Feliz Navidad, o lo que sea. El cielo es un frutero volcado, la casa es un regazo con galletas y pájaros, los árboles se han puesto gorro de mago y, por mí, el bicho y la política se pueden quedar fuera toda la noche, como cocheros tenebrosos. Los dioses navegan por ahí arriba como egipcios, las estrellas derrapan en los charcos, las ventanas se saludan con el sombrero, las manos se encaman con las manoplas, los pies se rozan como cachorros, los amores parecen todos en pijama, y hasta los ausentes vendrán a dejarnos el abrigo en el brazo, con las lágrimas o las monedas borradas de sus ojos. No es que estemos alegres o tristes o lejos, es que estamos vivos, al menos hoy, mientras algo cursi y verdadero canta en el cielo igual que un verso de Neruda.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Consejo de Estado avisa a Robles que debe permitir a los militares acceder a puestos OTAN
- 2 Desaparece un pendrive con la prueba por la que está imputado un alto cargo de Justicia
- 3 Bildu quiere prohibir los "tatuajes ultra" en los agentes de la Ertzaintza: "Son contrarios a los valores democráticos"
- 4 La gran sacudida de testosterona de Pedro Sánchez
- 5 Junts y PP tumban el decreto del Gobierno de subida de las pensiones
- 6 ¿Podría haber un ERE si Indra y Telefónica se fusionan?
- 7 Telefónica defiende que Begoña Gómez contactó con Rosauro Varo para el 'software'
- 8 Hamás emerge de túneles tras 15 meses de bombardeos israelíes
- 9 La UCO halla "información de interés" en el Whatsapp de García Ortiz