Hay una cuestión sobre lo que ocurrió aquel aciago octubre de 2017 en Cataluña que el independentismo suele orillar de forma interesada. Tiene que ver con el líder del movimiento, Carles Puigdemont, entonces presidente de la Generalitat, quien, cuando vio que la cosa se ponía fea, se escondió en el maletero de un coche, cruzó la frontera francesa y abandonó a su suerte a sus contramaestres. Vive días complejos esta comunidad autónoma, en los que el soberanismo se ha lanzado a la calle para protestar contra la condena que el Tribunal Supremo ha impuesto a varios de sus líderes políticos y para reclamar explicaciones a quien corresponda. El problema es que a Puigdemont nunca le corresponde. Pontifica desde su envidiable posición en Waterloo y nadie le cuestiona. Este martes, la televisión pública catalana, TV3, ha estrenado un documental en el que ha planteado algunas preguntas sobre lo que ocurrió el 1-O en esta región y, una vez más, el líder fugado ha evitado dar explicaciones sobre su gran evasión. Tampoco nadie se las ha pedido.

El reportaje se titulaba '1-O: cas obert (1-O: caso abierto)' y estaba co-producido por TV3, Magnolia y ElNacional.cat. Este último, el periódico de José Antich, el director que situó a La Vanguardia del lado de Artur Mas cuando decidió cruzar el Rubicón e iniciar las hostilidades contra el Estado. El diario digital se fundó en 2016 y ese año recibió 389.000 euros de publicidad institucional. Al siguiente, 427.000. Por desgracia, Cristóbal Colón, catalán de pura cepa, nació antes de que se iniciara el procés y no pudo disfrutar de la generosidad que han demostrado sus promotores con los emprendedores que se mostraron dispuestos a acompañarlos en su viaje.

No es casualidad que la televisión pública catalana haya estrenado este documental el día después de que el Alto Tribunal revelara la condena a sus líderes. Básicamente, porque el reportaje deja claro que el Govern no hizo nada malo en la jornada del referéndum; y concluye que las cargas policiales -inexplicables e inexcusables, quede dicho- contribuyeron a agrandar el conflicto político que sólo podía y debía resolverse mediante el diálogo.

El reportaje periodístico comienza con Puigdemont -desde Waterloo- denunciando el “clima bélico” y la “estrategia del pánico y la intimidación” que puso en marcha el Ejecutivo de Mariano Rajoy en esos días.

Eso sí, siempre que una parte respetara los planes de autodeterminación de la otra. Lo cual le acorralaba, en la práctica, pues implicaba vulnerar el ordenamiento jurídico. Pero el independentismo, en esos días, no parecía especialmente preocupado por los incumplimientos de los legajos constitucionales. Ni por llegar a acuerdos con la contraparte, para qué engañarse.

Reportaje sesgado

El reportaje periodístico comienza con Puigdemont -desde Waterloo- denunciando el “clima bélico” y la “estrategia del pánico y la intimidación” que puso en marcha el Ejecutivo de Mariano Rajoy en esos días. A continuación, habla de los fallos del plan policial comandado por la Secretaría de Estado de Seguridad -de José Antonio Nieto- y coordinado por Diego Pérez de los Cobos. También relata las diferencias de criterio existentes entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal; y sobre los apoyos internacionales -”en contra de la represión”- que recibieron los independentistas el día de marras.

Para añadirle dramatismo, en un fragmento, se ofrecen imágenes de un colegio vacío mientras, de fondo, suena una grabación con gritos, golpes a cristales y sonidos de cachiporra. En otro plano, se muestra una imagen de lo que parece ser un pabellón, dentro de una escuela, con una alambrada en primer plano, de modo que aquello parece una estampa carcelaria. Por si con lo anterior no fuera suficiente.

Son cientos de millones los que se han destinado a TV3 y no se puede decir que hayan caído en saco roto. Este lunes, su informativo vespertino lograba una audiencia del 31,2%. Las comparaciones son odiosas, pues, a la misma hora, el TD-2, de TVE, lograba el récord de la temporada, con el 12,5%. La televisión autonómica catalana actúa de parte, tiene un objetivo y lo cumple a la perfección, con un sorprendente convencimiento.

Fecha señalada

El reportaje no ha hablado de malversación de fondos, ni de desobediencia ni de sedición. Ha incidido en la mitología que el independentismo creó ese día, a partir de una acción subversiva y de una cuestionable actuación policial.

En el día después de que se confirmaran las penas de prisión para Oriol Junqueras y compañía, ha puesto sobre la mesa varias dudas sobre el 1-O, es decir, sobre aquello que les llevó al banquillo de los acusados. El reportaje no ha hablado de malversación de fondos, ni de desobediencia ni de sedición. Ha incidido en la mitología que el independentismo creó ese día, a partir de una acción subversiva y de una cuestionable actuación policial.

Mientras tanto, ardían las calles en Barcelona, entre los ya habituales disturbios. A pocos metros de los furgones policiales, un reportero, en el canal 24 horas de la corporación catalana, hablaba de que las avenidas del Ensanche, entre barricadas, lucían una apariencia bélica. Y uno se preguntaba, para sí: visto el panorama, ¿de veras hay que buscar todas las respuestas a lo que ocurre estos días en Cataluña en el 1-O?