“Hot President” le llaman al presidente Sánchez en esta extraña visita que esta realizando a Los Ángeles, Nueva York y San Francisco, sin empresas del Ibex ni visita a la Casa Blanca, pero con algunas entrevistas en medios de comunicación y acompañado de unas pocas startups. Tras diez minutos de entrevista en un programa matinal de televisión, una multitud de supuestos norteamericanos se rinden a sus pies por su belleza, destacan en redes sociales su inteligencia, la elocuencia de sus palabras, su diplomacia, y sobre todo su físico. “El Kennedy español” le llaman en una multitud de curiosas cuentas que le han hecho ser tendencia durante unas horas.
Hay algo sospechoso en todo ello, muchas de las cuentas que le alaban son de reciente creación o no tienen seguidores, incluso en algunas su primer comentario publicado es precisamente este, como si hubiesen sido hechas para este único fin.
Hace un tiempo el diario ABC analizó 2.000 cuentas de seguidores de Pedro Sánchez y el 43% eran falsas, pero sucedía lo mismo con la mayoría de los líderes de los principales partidos políticos de este país.
Pero ¿es Sánchez el Kennedy español? Nuestro presidente no pertenece a una saga familiar de ricos millonarios; John Fitzgerald Kennedy se casó con la hija del alcalde de Boston, Pedro Sánchez con la del propietario de varias saunas gays en Madrid. Ninguno de los dos fueron estudiantes brillantes, aunque ambos fueron y son políticos fríos e inteligentes.
Kennedy fue un héroe de guerra cuando en 1943 salvó la vida de un marine. Lo más cerca que ha estado Sánchez de una guerra es cuando hizo tan solo 9 meses de servicio militar en Cáceres
Kennedy en un viaje a España en el verano de 1937, siendo su padre embajador en Londres, conoció de primera mano la Guerra Civil española y dicen que lo que vio marcó su vocación política. Sánchez tampoco olvida nuestra Guerra Civil y acude a la memoria histórica una y otra vez, es su obsesión, desde desenterrar al dictador y trasladarlo en helicóptero, hasta reescribir los libros de texto de esa etapa de España.
Kennedy fue un héroe de guerra cuando en 1943 salvó la vida de un marine tras destruir su buque un torpedo japonés. Lo más cerca que ha estado Sánchez de una guerra es cuando hizo tan solo 9 meses de servicio militar en Cáceres, a los 23 años, por prórrogas de estudios.
Los dos tímidos, aunque seguros de sí mismos y los dos derrotaron a sus contrincantes políticos enarbolando la bandera de la juventud y de la honradez, y no era fácil contra Nixon que solo le llevaba tres años a Kennedy. Más sencillo lo tuvo Sánchez contra Rajoy tras la Gürtel y frente a un presidente agotado y en retirada.
Kennedy, antes de ser asesinado, tuvo durante once años a su mano derecha para todo en política. Theodore Sorensen, su asesor y mucho más, era quien le escribía los discursos y quien pensaba las estrategias contra sus contrincantes. La celebre frase “No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país” es suya.
Mi amigo Iván Redondo solo estuvo tres años siendo la mano derecha y la izquierda de Sánchez; en sus inicios no daba un paso sin consultarle, su estrategia le hizo ganar la moción de censura, conseguir salir victorioso de dos elecciones generales y mantenerse en el poder hasta el día de hoy, aunque el PSOE pidiera su cabeza desde el primer día. “Este virus lo paramos unidos” es una de sus frases célebres y también “Yo me tiro a un barranco por Sánchez y voy a estar con él hasta el final” pronunciada a un mes de que él mismo dejara su cargo como director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
El entorno de Pedro Sánchez, especialmente Miguel Ángel Oliver, ex secretario de Estado de Comunicación, quiso inspirarse en Kennedy en los inicios de la presidencia de Sánchez, para borrar de la opinión pública el recuerdo de sus fracasos para alcanzar la secretaría general de su partido, y lo hizo imitando la foto que se hizo a Kennedy en su avión oficial mientras trabajaba con sus asesores, lo mismo hizo con Sánchez, también luciendo gafas de Sol, en el Falcon de Presidencia del Gobierno.
“Hot President” le llaman al presidente Sánchez en esta extraña visita que esta realizando a Los Ángeles, Nueva York y San Francisco, sin empresas del Ibex ni visita a la Casa Blanca, pero con algunas entrevistas en medios de comunicación y acompañado de unas pocas startups. Tras diez minutos de entrevista en un programa matinal de televisión, una multitud de supuestos norteamericanos se rinden a sus pies por su belleza, destacan en redes sociales su inteligencia, la elocuencia de sus palabras, su diplomacia, y sobre todo su físico. “El Kennedy español” le llaman en una multitud de curiosas cuentas que le han hecho ser tendencia durante unas horas.
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