Al inicio de 2018 los miembros del mercado miraban hacia el ejercicio que se iniciaba con gran optimismo, con una economía mundial que mostraba un crecimiento sincronizado por primera vez en muchos años y con los indicadores adelantados en Europa en máximos desde la crisis de deuda. Sin embargo, nada salió como se esperaba. El flujo de noticias durante todo el año no ha podido ser peor (crisis de emergentes, tensiones comerciales, situación en Italia, falta de acuerdo sobre el Brexit…) lo que ha llevado a las bolsas a su precaria situación actual.

Todo ello ha llevado a que la comunidad inversora afronte 2019 en el extremo contrario y con un estado de pesimismo generalizado. La caótica situación política está debilitando las perspectivas macro, lo que ha llevado a una gran parte de los inversores a descontar que Europa no va a "crecer" en 2019 y vaticinar que nos encaminamos a un escenario de tipos cero por un prolongado periodo de tiempo. Vamos, que Europa se ha japonizado.

Pero, imaginemos por un momento que se alcanzan acuerdos políticos en los tres temas que más están pesando en el ánimo de los inversores: Italia, guerra comercial y Brexit. Nadie podrá discutir que si se despejasen las incertidumbres políticas la visibilidad del crecimiento se dispararía y el mercado volvería a "comprar" un escenario de crecimiento económico en Europa del 1,8%, pues no hay que olvidar que para 2019 la Eurozona tiene a su favor los drivers de la caída del crudo y del euro, así como una normalización de la industria automovilística. En este entorno de "vuelta al crecimiento", el mercado descontaría que el BCE cumplirá su hoja de ruta y a final de año subiría tipos.

Si se despejaran las dudas sobre Italia, el Brexit y la guerra comercial el mercado volvería a confiar en el crecimiento

¿Es un sueño el escenario anterior?, está claro que en temas políticos es difícil hacer predicciones, pero analizando cada parámetro podemos sacar algunas conclusiones. La primera, en Italia parece que el gobierno y la UE están muy cerca de alcanzar un acuerdo sobre presupuestos con un déficit de 2%.

La segunda, refiriéndonos a la guerra comercial, Estados Unidos y China se han dado una tregua y vemos cómo el gigante asiático está haciendo concesiones para lograr el acuerdo, algo que ya se alcanzó con México en una situación muy similar.

Por último, ya centrados en el Brexit, nadie quiere una salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo, y ya se está hablando de que, antes de que esto suceda, se convoque un nuevo referéndum.

El escenario "positivo" que hemos descrito no es para nada imposible, se le podrán adjudicar más o menos probabilidades, pero nunca podremos definirlo como un escenario de probabilidad cero. Que cada inversor asigne las probabilidades que quiera a cada escenario: Europa se japoniza y mantiene crecimientos por debajo del 1% durante 2019 o, por el contrario, la incertidumbre política se va disipando y la Eurozona vuelve a crecer cerca del 2%.

Lo que creemos en Mirabaud Securities es que el riesgo en el mercado de cada uno de estos escenarios es asimétrico, pues, en nuestra opinión, si la situación continúa como hasta ahora el riesgo de caída es limitado, de entre el 5 y el 10 por ciento. Por el contrario, un escenario algo más positivo generaría fuertes subidas en bolsa, de entre el 20 y el 25 por ciento, gracias a la normalización de los multiplicadores de los mercados y, posteriormente, al incremento de beneficios vía sector bancario.

La bolsa es un gran termómetro del estado de ánimo de la comunidad inversora. Los niveles actuales muestran que entramos en 2019 en estado de fuerte depresión y, en esa situación, sólo somos capaces de ver escenarios negativos. Pero… esperemos. Puede que, al igual que ha ocurrido en 2018, el año que viene nos traiga un ejercicio totalmente contrario a lo esperado… y descontado.


Ignacio Méndez es director de Análisis de Mirabaud Securities en España