A menos que el PP y el PSOE  decidieran de repente que había llegado la hora de rescatar el bipartidismo imperfecto con el que un partido y el otro se han ido turnando en el poder apoyándose, eso sí, en los partidos nacionalistas vasco y catalán cuando no lograban la mayoría absoluta en las elecciones generales, es muy poco probable que con la llegada de Alberto Núñez Feijóo se vaya a inaugurar la era de los pactos de Estado engarzando uno con otro sin solución de continuidad.

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