Terremoto en la economía y las altas finanzas hispanas. Revolución en el imperio de Amancio Ortega. Por sorpresa, como suelen suceder casi siempre estas cosas, el 'factotum’ del gigante Inditex, el hombre que de la nada, ‘de cero a Zara’, creó la mayor multinacional del panorama económico español, acaba de designar a una de sus dos hijas, Marta Ortega, como sucesora plenipotenciaria y presidenta de la compañía a partir del próximo 1 de abril de 2022.
A sus 37 años, Marta Ortega hereda un imperio con 59 años de historia y 176.000 empleados repartidos a lo largo y ancho del mundo. Es por ello más que verosímil pensar que un relevo de tal calado no se ha decidido en pocas semanas. Tan es así, que son legión los que ahora buscan en las últimas declaraciones públicas de la nueva estrella emergente del firmamento financiero español verdades a medias o medias mentiras, escudriñando con lupa la entrevista que concedió a The Wall Street Journal. De ella extraen un titular sobre todos los demás: "Nunca sabes tu futuro y estoy abierta a él". ¿Desconocía la mujer tocada por el dedo divino de su padre, realmente, su destino inmediato o la frase, tomada en sentido literal, era ya una velada declaración de intenciones? Difícil saberlo. Habría que estar en su cabeza, y en la de los elegidos, muy pocos, que tenían noticia cierta del movimiento que estaba a punto de culminar Amancio Ortega.
¡La comunicación! ¡Siempre la comunicación!
Esta es para mí la primera gran clave en el análisis de una decisión que, de puro sorpresiva, por la brutal explosión financiera, social y mediática que ha supuesto, debería haber sido gestionada, desde esta parcela, de una forma más prudente, y desde luego más adecuada y profesional. No caeré en el estúpido tópico de decir que "la noticia era un secreto a voces desde hace meses" u otras manidas frases periodísticas de urgencia. Mentiría, eso sí, si dijera que yo no tenía información -al igual que otros, supongo- de que en los círculos más influyentes del mercado español se daba ya por hecho que la hija pequeña de don Amancio sería la heredera de este inmenso pastel empresarial. Mucho menos claro estaba cuándo se produciría tal relevo, como también era un arcano la dimensión y la amplitud del margen de poder con el que podrá manejarse Marta Ortega a partir del próximo 1 de abril de 2022. El hecho de que los acontecimientos se hayan precipitado así sólo podría tener una explicación razonable: que la avanzada edad del fundador, a quien deseamos muchos más años de plácida vida, haya recomendado no perder demasiado el tiempo en valorar si son galgos o podencos y tanto él como su círculo más cercano hayan considerado que lo mejor era dejar el futuro inmediato atado y bien atado lo antes posible.
Las réplicas del terremoto, cuyo alcance apenas hemos comenzado a vislumbrar, eran la causa, por ejemplo, de que en la primera sesión bursátil tras la bomba las acciones de Inditex se desplomaran más de seis puntos porcentuales. Me explican los expertos que esto no es grave y que estos desplomes tan abruptos suelen recuperarse en sucesivas sesiones. Es decir, que el precio de la acción repuntará a medida que se calmen las aguas, que los inversores recobren la tranquilidad y que los servicios de las agencias encargadas de gestionar la autocartera de la propia empresa se encarguen de comenzar a recoger -en la medida en la que el supervisor, la CMNV lo permita- todo el papel -los millones de acciones- que han salido huyendo al escuchar el primer campanazo.
¿Y de Pablo Isla, qué…?
Es sin duda la segunda gran clave en la disección de todo este apasionante culebrón familiar. La pregunta, formulada a la gallega, tiene todo el sentido del mundo. Atendamos a los datos; en 2010, el gigante textil hispano facturaba 12.527 millones de euros y tenía presencia en 77 países del mundo. En 2019, último año hábil antes de la pandemia, sus ventas se habían multiplicado hasta los 28.286 millones, siempre según datos de la compañía, y sus operaciones concernían ya a 202 países. Si quien ha manejado el timón de este portaaviones en esta última década, Pablo Isla, no ha tenido nada que ver en esta progresión tan vertical, que baje Dios del cielo, o quien corresponda, y lo vea. Siempre se dijo que el gran reto de Isla, cuando asumió poderes plenipotenciarios, era superar el reto de su fundador, un genio, nacido en una pequeña aldea leonesa que, con pocos estudios, pero una voluntad de hierro y una capacidad de trabajo sobrenatural, había llevado a Zara y al resto de las marcas del grupo, desde una pequeña tienda de La Coruña hasta el último rincón del mundo. En los próximos meses se hablará, y mucho, de en qué forma Marta Ortega es capaz de superar el legado que le deja el brillante Pablo Isla. Si el padre fundador fue el gran artífice capaz de crear un emporio desde la nada absoluta, su ejecutivo más distinguido ha sido el gran demiurgo del salto a la venta por internet; algo que, por su formación y por la generación a la que pertenecía, Amancio Ortega no podía, evidentemente, acometer. Está por ver, tiempo habrá, cuál será el rasgo, la huella que deje tras de sí Marta Ortega de aquí a unos años.
He hablado de culebrón financiero-familiar midiendo muy bien mis palabras. Marta Ortega no estará sola en su inminente y ciclópea tarea: se encargarán de arroparla dos de sus tíos, hermanos de su madre, Flora Pérez Marcote, segunda esposa de Amancio Ortega: Jorge Pérez y Óscar Pérez, directores generales, respectivamente, de Massimo Dutti y de Zara. Son ejecutivos muy curtidos, con treinta años de experiencia, el primero de ellos, y veinte, en el caso del segundo. Por terminar de precisar el nuevo diseño del gigante textil, remarquemos que Marta Ortega no tendrá un puesto ejecutivo y que su sanedrín estará también reforzado por el CEO de la compañía, el recién nombrado Óscar García Maceiras.
Una de las grandes dudas, considerando su experiencia, y si este último tiene realmente las cualidades de liderazgo necesarias para reto tan teutónico. Muchos lo dudan, supongo que quien le ha seleccionado y aupado a CEO, no.
El lado ‘fashion’ de Marta Ortega… y la sombra de su hermana Sandra
Tercera clave, y no menor: ¿Era Marta Ortega la adecuada? Nadie va a discutir a su padre su capacidad y poder de decisión. Pero no olvidemos que don Amancio tiene otra hija mayor, Sandra, fruto de su primer matrimonio con la ya desaparecida Rosalía Mera. Poseedora de un porcentaje accionarial que podrían llegar a dificultar una sucesión ordenada y tranquila. No parece probable dado el desinterés colosal que siempre ha mostrado la primogénita por los asuntos de la compañía. Otra cuestión a valorar es si el perfil, más social y mundano, de papel couché de la elegida, su sonada boda con Carlos Torretta Echevarría, sus apariciones en revistas del corazón y sus frecuentes reportajes en revistas de este corte, se acomoda con sus nuevas responsabilidades.
Con el nombramiento de su hija pequeña, culmina un proceso de sucesión de la compañía que arrancó hace más de diez años, cuando Isla, el auténtico responsable de haber convertido a Inditex en un gigante transnacional, sustituyó al primer Ortega. Existen estudios muy documentados acerca de la conveniencia o la inconveniencia de que empresas de esta dimensión se conviertan en clanes familiares, en monarquías financieras hereditarias, como las he denominado al inicio de esta pieza. Está demostrado que menos de un 50 por ciento sobreviven -saneadas y económicamente robustas- al primer salto generacional, y apenas un 16 por ciento al segundo. He consultado numerosos informes a este respecto, desde el Instituto de Empresa Familiar a reputados servicios de estudios de algunas entidades financieras. Todos coinciden.
No hay regla sin excepción, en cualquier caso; demos un voto de confianza a la nueva estrella de las finanzas españolas y asistamos con avidez a esta nueva serie, más entretenida sin duda que cualquiera de las que podamos encontrar en las mejores plataformas. Mientras tanto aconsejaría a los directivos de Inditex mejorar de forma considerable su comunicación. Una empresa con la reputación de Inditex no puede permitirse errores de bulto en la comunicación como los que hemos visto en el anuncio de esta sucesión. La reputación de una empresa, como también de una persona, es muy complicada de ganar, pero se puede perder fácilmente por errores u omisiones.
¡Suerte en su cometido, doña Marta! La necesitará.
Terremoto en la economía y las altas finanzas hispanas. Revolución en el imperio de Amancio Ortega. Por sorpresa, como suelen suceder casi siempre estas cosas, el 'factotum’ del gigante Inditex, el hombre que de la nada, ‘de cero a Zara’, creó la mayor multinacional del panorama económico español, acaba de designar a una de sus dos hijas, Marta Ortega, como sucesora plenipotenciaria y presidenta de la compañía a partir del próximo 1 de abril de 2022.
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