A una semana del fin de la era Merkel el panorama político es volátil como nunca. En los sondeos está liderando actualmente el Partido Socialdemócrata (SPD) con el 25%. Siguen con conservadores (CDU/CSU) con el 22%, después vienen los Verdes, los liberales (FDP), la ultraderecha (AfD) y la extrema izquierda (Die Linke), en este orden.
Las posibles coaliciones de acuerdo con los sondeos actuales (+/- 2%), que no han sido descartados por los partidos, son las siguientes (las primeras tres refiriéndose a los colores de las formaciones políticas): una coalición Jamaica, formada por CDU/CSU (negro) junto a Verdes y Liberales (amarillo); una coalición semáforo, que la integrarían SPD (rojo), Verdes y Liberales; la llamada coalición Alemania que aunaría a la CDU y CSU, junto al SPD y Liberales; una Gran Coalición, como la actual en el gobierno con la Unión y el SPD, o una coalición de izquierdas, que sumaría a Die Linke a SPD y Verdes.
Los Liberales y los Verdes serán probablemente los 'kingmakers' en unas elecciones históricas
En comparación con España destaca que ya no existen barreras infranqueables entre los partidos demócratas de toda índole. Además, funciona el cordón sanitario con la ultraderecha que encarna Alternativa para Alemania (AfD).
Si bien es cierto que las diferencias ideológicas con el centroizquierda son considerables, el centroderecha, debido a la historia del país, descarta cualquier forma de colaboración con la ultraderecha de la Alternativa para Aleamania (AfD).
Así, con la excepción de la participación de la AfD todo es posible. La coalición Jamaica es la preferida del centroderecha, mientras que la llamada semáforo es la que atrae más a los partidos de centroizquierda. Los Liberales y los Verdes muy probablemente serán los kingmakers en unas elecciones históricas.
Campañas extrañas, candidatos inusuales
El SPD con su candidato Olaf Scholz, actual ministro federal de Finanzas, ha realizado una campaña inteligente, ocultando las personas y posiciones izquierdistas detrás del rostro del actual vicecanciller. Scholz se mercadea como el nuevo Merkel, moderado, un poco aburrido y sin la aspiración a aventuras políticas. En pocos meses el SPD casi ha doblado en intención de voto. Ni ellos mismos se lo pueden creer.
No existen muchos requisitos legales para presentarse como candidato a la Cancillería de Alemania. Básicamente un pasaporte alemán es suficiente.
Son dos las cualidades que los alemanes esperan de sus líderes: algo de experiencia y la sensación de que pueden representar a Alemania con seriedad, dignidad y, si fuera necesario, cierta firmeza en el mundo
Tampoco hay mucho requisito informal. Son dos las cualidades fundamentales que los alemanes esperan de sus líderes: algo de experiencia y la sensación de que pueden representar a Alemania con seriedad, dignidad y, si fuera necesario, cierta firmeza en el mundo.
Tanto la CDU/CSU como los Verdes escogieron en esta ocasión a candidatos con debilidades previsibles ante el electorado. Más bien, la lógica en ambos casos radicaba exclusivamente en juegos partidarios internos.
Los Verdes querían a una mujer a toda costa y la elegida fue Annalena Baerbock. No tuvieron en cuenta que, después de 16 años con una jefa de gobierno, el argumento feminista no iba a resonar mucho fuera del mundo verde. En una campaña con muchos errores evitables por parte de la formación ecológica (y mucho odio machista lamentable en las redes sociales) se ha mostrado que los alemanes no se equivocan: la experiencia importa. Baerbock ni ha sido ministra (ni siquiera a nivel regional en los Länder) ni ha liderado una campaña electoral relevante.
Por otro lado, el partido de Angela Merkel, la CDU, después de una dura batalla interna con el popular aspirante bávaro del partido hermano CSU, eligió a Armin Laschet. El jefe del gobierno regional de Renania del Norte-Westfalia, el más grande de la República federal, es un eficiente gerente político. ¿Sus principales fallos? Su personalidad moderada y alegre no resuena mucho en el resto del país. No representa ni firmeza ni modernización e igual que Baerbock ha cometido errores mediáticos graves y evitables.
¿El resultado? Los dos partidos han sufrido una caída impresionante en la intención de voto. Desde mayo los Verdes han dejado de ser el partido con más intención del voto a ser la tercera opción (del 27% al 16% aproximadamente) y la unión CDU/CSU actualmente sale como segunda fuerza con el 22% aproximadamente.
Los jóvenes darían la mayoría a Liberales y Verdes
Los liberales pueden estar muy contentos con los sondeos (entre el 11% y 13%), ya que sería la primera vez en su historia que logren resultados de dos dígitos en dos elecciones seguidas. En 2017 obtuvieron el 10,7% de los votos.
Ante una preocupante escasez de debates profundos sobre el futuro de Alemania y Europa en esta jornada electoral, los Liberales y los Verdes son los únicos que han presentado planes ambiciosos. Los enfoques son muy distintos, obviamente. El FDP cree en la libertad, y los ecologistas en el Estado omnipotente.
Si solo votaran los jóvenes alemanes, los Liberales y los Verdes juntos tendrían la mayoría absoluta.
Tres resultados positivos
El 40% del electorado todavía no sabe a quién votará el próximo domingo. Además, después del 26 de septiembre vendrán meses duros de negociaciones antes de contar con un nuevo gobierno alemán. Pero, a pesar de esta incertidumbre, ya conocemos tres resultados de las elecciones sumamente positivos:
- Gane quien gane, el nuevo canciller o la nueva canciller será profundamente proeuropeo. En tiempos del populismo de derechas e izquierdas por todos lados, esto en sí ya es una buena noticia.
- Esperanza para el planeta. El cambio climático es un tema prioritario para los votantes de todos los partidos serios con la consecuencia de que todos ellos tienen programas ambiciosos para combatirlo y adaptarnos.
- Geopolítica. Todos los candidatos de los partidos de centro quieren que Alemania y Europa estén mejor preparados para defender sus propios intereses en cuanto a la economía y la seguridad ante el nuevo orden mundial, al tiempo que subrayan la importancia de fortalecer la alianza transatlántica.
David Henneberger es director de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en Madrid.
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