Pablo Iglesias ya tiene un argumento para justificar el fracaso de la negociación con Pedro Sánchez: "Ana Patricia Botín y la CEOE le han dicho al presidente que Podemos no puede entrar en el gobierno".
De tal manera que si, en efecto, la investidura fracasa el único responsable sea el líder del PSOE por no haber tenido los arrestos suficientes como para resistir las presiones del todopoderoso Ibex.
El líder de Podemos dedicó su entrevista con Antonio García Ferreras en La Sexta (el canal favorito para los votantes de izquierdas) exclusivamente a construir su victimista relato. "En mayo -dijo en tono intimista, siempre se dirigió al periodista por su nombre, Antonio, Antonio, Antonio.. y buscó su complicidad de forma un tanto patética- Pedro Sánchez me dijo que estaba de acuerdo con nosotros en hacer un gobierno de coalición... pero luego llegaron las presiones".
Iglesias no tiene pruebas para hacer una afirmación tan rotunda. Incluso se permitió el lujo de utilizar de forma torticera la entrevista de Sánchez con Jordi Évole, emitida inmediatamente después del bochornoso Comité Federal del PSOE del 1 de octubre de 2016 en el que fue defenestrado de la secretaría general. César Alierta y el Grupo Prisa hicieron lo posible para que Susana Díaz ganara la batalla interna del PSOE, pero no para que no se produjera un pacto con Podemos, sino para que el Grupo Socialista se abstuviera y permitiera la investidura de Mariano Rajoy, lo que, efectivamente, se produjo.
Como todo buen marxista, Iglesias primero identifica al enemigo y luego elabora el argumento. Todo vale de cara a justificar la actuación del partido.
Para Iglesias la democracia española es pura ficción. Manda el Ibex, Sánchez es un acomodaticio y él es la única garantía para las políticas de izquierdas
No es que Sánchez no quiera que él sea vicepresidente de un gobierno de coalición -"Sánchez nunca me ha dicho que no quiere que yo no esté en el gobierno", repitió varias veces- sino que no se atreve. Las grandes empresas y bancos no se paran en barras para frenar su entrada en el Ejecutivo y eso explicaría el papel de las cloacas policiales.
La caricatura es más propia de un agitador universitario que de un líder político que tiene la intención, nada más y nada menos, de ocupar la vicepresidencia del gobierno de España.
La democracia española, según su calenturiento planteamiento, es papel mojado. Los que mandan son los dueños del dinero, que temen a Podemos porque, si entra en el gobierno, "hará que bajen los precios de la luz, intervendrá el mercado de la vivienda" y hará que se cumplan todos los artículos de la Constitución. "Ellos -los del Ibex- saben que a nosotros no nos pueden comprar", afirmó con vehemencia.
¿Cómo queda el PSOE según la teoría de Iglesias? Como un partido acomodaticio, al que le gustaría pactar con el PP y Ciudadanos porque le sería más fácil gobernar de acuerdo con los poderes fácticos. Incluso el cargo de presidente se lo debe Sánchez al bueno de Iglesias: "Sin nosotros, Sánchez no sería presidente. Nos curramos la moción de censura más que nadie". Definitivamente, el líder de Podemos no necesita abuela.
Si pretendía tender algún puente con Sánchez de aquí a la sesión de investidura lo ha hecho como el peor de los ingenieros. Pero, sabiendo lo hábil que es para desenvolverse en los medios, queda claro que el objetivo del jefe de Unidas Podemos no ha sido otro que culpar al presidente del fracaso de la negociación en la que él lo ha condicionado todo a entrar en el gobierno por la puerta grande.
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