Primero, eran los ciudadanos los que tenían que hacerse cargo de los impuestos de las hipotecas. Después, y tras varias demandas de asociaciones y particulares, el pasado jueves el Tribunal Supremo lanzó una sentencia que iba a ser recibida como agua de mayo por decenas de miles de ciudadanos: contradiciéndose a sí mismo seis meses más tarde, el Supremo lanzaba la pelota al tejado de la banca: serían las entidades financieras quienes asumirían el coste de ese impuesto.

Pero no pasaron 24 horas seguidas cuando, el viernes, el mismo Tribunal dejaba en ‘stand by’ los efectos de esta sentencia, “debido a la gran alarma social y económica que había producido”, según reconocía el organismo en un comunicado.

La alarma económica resultaba ser el desplome en bloque de la banca del Ibex 35 y que el sector perdió en un solo día 5.560 millones de euros de capitalización.

La alarma social ha sido a efectos posteriores, tras la contradicción más alarmante y descarada por parte del Tribunal Supremo. Las asociaciones de consumidores se han echado encima del alto tribunal, por la falta de imparcialidad que parece demostrar con esta ‘marcha atrás’. Las asociaciones de jueces tampoco se han quedado cortos, al tachar al Supremo de falta de profesionalidad. Incluso, pedían la dimisión del presidente de la Sala Tercera.

Mientras, la banca sigue cayendo en Bolsa pero, al menos, ha ganado tiempo para planear la estrategia que va a seguir si le toca asumir los más de 18.000 millones de euros que el sector estima de gastos de impuestos de hipotecas (dependiendo de la retroactividad de la sentencia).

El 5 de noviembre asistiremos al gran desenlace de esta película que parece de chiste, si no fuera porque a nadie le hace gracia

Aunque parece que la banca ha sido clara y concisa en su respuesta. No tienen intención de asumir ese coste. De momento, entidades como BBVA, Banco Santander y Bankia ya han “suspendido temporalmente” el servicio sobre hipotecas en sus páginas web, a la espera de que la situación se resuelva.

Aunque no es buen momento para que el sector bancario se resienta, a las puertas de la presentación de sus resultados del tercer trimestre -los analistas podrían rebajar su previsión de beneficios de aquí a final de año-, los expertos tienen claro qué pasaría en el caso de que la ‘sentencia final’ impusiera a la banca el coste de los impuestos hipotecarios.

Algunos dicen que este montante sería inasumible para las entidades y otros creen que éstas se verían obligadas a “compensar” el impacto de este coste en sus cuentas llevando a cabo otras alternativas de ingresos, como subir las comisiones en algunos servicios.

Mientras sigue el pulso entre unos y otros, el sector del ladrillo está sufriendo los daños colaterales. Las firmas inmobiliarias han dejado en el aire sus operaciones en una situación sin precedentes, que podría suponer una zancadilla para la recuperación de esta industria.

El 5 de noviembre saldremos de dudas. Se supone (y sólo se supone) que ese día asistiremos al gran desenlace de esta película que parece de chiste, si no fuera porque a nadie le hace gracia.


Laura Sánchez es editora jefe de Investing.com en España