En el momento de cerrar esta pieza, Joe Biden aventaja a Donald Trump por 5.500 votos en Pensilvania y por una mínima diferencia también de 1.000 votos en Georgia. Si la balanza en ambos Estados se inclina a su favor, todo habrá acabado políticamente para el presidente más loco, populista y peligroso que haya pasado jamás por la Casa Blanca.
Un Trump que denuncia, sin pruebas, un falso pucherazo y un puñado de fanáticos —muchos de ellos armados— que instigados por el líder de lo que más parece ya una secta, pasean por las calles de las principales ciudades vociferando y amenazando a esa inmensa mayoría silenciosa que está deseando ya pasar esta bochornosa página en la historia de los EEUU y que la democracia siga su curso.
Una estúpida batalla legal y una suicida división social
Los abogados del todavía presidente en funciones han abierto ya varias demandas por fraude electoral masivo… sin duda condenadas al fracaso. Pero mientras tanto, Donald Trump está abocando a los Estados Unidos a una auténtica Guerra Civil. En las concentraciones, que se han ido sucediendo desde los primeros compases del escrutinio, se ha podido ver a numerosas personas armadas.
Tras varios días de recuento, Joe Biden se ha proclamado nuevo presidente de Estados Unidos. La victoria en Pensilvania ha […]
Estamos ante un país dividido en el que, o se impone la calma o todo aboca a una indeseable tragedia. En Detroit la policía tuvo que desplegarse entre partidarios de uno y otro candidato y el Portland las Fuerzas de Seguridad han tenido que implementar un despliegue sin precedentes. En Las Vegas y en Miami, los detenidos en incidentes callejeros se cuentan ya por decenas.
Fue una comparecencia televisiva que pasará ya para siempre a los anales de la historia de la infamia política
Lo cierto es que los últimos datos no dejan el más mínimo resquicio de duda. Joe Biden es el gran triunfador de estas elecciones. Tan solo el ejemplo citado de Georgia, que Trump creía territorio conquistado y que otorga al demócrata 16 votos electorales de una sola tacada, debería ser suficiente. Unido al vuelco de Pensilvania, ambos enclaves han acabado por dar la puntilla al enloquecido multimillonario.
Pero en ningún momento desde el cierre de los colegios electorales Trump ha reconocido el resultado y se ha empecinado en atribuirse una victoria que solo existe en su imaginación y en la de sus fanatizados seguidores. Tras pasar las primeras horas desaparecido y dando solo señales de vida por Twitter, reapareció de la peor manera posible. Disparando contra todo y contra todos. Fue una comparecencia televisiva que pasará ya para siempre a los anales de la historia de la infamia política.
Los medios, por fin, ponen a Trump en su sitio
El escándalo fue tan grande que, en un hecho sin precedentes hasta ahora en la historia de los Estados Unidos, varias cadenas de televisión cortaron abruptamente la señal de la comparecencia en directo de Donald Trump en la noche del pasado jueves, madrugada europea. Y lo hicieron para evitar dar voz a sus denuncias estúpidas y grotescas paranoias de "fraude". Las cadenas norteamericanas entendieron, y entendieron bien, que Trump se dirigía a la nación, no como presidente sino con el registro mitinero más barriobajero, cual líder de su partido, y con el peor de los estilos. Tal y como afirmo en el titular: patético e infame.
Una imagen que los Estados Unidos no se pueden permitir y que pasará una carísima factura en el futuro a todos los norteamericanos
Dicho en otras palabras, la quintaesencia de la antítesis de todos los valores que esta gran nación ha ejemplificado en el mundo entero durante los últimos dos siglos y medio. Bien al contrario, este histrión se ha comportado hasta su último día de mandato como el sátrapa de una república bananera… o de una dictadura. Una imagen que los Estados Unidos no se pueden permitir y que pasará una carísima factura en el futuro a todos los norteamericanos.
Además lo que hemos visto en las últimas horas, sirva de precedente en todos los países donde los populistas y los extremistas han ganado adeptos en los últimos años. La democracia no es un sistema perfecto, pero desde luego es el menos imperfecto de todos y nadie nos garantiza eternamente su supervivencia si no la mimamos y defendemos frente al odio de los populistas.
Cada vez más solo
Las diatribas del aún presidente están comenzando a provocar ya graves fisuras en sus propias filas. El mandatario y su círculo más próximo han roto. Así de crudo, pero así de real. La cúpula del Partido Republicano guarda un significativo silencio y su propio canal de noticias, Fox News, que ha tenido que reconocer que no hay pruebas del fraude, se ha convertido también en uno de los primeros en anunciar oficialmente la victoria definitiva de Joe Biden.
Las desafecciones entre los que hasta hace un suspiro era "los suyos" serán, en último término, las que acaben por convencer a Trump de que ese Sistema que sigue empeñándose en demonizar, aún herido ya políticamente de muerte, va a evacuarle del poder. El disparate es de tal calibre que, si en un primer momento la mayoría de los analistas coincidían en que la batalla legal en algunos Estados, o incluso condado por condado, podría prolongarse tal vez hasta la Navidad, hoy ya parece que los tribunales van a resolver con mayor celeridad de la prevista.
A muchos de los que han depositado su papeleta en su favor les está escandalizando de manera muy grave su encastillamiento, antidemocrático y fascistoide
No me cabe duda de que Trump tratará de embarrar todavía durante un cierto tiempo el terreno de juego… pero completamente solo. No creo que ni tan siquiera su esposa o sus hijos le acompañen en este suicidio político y casi personal que no puede por menos que abocarle a la triste suerte que ya hemos visto correr a otros exmandatarios como Silvio Berlusconi: ser él mismo quien termine ante la Justicia por delitos de fraude fiscal u otros peores.
Trump ha abusado de la confianza y de la paciencia de sus votantes. Pero con viene no perder de vista el hecho de que incluso a muchos de los que han depositado su papeleta en su favor les está escandalizando de manera muy grave su encastillamiento, antidemocrático y fascistoide. Una cosa es votar a Donald Trump y otra bien distinta seguirle en su enloquecida carrera de deslegitimación del Sistema. El mismo Sistema cuyo garante máximo debería ser él mismo... ¡el mismísimo presidente! La actitud de este enfermo de egocentrismo y antiliderazgo.
El vigilante, más peligroso que los vigilados. Triste hoja de servicios
No es serio ni aceptable, por higiene política, social y sobre todo democrática, que el piloto de la nave sea quien agite el fantasma de un fraude que solo existe en su imaginación... y que ponga en duda la legitimidad del voto por correo solo por el hecho de que la mayor parte de quienes eligieron este sistema de ejercer su derecho fueran votantes demócratas. Trump, más Trump que nunca, volvió por enésima vez a acusar a los medios de comunicación de corruptos y de abanderar una gigantesca conspiración global contra él. ¡Pobre iluminado! La triste imagen de un loco que grita en soledad en mitad de la montaña, pero a quien ya nadie escucha.
Hasta Greta Thunberg ha propinado un sonoro "zasca" a través de las redes sociales al fanático, ya casi, exmandatario: "Relájate, Donald, relájate". Thunberg ha sido comedida porque ha tachado al enloquecido millonario de "ridículo". Yo le dedicaría algunos calificativos más gruesos. No quiero rematar esta pieza sin denunciar algo increíble, en mi opinión: el silencio cómplice de TODOS los mandatarios del mundo. Puede entenderse una equidistancia, o más bien una neutralidad institucional, hasta que se conozcan los resultados definitivos. Pero mantener esa actitud de «callada por respuesta» tras la increíble aparición de Trump de la noche-madrugada del jueves al viernes es, sencillamente, inaceptable. Pareciera que aún vivimos en el siglo XIX.
Nada deseo más fervientemente que este bochornoso episodio de la historia norteamericana acabe cuanto antes. Que Biden asuma las riendas cuanto antes, con firmeza y buen tino y la asistencia necesaria de su flamante y brillante vicepresidenta y América eche de nuevo a andar… pero en la dirección correcta: la que corresponde a una democracia pleno y la que corresponde al escrupuloso respeto al Estado de Derecho.
¡¡Suerte, Joe!! ¡¡Los americanos, la democracia y el mundo entero te necesitamos más fuerte que nunca!!
Juan Verde (Telde, Gran Canaria, 1971) no ha pegado ojo. No habría podido aunque hubiese querido porque el día después […]