Sosos aciagos, bobos con talante, gafes con ramillete, inútiles afables, funestos abanicadores del desmayito rococó... Va a haber que reivindicar al iracundo, al encendido, al apasionado, al fuerte, al que grite, al que se cabree o incluso llore como lloró Merkel, grande y triste como una tahonera grande y triste. Va a haber que reivindicar al vehemente, al impetuoso, al faltón, porque los educados y los modositos, los de voz y ropa de gorrioncillo, se van del ministerio de Sanidad en el pico de la pandemia, con una de las peores gestiones del mundo a cuestas, y además le aseguran a su sucesora que va a “disfrutar”.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El experto que cree que los humanos podríamos vivir 20.000 años
- 2 Rubén Gisbert, ¿quién podía imaginar que...?
- 3 El Tribunal Constitucional corrige su doctrina y facilita la suspensión de derechos ante un estado de alarma
- 4 Presupuestos a cambio de elecciones
- 5 Y en el caos, a Sánchez lo persiguen nazis con escoba
- 6 Fernando Aramburu deja 'El País': "He perdido la fe en estas columnas"
- 7 ¿Cuál es el Mejor Magnesio para los músculos? Estas son las 10 mejores marcas en 2024
- 8 España, Francia y Marruecos frente a la justicia europea en el Sáhara Occidental
- 9 La Policía Nacional envía a mil alumnos a Valencia por la dana