La iniciativa parte de Mónica Oltra (líder de la coalición Iniciativa Compromís) y ha generado expectación. Más mediática que ciudadana, todo hay que decirlo.

Ha convocado un acto bajo el rótulo Otras políticas el próximo día 13 de noviembre en el Teatro Olympia de Valencia al que acudirán la vicepresidenta Yolanda Díaz, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la portavoz de Más Madrid, Mónica García, y la líder del Movimiento para la Dignidad y Ciudadanía de Ceuta, Fátima Hossain.

Oltra no da puntada sin hilo. Ha convocado el acto el mismo día que se celebra el Congreso del PSPV-PSOE, en el que Ximo Puig espera renovar su liderazgo en el partido. La evidente contraprogramación de la cabeza visible de Compromís demuestra el estado de sus relaciones con el presidente de un gobierno en el que ella ejerce de vicepresidenta.

¿Quién protagonizará los informativos locales ese día? Seguramente Puig. Pero en los medios nacionales la atención estará puesta en lo que se diga en el Olympia.

El acto se caracteriza por el morbo. No sólo por el pellizco de monja de la vicepresidenta de la Generalitat a Puig, sino, sobre todo, porque algunos medios lo sitúan como el arranque de ese Frente Amplio del que habló Pablo Iglesias el pasado 11 de octubre en Rivas-Vaciamadrid para bautizar el movimiento que debe liderar la ungida por él: Yolanda Díaz.

Otro punto que añade pólvora a este sarao es la ausencia de las ministras de Igualdad (Irene Montero), y la de Asuntos Sociales (Ione Belarra), lo que podría interpretarse como una muestra de la voluntad diferenciadora del supuesto nuevo movimiento político respecto a Podemos.

¿Se atreverán a marcar distancias con el partido que sigue liderando con control remoto Pablo Iglesias? ¿Es ese, de verdad, el cartel de la nueva izquierda a la izquierda del PSOE que pretende disputarle la hegemonía progresista?

Las protagonistas del acto del Olympia ya han advertido que no es el comienzo de ningún movimiento, ni tampoco el germen del Frente Amplio que quiere Pablo Iglesias

Para no decepcionar a la audiencia, las protagonistas del acto ya se han encargado de limitar su onda expansiva. La anfitriona ha declarado al periódico Información de Alicante que "no hay más pretensión que escucharnos". García, por su parte, dijo en El Objetivo, que este "es un acto que no esconde nada". Y la alcaldesa de Barcelona ha descartado que el encuentro de Valencia suponga "el lanzamiento de una plataforma política". No sabemos aún la opinión de Hossain.

La protagonista, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, también ha echado agua al vino negando que el mitin del Olympia sea la presentación de un movimiento político. "Nos reunimos para escuchar", insisten las protagonistas que lo que no quieren, por el momento, es enfadar a sus amigos de Podemos, a los que, si pudieran, esconderían en un baúl.

Montar una alternativa de izquierdas con posibilidades de sorpasso al PSOE es complicado. Lo intentó durante mucho tiempo Izquierda Unida. Pero ni siquiera Julio Anguita lo logró. Podemos estuvo a punto de hacerlo, pero en las elecciones de 2015 se quedó a catorce escaños del PSOE y, desde entonces, no ha hecho más que caer.

Montar algo al margen no sólo del PSOE, sino al margen de Podemos, es aún más complicado. Primero porque Iglesias no lo permitiría. Al fin y al cabo, él fue el que aupó a Díaz como próxima candidata de la izquierda no socialista. Pero luego están las rencillas internas. Iñigo Errejón, que acudió con Compromís a las elecciones generales, no quiere ni ver en pintura a Podemos. Mónica García puede querer volar sola, pero eso le llevaría a una ruptura del partidillo Más País (que sólo sacó dos escaños). En Valencia Compromís y Podemos se presentan con listas distintas y es muy probable que, si hay elecciones en la Comunidad, el partido morado se quede incluso por debajo del 5% necesario para obtener representación parlamentaria. No se sabe nada de quién sería el o la representante en Galicia, País Vasco o incluso en Andalucía de ese Frente Amplio o movimiento, como le gusta clasificarlo a su futura lideresa.

En fin, que, por el momento, queda mucho camino por recorrer y muchas tensiones que lidiar, la "guerra de egos", que dice Díaz, para que la nueva alternativa no estalle a los cinco minutos de haberse conformado.

En la Universidad de Otoño (la cumbre de Rivas-Vaciamadrid de la que ya hemos hablado), el cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, lanzó un dardo envenenado a los que quieren diluir el partido en algo irreconocible: "Los trostkistas y las drag queen se parecen en una cosa: a ambos les gustan las plataformas".

Quien piense que Podemos se va a dejar arrebatar sin pelear el protagonismo en el nuevo intento de competir por el espacio de la izquierda con el PSOE se equivoca. Iglesias ya ha dicho que su partido tiene que ser la "nave nodriza" de ese Frente Amplio que él propugna.

Por eso, el acto de Valencia quedará reducido a una sucesión de mítines, más o menos vibrantes, con críticas, claro está, a la derecha y a la extrema derecha, una foto y poco más. En fin, una mascletá.

La iniciativa parte de Mónica Oltra (líder de la coalición Iniciativa Compromís) y ha generado expectación. Más mediática que ciudadana, todo hay que decirlo.

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