Me siento muy orgulloso de la universidad española, de su misión docente e investigadora, de su labor vertebradora y de mejora social, de su lucha por la libertad y la igualdad, de su vertiente transformadora. Tengo el privilegio de vivir todo ello en directo. Por eso no me resulta extraño que un grupo de estudiantes de las universidades de Cataluña se estén rebelando frente al totalitarismo independentista de ultraizquierda. Tan satisfecho estoy de ellos como asqueado por el comportamiento de las doctas autoridades que ultrajan la toga y la muceta. El cambio de los atributos académicos por la capucha y el cóctel molotov que los indignos rectores de las universidades catalanas han realizado, resulta absolutamente deshonroso para la universidad y la sociedad española y catalana.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Alvise rompe con sus eurodiputados y sella un año trágico en SALF
- 2 El manicomio tertuliano en la muerte del Papa
- 3 Estos son los posibles sucesores del Papa Francisco
- 4 Clothoff: la IA que miles de españoles usan para desnudar mujeres
- 5 Quién es Kevin Farrell, el 'camarlengo' que suple al Papa Francisco
- 6 El papa rojo y los ateos creyentes
- 7 Juicio histórico: EEUU pide que Meta venda Instagram y WhatsApp
- 8 Ferrovial revoluciona la rehabilitación de edificios
- 9 La jueza llama a declarar a la directora de orquesta a la que informaron que el puesto en la Diputación de Badajoz era para el hermano de Pedro Sánchez