La mesa de negociación, que me imagino así como enarenada para el evento, ganaría mucho llevando a esa especie de buda ario en tetas que vimos en la pelotera del Fossar de les Moreres. Sí, el que intentaba arrojar una papelera sin tropezar con sus pantalones (su hucha parecía vencer la gravedad con más éxito que sus brazos). O el calvo con melena que aparecía por ahí, como pidiendo paz o sólo papel de fumar.

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