Defender a las mujeres maltratadas, ser feminista, ecologista o animalista no es patrimonio exclusivo de la izquierda, igual que tener un alto poder adquisitivo, evadir impuestos o defender las corridas de toros no lo es de la derecha. A pesar de ello y desgraciadamente nuestro país sigue dividido entre las dos Españas.
Ni siquiera en el humor somos iguales. Contaba el cómico Juan Carlos Ortega en una reciente entrevista, que le encanta criticar en el escenario a la izquierda porque el 99,9% de los humoristas critican a la derecha. Cuesta recordar un humorista que critique a la izquierda, quizá los Morancos, Arévalo y el propio Ortega, pocos más. Sucede como con los actores, ¿díganme uno que se manifieste abiertamente votante de derechas? Debería preocupar a la profesión que ninguno que lo sea, y los hay, jamás se atreva a decirlo en público, solo el desaparecido Arturo Fernández lo hizo, y en cambio los que votan partidos de izquierda no solo lo dicen, lo pregonan a los cuatro vientos sin problema ninguno. Al bueno de Arturo, decir públicamente que era de derechas y criticar a la izquierda le originó muchos problemas, le cerraron las puertas numerosos teatros de titularidad pública, se quejaba de llevar años sin actuar en Cádiz, incluso en su tierra Asturias se lo pusieron difícil.
Los rostros conocidos de la televisión han sido más valientes que los humoristas a la hora de hacer pública su ideología política, aunque algunos lo han pagado caro"
Hay terrenos vedados a la derecha y el centro derecha casi 50 años después de la muerte de Franco, quizá por prejuicios provocados tras la dictadura, aunque nadie puede pensar hoy que la derecha del siglo XXI es la misma que perpetuaba al dictador en el poder. Sin embargo, persisten complejos del pasado que tardaremos años en enterrar, mientras otros sigan desenterrando parte de esa historia para mantenerse en el cargo.
Los rostros conocidos de la televisión han sido más valientes que los humoristas, actores o cantantes a la hora de hacer pública su ideología política, aunque algunos lo han pagado caro. Pedro García Aguado, Isabel Rábago, Javier Cárdenas, Sánchez Dragó, Bertín Osborne o Mario Vaquerizo, entre otros, se han manifestado públicamente votantes de derechas o centro derecha. Los hay que han salido ilesos por hacerlo, pero algunos han sufrido despidos, no renovación de contratos, inspecciones tributarias y claro está, han sido objeto de burlas en la mayoría de programas de televisión, siempre en manos de la izquierda.
No hay nada más fácil en estos días convulsos que hacerse rico si eres persona de los medios y te manifiestas abiertamente independentista"
Porque de lo que no se habla ni se escribe es en manos de quién están las principales productoras de televisión de este país. Los programas con toques de humor, siempre con ideología de izquierdas, están presentes en todas las cadenas y son realizados por productoras que mantienen estrechos lazos con algunos partidos afines, además de recibir ocasionalmente una lluvia de millones de administraciones públicas autonómicas, como por ejemplo la Generalitat de Catalunya. Creyendo falsamente que Torra o Puigdemont son de izquierdas, o sabiendo que no lo son, se benefician de millonarios presupuestos de dinero público a través de producciones en TV3, que les llega por declararse catalanes, independentistas y por criticar abiertamente al enemigo: PP, C´s y Vox. En esas productoras sucede a menudo el productor ejecutivo fue en el pasado director general en TV3 o jefe de programas y así se devuelven favores. Hay cola para conseguir esos contratos. No hay nada más fácil en estos días convulsos que hacerse rico si eres persona de los medios y te manifiestas abiertamente independentista, solo hay que visitar algunos despachos de la Plaça Sant Jaume.
Por esta “conexión indepe” jamás en esos programas de televisión con tan buen humor, se mofarán de los líderes del procés, ni harán un monólogo criticando a Torra, su objetivo siempre es el mismo, los partidos de centro y la derecha. Y lo que es peor, algunas cadenas públicas gobernadas por este centro derecha también contratan los servicios de estas productoras con estrechas conexiones con el independentismo. El mundo al revés.
Es cierto que la izquierda siempre ha cuidado mucho mejor a “los suyos” que la derecha, además de saber manejar al dictado los medios de comunicación en su beneficio. Nos hemos acostumbrado a esta situación, la consideramos inocua, pero es como la gota malaya que lentamente, pero de forma persistente, acaba calando en quien la recibe.
Wyoming, Broncano, Buenafuente, Thais Villas, Dani Mateo, Ana Morgade, Eva Hache, Risto Mejide… Todos siguen el mismo patrón porque saben que el primero de ellos que se mueva y deje de seguir las directrices ideológicas que les marcan, deja de salir en la foto.
Defender a las mujeres maltratadas, ser feminista, ecologista o animalista no es patrimonio exclusivo de la izquierda, igual que tener un alto poder adquisitivo, evadir impuestos o defender las corridas de toros no lo es de la derecha. A pesar de ello y desgraciadamente nuestro país sigue dividido entre las dos Españas.
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