Desafiando todos los controles, así como la ilegítima orden de prohibición de salida que le impuso el régimen dictatorial de Maduro, Juan Guaidó, presidente legitimo de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, inició una gira internacional por Colombia donde fue recibido por el presidente de ese país, Iván Duque, con los honores propios a un Jefe de Estado.
En Europa tuvo la oportunidad de reunirse con los Jefes de Estado y de Gobierno del Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, Grecia, Países Bajos, así como con el vicepresidente de la Comisión de la Unión Europea (UE) y el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Guaidó vino a explicar la critica realidad por la cual atravesamos los venezolanos, país cuya economía, servicios públicos e institucionalidad democrática ha sido destruida por la mano implacable de la narco-dictadura de Nicolás Maduro. Al mismo tiempo, pidió el apoyo de la comunidad internacional para lograr la realización de elecciones libres y democráticas, con todas las garantías necesarias y la correspondiente vigilancia internacional. Igualmente, destacó las oportunidades que se abren a la inversión internacional en la consecución de un desarrollo sostenible en la Venezuela democrática.
En todos los países visitados, al igual que en el Foro Económico de Davos al que no asistía un presidente venezolano desde hacia 28 años, recibió pleno y total apoyo a sus planteamientos y solicitudes.
Muy a pesar del sentir de los venezolanos, el gobierno español, que fue el primero en Europa en reconocer a Guaidó como presidente (E) y provocó un efecto dominó de reconocimiento por parte de los países miembros de la UE, decidió desde un primer momento que fuera recibido por la ministra de Asuntos Exteriores y no por el presidente del gobierno. Ello ha provocado un intenso debate entre los actores políticos, incluso al interno del PSOE, que se ha visto alimentado por el encuentro entre el ministro José Luis Ábalos y la vicepresidenta del régimen de Maduro, Delcy Eloína Rodríguez, en el aeropuerto Adolfo Suárez.
Una política exterior equidistante frente a la tragedia venezolana, como la adoptada por el gobierno español, solo puede producir preocupación entre sus socios internacionales
No obstante lo anterior, Juan Guaidó, demostrando un excelente manejo político, despuntó las excelentes relaciones existentes entre los dos países y de los venezolanos con el pueblo español. Declaró que ya tendría otras oportunidades de encontrarse con el presidente Sánchez, incluso que lo esperaba en el Palacio presidencial de Miraflores en Caracas. Por ello, mantuvo su visita a Madrid.
La presencia del presidente encargado venezolano en Madrid fue todo un logro. Lo recibió la ministra Arancha González Laya, el alcalde de la ciudad, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el acto más emotivo y de mayor significado fue el encuentro con los miles de venezolanos que a pesar del frío y la llovizna lo envolvieron en un cálido abrazo colectivo en la Puerta del Sol.
El que el presidente Sánchez no recibiera a Guaidó pudiera tener un impacto adverso para España, pues es bien sabido que en materia de relaciones internacionales no hay peor postura que la dubitativa. La política exterior de un país debe estar claramente definida, y si posible, que represente el consenso de todos los actores fundamentales de la sociedad para que sea una política de Estado y de consenso. Una política exterior equidistante frente a la tragedia venezolana, como la adoptada por el gobierno español, solo puede producir preocupación entre sus socios internacionales más cercanos, en este caso los de la Unión Europea, generar un debate político interno innecesario y traducirse en una pérdida de liderazgo. España siempre ha representado, frente a Europa, el camino más adecuado para que los planteamientos de la América Latina sean escuchados.
Por último, si hay algo que deplorar es que el restablecimiento de la democracia en Venezuela, una vez más, haya pasado a formar parte del debate interno de la política española y no sea un acto pleno de solidaridad, por parte de todas las fuerzas políticas, con un país más que cercano, cuyos ciudadanos sufren a diario los nefastos efectos de una dictadura.
Fernando Gerbasi. Embajador jubilado y ex viceministro de Relaciones Exteriores de Venezuela.
Desafiando todos los controles, así como la ilegítima orden de prohibición de salida que le impuso el régimen dictatorial de Maduro, Juan Guaidó, presidente legitimo de conformidad con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, inició una gira internacional por Colombia donde fue recibido por el presidente de ese país, Iván Duque, con los honores propios a un Jefe de Estado.
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