Pedía mi admirado Arcadi Espada el otro día un Manifiesto por la Extinción de Ciudadanos, con un exceso de biología quizá, demasiada biología para un muerto, aunque uno aún puede recrearse en los hongos y coleópteros que nidifican el cadáver. La verdad es que Cs está teniendo un final caníbal y mal hervido, hay quien se lleva al Senado un pie cercenado, como un pie de elefante de rey africano; hay quien se lleva un brazo fláccido para el PP, hay quien conserva el tronco del muerto como un lomo a la orza, y hay quien se lleva el cráneo para hacerlo cáliz o cenicero. Algo así está haciendo la intelectualidad de Ciudadanos, que son como santos patrones que nunca entraron en realidad en política, sino que sólo inspiraban en domingos y fiestas de guardar, mandando palomas por las vidrieras y las columnas de prensa. A lo mejor por eso sólo quedaron en el partido mercenarios, realquilados y guapitos de cara.
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