¿Matar en nombre de ETA es un acto de izquierdas? Según EH Bildu, sus socios de ERC y el PSOE que hoy gobierna, sí lo es. A los herederos de la banda terrorista, los que no se disculpan ante las víctimas, estos tres partidos les consideran de los suyos, acuden juntos a las elecciones o son lo suficientemente cercanos como para aceptar sus votos o sus abstenciones para poder gobernar. ¿Actuaría el PSOE de igual forma si el apoyo le llegase de Vox? Seguro que no, porque a los herederos de ETA se les ha blanqueado como gente de paz, como ya no matan hay que darles las gracias.

Vivimos escenas que creíamos superadas en Euskadi, no se comprende que no se actuara cautelarmente contra los actos de bienvenida de los etarras que han cumplido condena, y ahora el Gobierno corre a pedirle a Fiscalía que lo investigue para justificar su mala conciencia. ¿Se imaginan recibir así a los yihadistas de los atentados de Las Ramblas cuando salgan de prisión? No hay terroristas de izquierdas y de derechas, solo hay terroristas.

La política todo lo contamina y no se juzga a las personas por sus actos sino por las banderas que enarbolan. Calificamos a Vox de ultraderecha por sus palabras, no por sus decisiones que aún están por ver. Y por ello se excluye a Vox como la peste, mientras se llegan a acuerdos con EH Bildu sin sonrojarse. Qué nos ha ocurrido para que se abuchee a Ortega Lara mientras se vitorea a sus captores.

La izquierda ya no tiene la exclusiva del feminismo, ni de la defensa de los derechos laborales, o el monopolio de la cultura

Se termine o no con el bipartidismo, los españoles debemos huir de las etiquetas de izquierda y derecha que tanto daño hacen a este país. Las divisiones de la guerra civil no pueden seguir existiendo casi cien años después.

Contaminar no es de derechas y evitar la contaminación de izquierdas, pero así lo parece tras el proyecto de Madrid Central. A menudo grupos ecologistas han encontrado muy poco apoyo entre los partidos de centro y de la derecha a sus convicciones, cuando es el mismo aire el que respiramos todos. Con la protección animal sucede lo mismo, las protectoras de animales reciben un mayor apoyo de gobiernos de izquierda, como si la derecha no tuviera sensibilidad proteccionista hacia los animales. Es cierto que los complejos del pasado todavía persisten en una vieja forma de hacer política, no quedan tan lejos los años en los que grupos ecologistas condenaban y hasta encarcelaban a empresarios que vertían productos contaminantes, algo impensable un siglo atrás. A la vez continúa en España la hipocresía de la derecha subvencionando con una mano las corridas de toros y con la otra las protectoras de animales.

Si algo hemos aprendido los españoles es que cuando se nos pide algo por favor y con tiempo nunca lo hacemos, pero cuando se nos obliga con prisas y amenazas, protestamos, pero acatamos la orden de inmediato. Que se lo expliquen al presidente Zapatero, que impuso la prohibición de fumar en bares de la peor forma y con errores, pero al final la acatamos y respetamos todos. Algo así sucederá con Madrid Central, al tiempo.

Afortunadamente hoy la sociedad evoluciona y lo hace a mayor velocidad que nuestra clase política. La izquierda ya no tiene la exclusiva del feminismo, ni de la defensa de los derechos laborales, o el monopolio de la cultura. Decía muy acertadamente la actriz Marisa Paredes que estos días, mientras discuten para poder gobernar PSOE y Podemos, ni ellos ni nadie habla de la cultura. Ya no hay gobierno ni de derechas ni de izquierdas que le preocupe potenciar la cultura española, el 40% de los españoles no lee nunca ni le interesa la cultura, por lo tanto, ya no les reporta votos apoyarla y ninguno de ellos proyecta su futuro a más de cuatro años. Ganar el poder es el objetivo, no mejorar culturalmente el país.

La división infantil entre derechas e izquierdas afortunadamente se difumina. No hay nada más arcaico que una periodista de izquierdas en un plató de televisión atacando a una prostituta que defiende con libertad su trabajo, o criticando a una madre que lo ha sido a través de la gestación subrogada. Ni nada más antiguo que un periodista de derechas poniendo en duda a estas alturas el matrimonio gay o defendiendo que Franco permanezca en el Valle de los Caídos.

Los ciudadanos españoles han superado esos debates, pero las izquierdas y las derechas no.