Tras leer la publicación del embajador de Rusia, la mayoría de los lectores tal vez se haya dado cuenta de que el autor a toda costa evita mencionar los pasos que Rusia debería haber cumplido según sus compromisos, pero, lamentablemente, hasta ahora no lo ha hecho. Es un estilo muy característico de la propaganda rusa: exigir a los demás sin mostrar ningún esfuerzo por su parte.
Rusia sigue sin cumplir con sus compromisos internacionales. Tras comenzar de forma no declarada la agresión armada contra Ucrania en 2014, despachando sus tropas regulares al territorio ucraniano y apoyando logística y materialmente a los mercenarios, Rusia violó flagrantemente la Carta de las Naciones Unidas, el Memorando de Budapest de 1994, el Tratado con Ucrania de Amistad, Cooperación y Partenariado de 1997.
De conformidad con el artículo 2 de este Tratado, Rusia reconoció la inviolabilidad de las fronteras entre los dos países y asumió el compromiso de respetar la integridad territorial de Ucrania.
Para detener la agresión rusa existe un solo medio, el aumento de la presión coordinada de la comunidad internacional sobre el Kremlin
Los informes del Secretario General de las Naciones Unidas “Situación de los derechos humanos en la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol (Ucrania)” ponen de relieve lo rápido que se deteriora la situación en esta esfera en el territorio temporalmente ocupado. Las desapariciones, persecuciones étnicas de tártaros de Crimea y ucranianos, así como periodistas y activistas disidentes son numerosas.
Según el Secretario General de la ONU, para obtener pruebas las fuerzas del órden público de la administración de ocupación rusa en Crimea recurren a las torturas, incluidas simulacros de ejecución, palizas, descargas eléctricas y violencia sexual. Rusia tampoco cumple con la providencia de la Corte Internacional de Justicia para asegurar el acceso a la educación en Crimea en idioma ucraniano.
La ocupación temporal de Crimea por Rusia y la militarización de la península es un factor desestabilizador en el Mar Negro y el Mar de Azov, una amenaza para los corredores de transporte y la libertad de navegación, que tiene relación directa con el incremento explosivo de los flujos migratorios en el Mediterráneo hacia Europa en general y España en particular.
Con el objetivo de contrarrestar las violaciones flagrantes de los derechos humanos y una desinformación sistémica por parte de Rusia en Crimea, Ucrania ha anunciado recientemente la creación de la “Plataforma de Crimea”, un foro internacional que tendrá bajo sus auspicios los problemas de Crimea.
Para detener la agresión rusa existe un solo medio, el aumento de la presión coordinada de la comunidad internacional sobre el Kremlin.
La reciente decisión del Consejo Europeo sobre la prórroga del plazo de aplicación de las sanciones económicas y sectoriales contra la Federación de Rusia para otros 6 meses es un nuevo y poderoso mensaje que la UE brinda en apoyo a los esfuerzos de Ucrania en el marco del Formato de Normandía y el Grupo de Contacto Trilateral, con objetivo de restablecer la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.
En las circunstancias actuales, cuando el Kremlin demuestra con suma evidencia la ausencia de intención de cumplir de forma completa los Acuerdos de Minsk, la presión consolidada de la comunidad internacional sobre la Federación de Rusia, en forma de las restricciones (sanciones), tiene una importancia primordial.
La derogación de las sanciones es posible siempre y cuando Rusia se retire desde Crimea y de ciertas partes de las regiones de Donetsk y Lugansk, cumpla en totalidad los Acuerdos de Minsk, así como sea restablecida la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.
En el territorio temporalmente ocupado de Ucrania en Donbas, donde se nota una gran concentración de tropas y armamento rusos, la mayoría de los ciudadanos pro-ucranianos ha sido asesinada o forzada a desplazarse, la economía está en ruinas, reina injusticia.
No es de asombrar que Rusia no demuestra ningún interés por la participación en la cumbre del formato de Normandía. Rusia ha bloqueado el trabajo del Grupo de Contacto Trilateral en la sección política, ha limitado el acceso de la Misión Especial de Monitoreo de la OSCE a la parte temporalmente no controlada de la frontera entre Ucrania y Rusia, continúa la práctica de envíos ilegales de los trenes de carga y convoyes, suministrando las armas al territorio temporalmente ocupado.
Al mismo tiempo cabe recordar que era precisamente gracias a la iniciativa del Presidente de Ucrania Sr. Volodymyr Zelenskyy que en diciembre de 2019 tuvo lugar la cumbredel formato Normandía. Kyiv sigue siendo fiel a sus compromisos dentro de los Acuerdos de Minsk y del formato Normandía.
Ucrania ha cumplido con los compromisos sobre el intercambio de los detenidos, remoción de minas y apertura de nuevos puestos de control. A partir del pasado julio Ucrania sigue observando el régimen del alto el fuego a pesar de las violaciones de la cesación del fuego casi cotidianas por parte rusa.
Pese a los esfuerzos de Ucrania y la OSCE como el mediador en el proceso de las consultas dentro del Grupo de Contacto Trilateral, Rusia continúa bloqueando la finalización del plan de remoción de minas en nuevas áreas, retirada de las tropas y de los medios en nuevas localidades, así como la próxima etapa de liberación recíproca de los detenidos.
¿Está Rusia dispuesta a implementar los pasos para devolver la paz?
Es una pregunta retórica.
Serhii Pohoreltsev es el embajador de Ucrania en España.
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