que está en el carácter de El Nacional, que es su capacidad de adaptarse y salir adelante en tiempos de dificultades.
Desde 1943 a esta fecha, cada vez que hemos sido perseguidos por el poder, esta casa no ha hecho silencio: ha mantenido en alto sus prácticas profesionales, se ha sobrepuesto a las más extremas dificultades, ha respondido a sus lectores con más información y más opinión.
Este no es un fenómeno coyuntural. Ha sido siempre así. Generaciones y generaciones de periodistas y profesionales de diversas especialidades de la comunicación han dado un paso adelante cada vez que las realidades lo han exigido. No se trata de temeridad o de heroísmo, sino de un extendido sentido de responsabilidad con la información y los lectores.
Incluso en este tiempo, donde personas e instituciones se han visto obligadas a enfrentar a la más feroz de las dictaduras que haya conocido la historia republicana de Venezuela -una dictadura que llega el extremo de secuestrar a un niño de tres años, por 39 días, para obligar a su padre a entregarse, ha cruzado todos los límites de lo aceptable- los periodistas y trabajadores de El Nacional han dado y siguen dando, día a día, una demostración de pundonor, resistencia y voluntad periodística, que supera las más exigentes las expectativas.
Cuanto más intenso, múltiple y duro es el cerco y persecución a El Nacional, más aumenta el número y la relación con los lectores"
Cuando se analizan los gráficos que reportan los índices de lectoría de los últimos cinco años, es perceptible, a simple vista, el incremento de los lectores de forma sostenida. Hay una paradoja en todo ello: cuanto más intenso, múltiple y duro es el cerco y la persecución sobre El Nacional, más aumenta el número y la relación con los lectores.
Si el bloqueo al que nos somete el Gobierno es una realidad, si los juicios y multas son realidades que nos impactan, también el compromiso de los ciudadanos que nos siguen, es poderoso y persistente. Desde distintas regiones de Venezuela nos llegan los relatos de cómo, haciendo uso de atajos y creatividad digital, familias, calles y hasta barrios enteros logran acceder a nuestra página web todos los días. Puedo decirlo así: frente al bloqueo se ha producido una guerrilla del desbloqueo.
La noticia de nuestro liderazgo llega en un tiempo cargado de significado para El Nacional: justo en el momento en que la empresa y sus empeños alcanzan 75 años de vida. El pasado 3 de agosto, no sólo recordamos a los fundadores y a todos aquellos que han hecho posible el recorrido, sino que ratificamos el compromiso de seguir adelante, haciendo el mejor periodismo posible, informando a los venezolanos, donde quiera que se encuentren.
Ningún obsequio ha sido para nosotros tan estimulante como saber que los lectores de El Nacional cada día son más numerosos y más consecuentes.
Miguel H. Otero es presidente editor del Diario El Nacional.
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