Todos contra Ciudadanos: independentistas, nacionalistas, Podemos, PSOE, PP, Macron y hasta algún prestigioso fundador del partido como Francesc de Carreras. Estos días ha quedado claro quién es el enemigo a batir porque tiene en buena medida la llave principal de los gobiernos de centenares de municipios, algunas grandes ciudades y unas cuantas Comunidades Autónomas.
Los mismos medios de comunicación que le criticarían si formara gobierno de coalición con Vox, le afean que no quiera sentarse con ellos a la mesa. Los mismos que llamarían mentiroso a Albert Rivera si ayuda a Pedro Sánchez a llegar a la Moncloa, le piden que se abstengan en la investidura por “sentido de Estado”.
Mientras tanto Moncloa se reúne con golpistas de ERC para pactar su abstención y hace lo mismo sottovoce con Bildu en Navarra. O sigue ordenando a la abogacía del Estado que libere a Junqueras y le devuelvan su acta de eurodiputado en contra de la ley. La que se organizó cuando descubrimos que habían aceptado la figura de un “relator” en las reuniones entre Sánchez y Torra y qué poco se critican públicamente hoy estas medidas.
Cualquier analista político sabe que Sánchez está mostrando estos días su cara más constitucionalista, pero que buscará a sus socios más radicales cuando le convenga ara mantenerse en el poder. Esos pactos más feos los cierra Adriana Lastra.
Reivindico a Ciudadanos como un partido veleta, si, como cualquier partido de centro que pacta con unos o con otros, mientras sean constitucionalistas, para evitar gobiernos radicales. El PSOE y el PP hacían justamente lo contrario, pactaban siempre con los mismos, golpistas, nacionalistas y radicales para mantenerse ellos en el poder.
Entre los votantes de Ciudadanos los hay de centro derecha y de centro izquierda, hasta socialdemócratas, aunque en su mayoría liberales. Cuando Soraya Rodríguez portavoz del PSOE en el Congreso se va a Cs no cambia su ideología, quien cambia de ideología es el PSOE. Los barones del partido socialista le dejan hacer a Sánchez porque ganó las elecciones, pero esperan aletargados su momento.
Es posible que Ciudadanos termine absteniéndose para que Sánchez no se lance en brazos de los independentistas en su investidura, pero no tengan ninguna duda de que el presidente del gobierno tarde o temprano lo hará.
El partido naranja no está dividido, pero tiene corrientes de opinión distintas, como el resto de partidos
El partido naranja no está dividido, pero tiene corrientes de opinión distintas, como el resto de partidos. Corrientes internas, pero no ruptura. A los partidos les estabiliza tocar poder. Iglesias se salvará si llega a algún Ministerio sino será destituido. Casado se ha salvado gracias a la alcaldía y la presidencia de la Comunidad de Madrid, y Ciudadanos lleva 12 años trabajando duro sin tocar poder por decisión propia, hasta ahora. Excepto en Andalucía, donde la colaboración de Juan Marín funcionó como socio de Susana Díaz y funciona igualmente con Juanma Moreno. Curiosa la actitud de la expresidenta de la Junta con Marín cuando perdió la presidencia, dejó de hablarle. Antes eran buenos amigos y de la noche a la mañana le retiró la palabra, hasta el punto que cuando coincidían en actos públicos le ignoraba. Todo muy infantil. Hoy esta situación ya se ha superado.
¿Es ser veleta lo que ha hecho Cs en Andalucía? Claro que no desde un partido de centro. Muchos piensan que no llegarán nunca a Moncloa, que no conseguirán el sorpasso al PP, que siempre mejora resultados, pero no alcanzan la meta, son los mismos que consideran que lo único importante es ocupar cargos, no cambiar las políticas del país. El partido naranja ya lleva años cambiando poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, las leyes que nos gobiernan, y para hacerlo no hay que tener mayoría absoluta, tansolo ser la llave necesaria para formar gobiernos.
España en ningún caso puede volver al bipartidismo, fue útil en los primeros años de democracia para lograr estabilidad política, pero se convirtió en una dictadura de las urnas entre los dos grandes. Los cinco grandes partidos que ahora se dividen la mayoría de los votos han sido elegidos por las urnas,además de votar al PP y al PSOE hay casi 11 millones de votos que se dividen entre los otros tres que ahora quieren gobernar. Y Vox igual que Podemos tienen derecho a ello. Los españoles han dicho que se entiendan y es su trabajo hacerlo.
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