En la Sagrada Familia, hecha de estalagmitas del cielo por fuera y de luz y savia por dentro, se celebran ceremonias prohibidas por la gravedad, por el virus o por Torra. El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, presidente de la Conferencia Episcopal, príncipe de la Iglesia que parece disponer o vestir la canastilla del mismo Dios, ha sido sancionado por la Generalitat por dar misa allí como dentro de una burbuja del Paraíso, ignorando las burocracias terrenas. Torra tiene una pelea nerviosa contra el virus, como contra Madrid, y ha terminado metiendo en ella hasta a los peinadores de la Santísima Trinidad.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Convocatoria oficial de la Selección Española de fútbol para los Juegos Olímpicos de París 2024
- 2 La caza sin cuartel de Mohamed Deif, el jefe militar de Hamás que sobrevivió a siete ataques
- 3 Puente medió con Marruecos para que Alsa cobrase una deuda
- 4 El Servicio Secreto reconoce que el atentado a Trump es su "mayor fallo" en décadas
- 5 De la amistad al resentimiento: así se degradó la relación entre Obama y Biden
- 6 El PSOE denuncia el "montaje" contra Sánchez "para beneficio del PP" y anuncia que la citación judicial será recurrida
- 7 La Sierra de Guadarrama: el hogar del buitre negro
- 8 Jyväskylä, la Atenas finlandesa que Alvar Aalto convirtió en cuna de la arquitectura moderna
- 9 El informe de la Complutense pone a Begoña Gómez contra las cuerdas