Crecimos pensando que las hormigas eran insectos a imitar por aquello de que trabajan sin quejarse -o eso parece- y llenan la despensa cuando se acerca el invierno para no pasar hambre ni tener que pedir favores a la familia. Son seres inofensivos, pero si usted sitúa un ejemplar sobre la platina de un microscopio y proyecta el resultado observará una horrible criatura. La hormiga existe, ergo es innegable. También le puede morder, pero es altamente improbable. El sensacionalismo obviaría esto último y describiría al detalle la estructura y el potencial de la mandíbula. El amarillismo no crea monstruos, pero los engorda. También la prensa que actúa de parte.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Telefónica no cedió a la presión de Sánchez para defender la causa de Begoña Gómez
- 2 'El Ministerio del Tiempo' cumple diez años: todos sus secretos
- 3 La cocaína navega por el Guadalquivir
- 4 Trump se la juega a Jordania: “Es una declaración de guerra”
- 5 La larga lista de falsos infiltrados que ETA asesinó
- 6 Las siete casas que acorralan a Ábalos un año después del inicio del 'caso Koldo'
- 7 Junts ordena silencio tras el primer comunicado del verificador
- 8 Raúl Verdú, PLD: "Somos mejores que SpaceX en algunas cosas"
- 9 Avance de 'Sueños de libertad' este lunes 24 de febrero