Me siento muy orgulloso de la universidad española, de su misión docente e investigadora, de su labor vertebradora y de mejora social, de su lucha por la libertad y la igualdad, de su vertiente transformadora. Tengo el privilegio de vivir todo ello en directo. Por eso no me resulta extraño que un grupo de estudiantes de las universidades de Cataluña se estén rebelando frente al totalitarismo independentista de ultraizquierda. Tan satisfecho estoy de ellos como asqueado por el comportamiento de las doctas autoridades que ultrajan la toga y la muceta. El cambio de los atributos académicos por la capucha y el cóctel molotov que los indignos rectores de las universidades catalanas han realizado, resulta absolutamente deshonroso para la universidad y la sociedad española y catalana.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Avance de La Promesa del lunes 31 de marzo al viernes 4 de abril
- 2 El renacer de las minas, un negocio de 3.500 millones
- 3 Real Madrid vs Real Sociedad: cuándo y dónde ver por TV
- 4 Así logró la Policía acabar con un 'narcopoli' inserto en sus filas
- 5 El pulso más arriesgado de Conde-Pumpido
- 6 El contacto Oughourlian - Gobierno se perdió hace 9 meses
- 7 Marine Le Pen, condenada por desvío de fondos a inhabilitación con ejecución inmediata
- 8 Todas las asociaciones judiciales y fiscales piden a María Jesús Montero respeto a la presunción de inocencia
- 9 ¿Qué le hizo Marcial a Emilio Aragón? Las muertes más traumáticas de la ficción española