El debate parecía una Santa Cena diabólica y cubista con Ayuso en el centro. Sin embargo, ante el decorado mareante y cortante como una escollera tormentosa, la batalla que se desarrolló fue sobre todo la de la izquierda. Ayuso saludaba a los micrófonos diciendo que creía que iba a pasar un buen rato, como si fuera a El hormiguero, pero la izquierda tenía que hacer que su votante se decidiera entre esa baraja que va del revolucionario al dormido. Para esa batalla, alguno hasta amagó con cambiarse de pellejo: Iglesias, de repente, decía al llegar que había que “respetar todas las ideas”. Era como si lo hubiera sustituido un ultracuerpo recién nacido a la democracia y a sus cortesías, que ni siquiera sabe qué es un adoquín. La izquierda no se atacaba, su competición era la de medirse con Ayuso, que, de rojo cocacola o rojo chino, parecía que había tomado el papel de Uma Thurman en Kill Bill, aunque menos hábil.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Avance semanal de La Promesa del lunes 7 al viernes 11 de abril
- 2 The White Lotus final: a qué hora emite Max España el capítulo 8
- 3 Así es el nuevo registro horario que las empresas deben realizar
- 4 Pumpido teme que los “recursos generalizados" al Tribunal Europeo se conviertan en una vía para no acatar las sentencias del TC
- 5 Aemet difunde un mapa de Marruecos con el Sáhara Occidental
- 6 Luis García Montero y el 'borrado' de la viuda de Ángel González
- 7 Hacienda recuerda el límite de dinero a retirar del cajero
- 8 Ana Rosa: "Siempre pensé que Sálvame acabaría en TVE"
- 9 Guerrilleros, la lucha minó el imperio francés de Napoleón