Me siento muy orgulloso de la universidad española, de su misión docente e investigadora, de su labor vertebradora y de mejora social, de su lucha por la libertad y la igualdad, de su vertiente transformadora. Tengo el privilegio de vivir todo ello en directo. Por eso no me resulta extraño que un grupo de estudiantes de las universidades de Cataluña se estén rebelando frente al totalitarismo independentista de ultraizquierda. Tan satisfecho estoy de ellos como asqueado por el comportamiento de las doctas autoridades que ultrajan la toga y la muceta. El cambio de los atributos académicos por la capucha y el cóctel molotov que los indignos rectores de las universidades catalanas han realizado, resulta absolutamente deshonroso para la universidad y la sociedad española y catalana.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Telefónica no cedió a la presión de Sánchez para defender la causa de Begoña Gómez
- 2 Trump se la juega a Jordania: “Es una declaración de guerra”
- 3 'El Ministerio del Tiempo' cumple diez años: todos sus secretos
- 4 El Gobierno vio como una traición la entrada de STC en Telefónica
- 5 La larga lista de falsos infiltrados que ETA asesinó
- 6 Las siete casas que acorralan a Ábalos un año después del inicio del 'caso Koldo'
- 7 Avance de 'Sueños de libertad' este lunes 24 de febrero
- 8 Los 10 mejores robots aspiradores calidad precio de 2025
- 9 ‘Dos hombres y medio’: Crack, estrellas porno y muchos millones