El Príncipe de Asturias a la Fundación GAVI ha sido aplaudido por las farmacéuticas y por muchos países subdesarrollados y criticado por aquellos que piensan que las soluciones médicas no deben estar solo en manos privadas.
El segundo mayor contribuyente hoy de la OMS es la Alianza GAVI, las siglas en inglés de la Alianza Global para la Vacunación y la Inmunización. En ella participan organizaciones de los sectores público y privado que buscan incrementar el acceso que tienen a las vacunas, los 73 países más pobres del mundo.
Se calcula que, desde su creación en 2000, ha logrado la inmunización de más de 760 millones de niños en todo el mundo. Según ellos han salvado más de 13 millones de vidas.
Es este papel salvador lo que inquieta a profesionales sanitarios de todo el mundo, que las acciones conjuntas que deciden la vida o la muerte de millones de personas no estén supervisadas por ningún organismo internacional, independiente y con prestigio sanitario reconocido, sino por el poder económico de la Fundación de Bill Gates y de las empresas farmacéuticas.
GAVI es como la OMS de las vacunas, pero en manos privadas. Igual que la OMS su sede está en Suiza. Igual que la OMS es el matrimonio Bill y Melinda Gates quienes la financian. Entre los socios públicos está el Banco Mundial y entre los privados varias empresas farmacéuticas.
Gates ha defendido en todo momento a China de su responsabilidad en el origen de la pandemia, incluso niega la falta de transparencia del Gobierno
Curiosamente Bill Gates y su Fundación invirtieron 235 millones de dólares en preparar una pandemia en el año 2014 y casualmente junto al Foro Económico Mundial y representantes de la industria farmacéutica se reunieron el 18 de octubre del 2019 en Nueva York para celebrar el “Evento 201” para simular los efectos de una hipotética pandemia de coronavirus que se iniciaría en Sudamérica y arrasaría el mundo. Tenía todas las características del Covid-19. En esta simulación premonitoria llegaron a la conclusión de que no lograrían tener una vacuna efectiva hasta pasados 18 meses del inicio de la pandemia. Todo lo pronosticado en Evento 201 se hizo realidad meses después.
Entre los proyectos de la Fundación de Bill y Melinda Gates están los “Tattoos Quantum” en los que trabajan investigadores del MIT, el Instituto de Tecnología de Massachusetts en la Universidad de Rice. Se trata de aplicar sobre la piel micro agujas solubles a base de azúcar que contienen una vacuna y “puntos cuánticos” fluorescentes de cobre incrustado que pueden leerse para identificar la vacuna administrada. Es un viejo proyecto de Gates llamado ID2020 y que trata de implantar microchips bajo la piel a los seres humanos con los que ser identificados. Hasta ahora se enfrentaba a trabas legislativas para ponerlo en marcha en Estados Unidos y otros países, tras el Covid-19 espera poder llevarlo a cabo y que sea su nuevo gran proyecto.
La prestigiosa revista médica The Lancet acusa a la Fundación Bill y Melinda de falta de transparencia. Recibieron entre 1998 y 2007 un total de 6.700 millones de dólares de subvenciones. En su informe, la revista afirma que un tercio de este presupuesto se dedica supuestamente a tecnologías que no funcionarán en años cuando hay medidas eficaces que salvarían vidas hoy en día. Además, no se realiza ningún seguimiento de sus aportaciones por parte de los países contribuyentes. Como ejemplo nuestro Gobierno, les ofreció una subvención por valor de 125 millones de euros sin realizar seguimiento alguno de los proyectos financiados con ese dinero.
Esta pandemia se inició en China y las relaciones entre Bill Gates y Xi Jinping, el secretario general del Partido Comunista Chino son inmejorables. Les ha defendido en todo momento de su responsabilidad en el origen de la pandemia, incluso niega la falta de transparencia del Gobierno Chino en aportar datos sobre ella.
Gates domina la Fundación GAVI y actualmente también la OMS. Hasta hoy esta Organización Mundial de la Salud se financiaba con las contribuciones voluntarias que permiten a donantes de todo el mundo comprometer fondos para campañas concretas. En 2018-2019, estos fondos fueron de unos 4.300 millones de dólares. Hasta que Donald Trump retiró los fondos por la crisis del Covid-19, Estados Unidos era el mayor contribuyente, 893 millones de dólares. Es casi el 15% de todos los recursos de la OMS. China tenía comprometidos entonces apenas 86 millones. Tras retirar sus fondos Estados Unidos, el principal benefactor de la OMS y de quien depende hoy en día no es un estado, ni un país, sino la Fundación de Bill Gates que hasta hoy aporta 367 millones de dólares, seguida de la Alianza GAVI con 316 millones, Reino Unido 293 millones y Alemania con 214 millones de dólares. El presidente de China, Xi Jinping, se ha comprometido a aportar 2.000 millones a lo largo de los próximos dos años para combatir el Covid-19, con lo que superaría a todos los demás donantes y se erigiría en principal benefactor, junto a Bill Gates.
El Príncipe de Asturias a la Fundación GAVI ha sido aplaudido por las farmacéuticas y por muchos países subdesarrollados y criticado por aquellos que piensan que las soluciones médicas no deben estar solo en manos privadas.
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