El presidente del Gobierno ha aceptado a regañadientes participar en los dos debates de la campaña del 28-A y, como ya es tradición cada vez que Pedro Sánchez rectifica, en el PSOE respiran aliviados.
Con las encuestas a favor y una campaña electoral de perfil bajo, la estrategia de los socialistas consistía en no cometer errores. Y en su afán por reducir la posibilidad de cometerlos trató de esquivar los debates, convirtiéndolo en su mayor error de la campaña.
Lo más grave de este sainete, ha sido poner a RTVE en una situación tan injusta como incomprensible, especialmente par un partido que ha querido hacer de la despolitización del ente público su bandera. Alguien debió de pensar en La Moncloa que forzando a la televisión pública a cambiar la fecha de su debate al día 23 para contraprogramar el que ya tenía previsto Atresmedia, se ahorraría el presidente tener que elegir entre los dos. Algunos socialistas reconocían en privado que el plató de la pública era más favorable a Sánchez porque un formato que no permite repreguntas le vacunaba de posibles aprietos.
Ante la presión del resto de partidos, que mantenían su compromiso con Atresmedia para el 23-A, con el órdago incluido de que Sánchez se quedaría solo en Prado del Rey, y forzados también por el descontento de la plantilla de RTVE por la obvia instrumentalización del ente público en manos de Rosa María Mateo, Pedro Sánchez cambió de opinión y 24h después de negarse confirmó su asistencia a los dos debates como si aquí no hubiera pasado nada.
El PSOE bien podría cambiar su eslogan a '¡Vota a Sánchez, qué remedio!'
Hacerle cambiar de opinión al presidente del Gobierno cada vez tiene menos mérito, lo meritorio es tener que andar detrás de él buscando cómo justificar el papelón. Y el PSOE lo intenta en un escrito en el que anuncia su decisión y trata de darle sentido a los vaivenes presidenciales. Considera el partido del Gobierno una "anomalía" la celebración de dos debates presidenciales en dos días consecutivos y que no hay precedente alguno "en la historia de las democracias occidentales de un planteamiento semejante desde la invención de la televisión". Tampoco es probable que haya constancia de que un presidente fuerce a un medio publico a cambiar la fecha de un debate a su antojo de un modo tan obsceno y despreocupado por guardar siquiera las formas, para al día siguiente rectificar la fecha de nuevo sin mostrar el menos rubor.
El mejor resumen de por qué Sánchez ha rectificado lo ha dado él mismo con una nueva expresión que bien podría convertirse en el nuevo eslogan de la recta final de la campaña: "¡Qué remedio!", ha espetado el presidente en un ataque de sinceridad en cuando en un acto de campaña le han preguntado por su decisión de rectificar y acudir a los dos debates consecutivos.
El PSOE había elegido 'Haz que pase' como su lema para el 28-A. Pero ante una campaña en la que están primando más los insultos que las propuestas y el mejor argumento que los socialistas han sido capaces de defender hasta ahora para revalidarse en el poder consiste en advertir del peligro de que la derecha gobierne con Vox, el PSOE bien podría cambiar su eslogan a '¡Vota a Sánchez, qué remedio!'
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