No hay duda alguna: el Partido Socialista Obrero Español acaba de entregar al independentismo con todos los pronunciamientos a su favor, el arma más preciada por éste para alcanzar el objetivo de separar a Cataluña de España: la exclusión en la escuela de la lengua común de todos los españoles, un arma manifiestamente inconstituciona.

La cuestión es que, por exigencias de ERC, los diputados del PSOE no han tenido empacho alguno en tachar del articulado de la ley la afirmación contenida en la Constitución y en innumerables sentencias del Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional además de en la todavía vigente Ley de Educación,  de que el castellano “es la lengua oficial del Estado”. Las enmiendas pactadas suprimen también del articulado la frase siguiente: “ El castellano y las lenguas cooficiales tienen la consideración de lenguas vehiculares”

Ahora ya no. Ahora el Partido Socialista acepta que el castellano quede definitivamente apartado de la enseñanza en las escuelas, lengua que será impartida a criterio de los respectivos gobiernos autonómicos.

Y ya sabemos lo que quiere decir eso en manos de los independentistas catalanes, que por otra parte, controlan absolutamente –sobre todo ERC- desde hace muchos años todos los niveles de la enseñanza en Cataluña. Y que además han estado durante décadas y ante el silencio culpable de los distintos gobiernos de España, eludiendo el control de la Alta Inspección Educativa que, aunque no ha tenido nunca las competencias necesarias para sancionar el incumplimiento de la enseñanza en castellano en las escuelas catalanas, si las tenía para vehicular las denuncias de los particulares, padres de alumnos, sobre este problema.

El PSOE acepta que el castellano quede apartado de la enseñanza en las escuelas, lengua que será impartida a criterio de los gobiernos autonómicos

Pero en Cataluña han transcurrido los años sin que se convocaran oposiciones para el cuerpo de inspectores, para lo cual debían pasar por un concurso previo a la oposición que era de ámbito estatal. Lo que ha sucedido durante todo este tiempo es que estos inspectores han venido siendo designados por la Generalitat como “inspectores accidentales” y  seleccionados libremente por los independentistas entre sus propios militantes. Del mismo modo que han hecho con los profesores.

Pues esto mismo es lo que el Partido Socialista Obrero Español acaba de convertir desde ayer en una situación de hecho porque también ha pactado una enmienda por la cual se suprimen las oposiciones al cuerpo de inspectores educativos y se las sustituye por una “valoración” de las capacidades de los aspirantes, lo que permite y bendice definitivamente la más absoluta arbitrariedad en la selección y garantiza la entrega irrecuperable de este cuerpo a las necesidades del independentismo para alcanzar sus objetivos.

Ha sido en la última votación de la Comisión de Educación del Congreso. Y han tenido los propios socialistas y, por supuesto, los independentistas catalanes la poca vergüenza de intentar engañarnos con explicaciones que suponen un auténtico insulto la la inteligencia de los ciudadanos.

Ahí van dos ejemplos: preguntada ayer por Carlos Alsina en Onda Cero, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya ha tenido el tupé de no dar la menor importancia a la supresión –a instancias de ERC, hay que insistir- de la mención a que el castellano es la lengua oficial del Estado y lengua vehicular en la enseñanza porque, ha dicho la ministra, la ley sigue diciendo que las administraciones educativas van a garantizar la enseñanza en castellano y las demás leguas cooficiales de acuerdo con la Constitución Española, los Estatutos de Autonomía y la normativa aplicable. La señora González Laya pretendía hacernos tragar que esa supresión era algo inocente y que la enseñanza en castellano estaba garantizada con esta redacción.

Se ve que la ministra de Exteriores pretendía hacer olvidar a los oyentes de Onda Cero todos los casos de heoricos padres catalanes que han pretendido infructuosamente durante años y años que sus hijos recibieran educación en la lengua común de todos los españoles, así como los permanentes incumplimientos por parte  de las autoridades educativas catalanas de todas las sentencias emitidas por el Tribunal Supremo y por el Constitucional.

Están dispuestos a conculcar impunemente el derecho de la inmensa comunidad castellano hablante que es catalana y vive en Cataluña

Y eso es así porque para los secesionistas resulta de una importancia capital, estratégica, desterrar el castellano del conocimiento de los alumnos de modo que su universo, pequeño universo, infinitesimal universo, se desarrolle exclusivamente en catalán. Y para eso están dispuestos a conculcar impunemente el derecho de la inmensa comunidad castellano hablante que es catalana y vive en Cataluña. Pero que la ministra González Laya intente hacernos comulgar a estas alturas con semejante rueda de molino es ofensivo e intolerable.

El segundo ejemplo, que raya en el cinismo y en la voluntad deliberada de intentar disfrazar el atropello cometido –vuelvo a decir que con el beneplácito de los diputados socialistas- ha sido la explicación ofrecida por Joan Mena portavoz de de Podemos en la Comisión de Educación, que justificó la supresión de la alusión del español como lengua oficial del Estado porque, como la Constitución ya lo dice, “no podemos hacer textos redundantes”. Tal como si estuviera seguro de que los demás fuéramos idiotas porque esa excusa se le ocurrió instantes después de expresar lo ilusionado que estaba porque esta enmienda supone “el blindaje de la escuela catalana” y un paso “en pro del plurilingüismo y la plurinacionalidad”.

Y tiene razón en lo segundo pero no en lo primero. Supone un paso en pro de la plurinacionalidad en la medida en que la exclusión del castellano es una condición esencial para formar legiones de nuevos independentistas, eso que los de ERC llaman “ampliar las bases”, que consiste básicamente en sacar de las escuelas continuas y sucesivas promociones de enemigos de España convenientemente adoctrinados.

El PSOE se ha sometido a los independentistas y les ha entregado la enseñanza en Cataluña con lo que ha abdicado de la defensa del castellano como lengua oficial del Estado

Pero no tiene razón en lo primero, porque en la enseñanza en Cataluña no caminamos hacia el plurilingüismo sino que desgraciadamente estamos metidos de lleno en el monolingüismo en catalán, con exclusión deliberada del castellano. Y a partir de ahora, y eso es lo escandaloso, con la bendición del ministerio de Educación español, del Partido Socialista y de la ley.

El PSOE se ha sometido a los independentistas y les ha entregado la enseñanza en Cataluña con lo que ha abdicado de la defensa del castellano como lengua oficial del Estado que todos los españoles tienen el derecho pero también el deber de conocer. Esto es así.

Esta ley es inconstitucional, eso es evidente y lo veremos en su momento. Pero mientras tanto lo relevante y lo doloroso la constatación de cómo este Partido Socialista está dispuesto a vulnerar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, pero más aún los de los castellano hablantes que están especialmente necesitados de la protección del Estado, y a incumplir la Constitución -sabiendo perfectamente que lo hace porque tiene excelentes juristas entre sus filas- para pagar tan alto precio a un acreedor al que ha elegido como socio habiendo tenido la oportunidad de obtener en los otros caladeros donde se encuentran los defensores de nuestro ordenamiento jurídico y de la unidad de España los votos que necesitaba para aprobar los Presupuestos.  Tremendo.       

No hay duda alguna: el Partido Socialista Obrero Español acaba de entregar al independentismo con todos los pronunciamientos a su favor, el arma más preciada por éste para alcanzar el objetivo de separar a Cataluña de España: la exclusión en la escuela de la lengua común de todos los españoles, un arma manifiestamente inconstituciona.

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