Tras semanas (¿meses? ¿años?) de campaña electoral no sabemos qué diablos piensan los aspirantes a la Presidencia de Gobierno de la Inteligencia Artificial, de cómo va a afectar a los puestos de trabajo, de qué opinan de la automatización de los procesos de producción o de cómo vamos a reciclar a las cientos de miles de personas cuya formación se quedará obsoleta en un par de años. Inteligencia Artificial, un sintagma olvidado en el chorreo de palabras que se dedicó el cuarteto en TVE y Atresmedia, no salió a relucir.
Esta misma semana, y en apenas 48 horas, se celebraron en España dos debates electorales. Este ida y vuelta político sirvió para atormentarnos durante más de 300 minutos, convirtiendo los profundos debates de Sálvame en una suave charla comparada con los alaridos que se dedicaron los candidatos.
Hubo muchas palabras y pocas propuestas. La proporción no alcanzó el famoso 1/30, pero ahí estuvo. Para cuando acabaron esas horas en las que destacaron más los marcos de fotos que las políticas fiscales ya sabíamos que Sánchez se pone nervioso, que Rivera está muy excitado, que Casado considera que el presidente del Gobierno es terrible y que Pablo Iglesias, el más listo y el que mejor parado acabó, es capaz de contenerse para no ponerse a la altura de sus compañeros de debate.
No sabemos qué piensan los aspirantes de la IA o de cómo afectará al empleo del presente
De IA, en cualquier caso, pocos argumentos. El todavía presidente del Gobierno podría explicar, por aquello de que fue bajo su mando -si bien con presupuestos heredados-, por qué sólo se invirtieron 3.278 millones de euros de los 7.003 millones presupuestados para proyectos relacionados con el I+D+i.
El pírrico 46,8% -la segunda cifra más baja desde el año 2000, según Cotec- debería avergonzar al presidente y al ministro de Ciencia, Pedro Duque, ex astronauta a tiempo completo, y con los mismos méritos que podría presentar Dani Güiza para llevar la cartera de Cultura y Deporte, sólo que a nadie se le ocurriría darle una silla en el gabinete. Quien iba a pensar que poner 7.000 millones en manos de un señor sin antecedentes de gestión igual no era un planazo.
Con esos 3.725 millones de euros presupuestados y aprobados -dinero público con luz verde pero que nadie supo a qué dedicar, mientras cientos de investigadores esperan fondos- se pueden poner en marcha muchos proyectos que posicionen a España para afrontar el futuro más inmediato con unas mínimas garantías.
Si no lo mencionaron en ninguno de los dos debates, que entre ambos rondaron los 20 millones de espectadores, ¿cómo van a meter a la Inteligencia Artificial en unos programas que son tan farragosos como inútiles?
Las palabras Inteligencia Artificial se mencionan un total de 9 ocasiones sumando todos los puntos de los programas electorales de los cuatro grandes partidos. Por ponerlo en perspectiva: sólo el texto del Partido Popular tiene 500 apartados, y en Ciudadanos ni siquiera aparecen ambos términos el uno al lado del otro.
En los programas de los cuatro partidos la IA aparece mencionada sólo nueve veces
Los que sí lo llevan en el programa se limitan a prometer "un Plan Estratégico", en el caso del PP, a implementar una "Estrategia Española de Inteligencia Artificial que aborde sus problemas éticos", en el PSOE, o a prometer "partidas significativas" del presupuesto. Se echa en falta conceptos como "sentar las bases", "abrir un diálogo", "poner los resortes" o "impulsar un punto de partida", todos ellos igual de vacuos.
Así, es muy complicado que nuestros líderes ofrezcan alguna solución al problema de género en el empleo dentro del sector de la Inteligencia Artificial, en el que el 80% de los trabajadores son hombres.
Los expertos llevan mucho tiempo avisándonos. Nuria Oliver, la primera experta en Inteligencia Artificial en ingresar en la Real Academia de Ingeniería, advertía en El Independiente de que esta tecnología es "la electricidad de nuestra era" y dejaba claro que "no estamos preparados para caminar mano a mano con ella".
Precisamente Oliver es una de las personalidades que tiene un asiento en el grupo de expertos que elabora el Libro Blanco de la Inteligencia Artificial, una obra que debía trazar las líneas maestras del sector en España. Sin embargo, el cambio de gobierno -salida del PP, entrada del PSOE- retrasó una publicación de la que todavía no hay noticias.
Las últimas cuentas públicas aprobadas no mencionaban en ningún momento la IA
Las últimas cuentas públicas, presentadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y prorrogadas por el de Sánchez, aumentó en un 9,8% la financiación para investigación científica, y también las ayudas para proyectos en I+D+i. Pero no hacía mención alguna a la Inteligencia Artificial.
No es que a nuestros políticos les de igual la Inteligencia Artificial, es simplemente que todavía no se han dado cuenta de la importancia que tiene. Para cuando millones de personas tengan que cambiar de empleo, o España esté a la cola de Europa en industria, ya será tarde. Pero siempre habrá tiempo para las
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