Torra se irá como un realquilado, inhabilitado o quizá sólo desahuciado o transeúnte, con su vulgaridad de señor de paso, de sombra con sombrero por la desmedida pensión de provincias de la Generalitat. No ha sido ni presidente ni valido, sólo una especie de perchero de Puigdemont con el toque cómico de una intelectualidad de pregonero. Torra se irá pero antes tenía que dejar su maldición, su portazo, que es un portazo de insignificancia, como casi todos los portazos. El portazo, la maldición, tenía que ser contra Madrid, claro. Que los catalanes no vayan a Madrid, que Madrid no venga a los catalanes, que a las estaciones catalanas no lleguen los madrileños como maletillas con calentura de cocido, que a las estaciones de Madrid no llegue el catalán de buen paño, si acaso sólo el andaluz de hambre y alpechín.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Convocatoria oficial de la Selección Española de fútbol para los Juegos Olímpicos de París 2024
- 2 La caza sin cuartel de Mohamed Deif, el jefe militar de Hamás que sobrevivió a siete ataques
- 3 Puente medió con Marruecos para que Alsa cobrase una deuda
- 4 El Servicio Secreto reconoce que el atentado a Trump es su "mayor fallo" en décadas
- 5 De la amistad al resentimiento: así se degradó la relación entre Obama y Biden
- 6 El PSOE denuncia el "montaje" contra Sánchez "para beneficio del PP" y anuncia que la citación judicial será recurrida
- 7 La Sierra de Guadarrama: el hogar del buitre negro
- 8 Jyväskylä, la Atenas finlandesa que Alvar Aalto convirtió en cuna de la arquitectura moderna
- 9 El informe de la Complutense pone a Begoña Gómez contra las cuerdas