En el Ferragosto de Madrid, con Vírgenes fruteras y organilleras, con los dioses de las cornisas como churreros del sol, con el cielo y las calles vaciados por la mano hueca de los heladeros, resulta que la política todavía se ha entretenido haciendo un baile de dos mujeres como cisnes de ballet. Han bailado hasta agosto como hasta el Palacio de Cristal, largamente, por lagos rusos, coreografías rusas y carrozas rusas, para hacer un Gobierno un poco ruso o vigilado por espías rusas o amenazado por revoluciones rusas. Isabel Díaz Ayuso, meritoria de la Puerta del Sol, guapa de tranvía, última capitana de un PP madrileño como con epidemia de mujercitas muertas de Mujercitas. Y Rocío Monasterio, cisne negro con relicario negro, con una herencia de chales y rejas de Bernarda Alba, abadesa de Vox con un candado en la plata y en el sagrario.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Feijóo y el complejo Intxaurrondo
- 2 La brecha entre García Ortiz y Lastra que se agranda en el Supremo
- 3 La Abogacía calificó el registro a García Ortiz de "irregular"
- 4 AfD: radiografía del partido ultraderecha más peligroso de Europa
- 5 Le Pen y Orbán rompen el grupo de Vox en Castilla y León
- 6 Las 10 mejores tostadoras del 2024
- 7 Últimas noticias de España y Política | El Independiente
- 8 Cuando los vencedores de la II Guerra Mundial dividieron Berlín en cuatro partes
- 9 Ella Emhoff, la hijastra alternativa de Kamala Harris