Cayetana, vestida de rojo Fénix, de pluma flamígera, de diablesa del hombro izquierdo (o derecho), lo dijo ya al final, como si aquel teatro oscuro y encopado se mereciera el clímax del Don Giovanni de Mozart: “No me van a echar del partido”. Nadie se presenta así, de sirena de fuego, de cigarrera de gala, de pájaro de Stravinski, para anunciar su rendición ni su muerte política. Algunos piensan que este libro es un ajuste de cuentas, pero eso se hace cuando uno ya está muerto o se va a morir o se va a meter a monje radiofónico, a reliquia. Un libro así, escrito bien vivo y tras el que quedas viva y fuerte, como una dominatrix de rojo, eso es otra cosa. Eso es un manifiesto.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La larga lista de falsos infiltrados que ETA asesinó
- 2 Telefónica no cedió a la presión de Sánchez para defender la causa de Begoña Gómez
- 3 'El Ministerio del Tiempo' cumple diez años: todos sus secretos
- 4 Raúl Verdú, PLD: "Somos mejores que SpaceX en algunas cosas"
- 5 Las siete casas que acorralan a Ábalos un año después del inicio del 'caso Koldo'
- 6 Avance de 'Sueños de libertad' este lunes 24 de febrero
- 7 ¿Es España el 'almacén de gas' de Europa?
- 8 El Gobierno vio como una traición la entrada de STC en Telefónica
- 9 Amazon compra a James Bond: ¿elegirá Bezos a un 007 'woke'?