La Unión Europea ha dado, con motivo del ataque masivo del dictador ruso Vladimir Putin a Ucrania, un salto gigantesco hacia su siempre buscada pero nunca alcanzada madurez.

Ya antes, con motivo de la pandemia que lleva azotando al planeta desde hace dos años, la UE fue capaz de poner a punto un plan masivo y centralizado de compras de vacunas que, de no haber sido por esa gestión unitaria, habría llevado al continente a un desbarajuste dramático, a la nula coordinación entre los gobiernos y al sálvese quien pueda, que fue lo que comprobamos con horror cuando se trató de organizar la compra de material de protección para el sector sanitario y para la población en general.

La actuación unida de todos los países miembros de la UE hizo posible que las vacunas que los investigadores lograron poner a punto en tiempo récord estuvieran a disposición de todos los gobiernos de la Unión en lo que ha constituido un éxito sin precedentes de la Comisión.

Y no sólo eso. Simultáneamente a la lucha contra el virus, la Comisión Europea ha logrado poner en pie un plan milmillonario de ayudas para aquellos miembros de la Unión que necesitaran el apoyo de la UE para volver a poner en pie su economía gravísimamente dañada por los costes que ha supuesto esta arrasadora pandemia que no sólo se ha llevado por delante millones de vidas, sino las estructuras económicas y financieras de muchos de los miembros de la Unión.

Estos dos años transcurridos han puesto de manifiesto la absoluta necesidad y conveniencia de mantener y preservar los lazos que unen a todos los países que forman parte de la UE. El antieuropeismo se ha visto confrontado por la evidencia de que una relativa cesión de la soberanía tiene como contrapartida la inmensa mayor fortaleza de cada nación ante las amenazas que han golpeado al continente, y al mundo entero, en los últimos tiempos.

Europa es un espacio de valores compartidos que está dispuesto a defender hasta el último aliento porque que son los que nos identifican

Pero cuando la Unión Europea está dando definitivamente la talla como una potencia no sólo unida por los lazos comerciales y por los intereses económicos, en definitiva, cuando la UE ha demostrado que es y va a seguir siendo de ahora en adelante mucho más que un pacto de mercaderes, es precisamente ahora ante el conflicto desatado por el dictador ruso contra Ucrania.

El discurso del español Josep Borrell ante el pleno del Parlamento europeo dio la medida de lo que es esta Europa unida y de cómo y en qué dirección está dispuesta a actuar hoy y en el futuro. Europa es una potencia industrial y económica pero no es solo eso. Es también un espacio de valores compartidos que está dispuesto a defender hasta el último aliento porque son los que nos identifican: los valores de la libertad y del ejercicio pleno de  los derechos fundamentales que quien pretenda formar parte de la UE ha de compartir so pena de recibir graves sanciones o incluso la expulsión.

La respuesta dada por Europa a la bestial agresión de Putin a la población ucraniana es la prueba de que la UE ha crecido varios palmos en su cohesión y en su fortaleza, algo desconocido hasta ahora. Las sanciones impuestas, de acuerdo con EEUU, a Rusia son de hecho las más contundentes y radicales de la Historia.

Lo que está sucediendo respecto a Rusia, con el abandono de un número incontable de empresas de toda índole, empezando por las grandes multinacionales energéticas, pasando por las automovilísticas, aerolíneas, bancos y de todos los sectores que han decidido cerrar o paralizar su actividad comercial con Rusia es algo que no se había producido nunca.

Y Europa ha participado unida, con una sola voz en este proceso de castigo inédito hasta este momento. Las sanciones aprobadas el pasado fin de semana por la Unión Europea se han demostrado extraordinariamente efectivas al provocar un éxodo empresarial solo dos días después. Nunca se había producido un castigo a un país agresor en la escala que se está produciendo ahora. Y son medidas de una extraordinaria potencia que van más allá de una respuesta militar.

Putin va a arrasar Ucrania, la va a ocupar mediante la violencia, eso lo sabemos. Pero esta guerra ya la ha perdido

Putin va a arrasar Ucrania, la va a ocupar mediante la violencia, eso lo sabemos. Pero esta guerra ya la ha perdido. Pase lo que pase a partir de ahora, Ucrania ya nunca más será rusa.

La petición del presidente Volomídir Zelenski de ser integrado en la UE ha recibido una respuesta favorable a otorgarle el estatus de “candidato a la Unión”. Ya llegará el momento de discutir sobre los procedimientos de ingreso en la UE, pero ahora lo trascendental es la unanimidad en el acogimiento a la agredida Ucrania.

“Estamos peleando por la libertad que ustedes tienen” había dicho Zelenski minutos antes de que el Parlamento aprobara por una aplastante mayoría la tramitación de su petición: 637 votos a favor, 13 en contra y 36 abstenciones. Una votación que estuvo precedida por un aplauso emocionado y sostenido a las dramáticas y angustiadas palabras del presidente ucraniano.


En esta ocasión trascendental se produjo la unidad de casi todos los grupos pertenecientes a la Cámara europea. Lo había advertido Josep Borrell en su intervención: “Hoy está naciendo la Europa geopolítica”.   

Una Europa que ha demostrado ser una potencia que sabe que la libertad no tiene precio y está dispuesta a pagarlo, como dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Pero hay algo más. La UE logró alcanzar ayer un acuerdo que, este también, es histórico: ha firmado un acuerdo por el que se otorga una protección temporal a todos los que huyen de la guerra en Ucrania. Una decisión que permitirá a los que han huido de la persecución y de las bombas trabajar legalmente en el seno de la Unión y acceder a una serie de derechos, sin necesidad de tramitar peticiones de asilo de forma individualizada. 

La decisión se ha tomado por unanimidad después de haber negociado con los países reticentes como Polonia, Hungría o República Checa, que finalmente han aceptado abrir sus puertas de par en par a quienes huyen de la invasión rusa. Esto se produce después de años en que estos países se estuvieran negando a admitir el menor flujo de refugiados. Este es otro avance de gran trascendencia para el futuro.

No debería estar lejos el momento en que la UE aborde conversaciones y busque acuerdos para poner a punto un ejército europeo. Sin esa pata la Unión no estará completa y carecerá de la imprescindible autonomía de actuación.

Pero es un hecho que la Europa Unida en los valores que la identifican, defensora de las libertades individuales y garantía del respeto a los derechos humanos ha dado en estos días un paso de gigante hacia su consolidación como potencia económica, comercial pero también, y sobre todo, política.

La Unión Europea ha dado, con motivo del ataque masivo del dictador ruso Vladimir Putin a Ucrania, un salto gigantesco hacia su siempre buscada pero nunca alcanzada madurez.

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