La viróloga más buscada por el gobierno chino, Li Meng-Yan, respondía a las preguntas de Iker Giménez afirmando que el virus del Covid-19 que arrasa Europa había sido “fabricado” en un laboratorio chino y se había dejado escapar a posta para provocar los efectos sanitarios y económicos que estamos sufriendo. Una grave afirmación sin suficientes pruebas, pero con muchos indicios que nos sitúa al borde de un presunto acto criminal, de un posible genocidio por intereses económicos.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí