Inditex cayó ayer un 6,1% en Bolsa: 5.600 millones de pérdida. Aproximadamente, la facturación del grupo en un trimestre. El desplome se produjo tras conocerse que Marta Ortega, hija del fundador de la compañía, sustituirá en la presidencia de la misma a Pablo Isla.
El castigo del mercado puede tener varios componentes, pero, desde luego, no se le puede echar toda la culpa a ómicron. Los inversores a veces sobrereaccionan, y este puede ser el caso. Lo importante es saber si existe una base real para la desconfianza.
Isla lleva 17 años en Inditex y ha protagonizado su espectacular crecimiento, hasta convertirla en el líder mundial de su sector. La revalorización bursátil en ese periodo ha supuesto un 900%. El presidente, que dejará definitivamente su puesto en el mes de abril, es considerado por muchos como el mejor gestor del Ibex y, probablemente, uno de los mejores del planeta, y así se lo han reconocido algunas publicaciones internacionales de prestigio.
Además de abogado del Estado, cuando Isla fue fichado por Amancio Ortega tenía ya una dilatada experiencia de gestión, tanto en Banco Popular como en Altadis (antes Tabacalera). En 2005 sustituyó como primer ejecutivo a José María Castellano, que fue un hombre clave en el despegue de Inditex. Había dudas de que Isla pudiera igualarle, pero, con su estilo suave y ordenado, logró el milagro: expansión internacional y modernización de los procesos industriales y de distribución. El equipo Ortega/Isla funcionó a la perfección. Los números hablan por sí solos.
Ortega quería que su hija Marta le sucediera en el cargo... a él. La cuestión era si Isla seguiría en su puesto de mando o bien si Marta optaría por un primer ejecutivo alternativo.
La salida de Pablo Isla; la apuesta por un primer ejecutivo sin experiencia de gestión, y el excesivo peso familiar en la dirección son algunas de las razones de la caída en Bolsa de la primera empresa española
Pues bien, esta ha sido la elección. Aunque Isla tenía un consejero delegado, Carlos Crespo (que ahora ocupará el puesto de director general), él pilotaba las decisiones estratégicas de la compañía. A partir de abril, el puesto de primer ejecutivo lo ocupará Oscar García Maceiras, que se incorporó como secretario del consejo a Inditex en el mes de marzo. Es, como Isla, abogado del Estado y ha pasado por el Banco Pastor, donde conoció a Amancio Ortega, que era accionista de la entidad; después estuvo en el Banco Popular, que absorbió a la entidad gallega; luego se fue a Sareb y finalmente recaló en Banco de Santander, donde ha sido mano derecha de Jaime Pérez Renovales. A diferencia de Isla, la experiencia en puestos de gestión de García Maceiras es nula. Los que le conocen dicen de él que es brillante y trabajador. Pero, todavía, como capitán de empresa no se le conoce obra.
El relevo de Amancio Ortega por su hija Marta (que lleva trabajando en Inditex 15 años) era algo que estaba descontado. El síntoma de que ese relevo estaba próximo fue el reportaje/entrevista que publicó The Wall Street Journal el pasado 8 de agosto. Marta afirmaba en su conversación con WSJ: "Siempre estaré donde la compañía me necesite más". Pero no mostraba ningún interés por ocupar un puesto ejecutivo. "Es lo que mi padre hizo siempre", argumentó. En esa interesante pieza periodística la figura de Pablo Isla apenas si aparecía. Un dato revelador.
Uno de los rasgos de Isla es que no ha tenido nunca interés en peleas internas. Algunos dicen que eso es una muestra de su inteligencia. Por tanto, en su línea, ha aceptado la sucesión tal y como se ha producido, pacíficamente y sin ruido. Ofertas no le van a faltar. A sus 57 años tiene un currículum para enmarcar (algunos ya le ven presidiendo Criteria). Pero tampoco sería descartable que iniciara su propia aventura empresarial: su bien ganada fortuna no baja de los 200 millones de euros.
En el nuevo comité de dirección de la empresa estarán presentes Jorge Pérez Marcote y Oscar Pérez Marcote, cuñados de Ortega y, por tanto, tíos de Marta. Nadie cuestiona su profesionalidad, pero es otro dato a tener en cuenta.
Inditex es la primer empresa española. Tiene capacidad para seguir siendo un referente mundial y no hay que fijarse en el corto plazo cuando miramos la cotización, como bien dijo ayer Isla. Pero las razones por las que se ha producido el castigo son evidentes:
1ª Causa desconfianza la salida de Pablo Isla, que, hasta ahora, era un activo incuestionable de la compañía.
2ª La llegada de García Maceiras es una incógnita. Es una apuesta y, por tanto, un riesgo.
3ª Amancio Ortega controla el 58% de la compañía. De lejos, es el accionista mayoritario. Pero a partir de ahora el peso de la familia en la gestión será mayor y eso no gusta a los inversores.
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