El primer fin de semana de este mes de abril de 2022 pasará a la historia, entre otras cosas, por haber sido la fecha elegida para una nueva refundación -ya van varias en su historia- de un PP que, con la actual composición parlamentaria, sigue siendo la primera formación política de la oposición pero que ha atravesado en las últimas semanas las horas más bajas de toda su historia. Con un nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, único candidato a la Presidencia Nacional y sustituto de Pablo Casado, elegido casi por aclamación y con nuevas y renovadas ideas, con las que los populares pretenden plantear desde este momento el ‘asalto’ al gobierno de España, que con Pedro Sánchez a la cabeza atraviesa un momento especialmente delicado.
En estos últimos días hemos conocido ya, con alguna sorpresa incluida, los nombres del ‘Sanedrín’ que acompañará al líder gallego en su nueva tarea. Su ‘número dos’ será, como nueva Secretaria General, la hasta ahora portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra. Suya es una de las frases que mejor resume este cónclave: "Cerramos una crisis de la que salimos unidos". A su lado, como ‘número tres’ de la formación y Coordinador General trabajará Elías Bendodo. Entre las funciones más sobresalientes de las que tendrá que responsabilizarse el exitoso y muy pragmático político malagueño, viejo y astuto ‘zorro’ curtidos en mil batallas en el gobierno de los asuntos públicos, estará la de convertirse en el imprescindible enlace entre la citada Secretaría General y las distintas Viceseretarías. Por lo demás, esta ‘conexión andaluza’, o más en concreto malagueña, deja clara la idea de los pesos y equilibrios territoriales que el nuevo líder tiene en la cabeza, habida cuenta también, que han sido una de las grandes debilidades de Pablo Casado y Teodoro García Egea en la etapa anterior. No puedo por menos de aplaudirlo. Madrid, su comunidad, es un modelo de éxito para el PP, pero no es ni debe ser el único.
Un equipo nuevo, pero con experiencia sobrada.
Existía una notable expectación, siempre es así, a la hora de conocer los nombres de las personas que van a acompañar a Alberto Núñez Feijóo en esta nueva etapa. Siempre recuerdo que la política española peca en exceso de personalismos, sin que esto sea malo siempre y cuando los liderazgos sean sólidos.
España necesita a los mejores y a los más dispuestos a arrimar el hombro para sacar al país del marasmo en el que se encuentra
Es importante destacar que el veterano político gallego ha recurrido a muchos nombres de algunas de las distintas etapas en las que Mariano Rajoy estuvo al frente del partido. En mi opinión, es un rasgo positivo, siempre y cuando esta ola ‘vintage’ no huela a rancio y cree rechazo en las nuevas generaciones de derecha, a las cuales parece tan atractiva la propuesta de la extrema derecha de VOX. En un tiempo, líquido y volátil como en el que vivimos se hace más necesaria que nunca la experiencia en la gestión de los asuntos públicos y la veteranía, por encima de la mera construcción y transmisión de mensajes, más o menos ingeniosos, para el puro marketing político, la mera propaganda, o el consumo inmediato de las redes sociales. Nombres como el de González-Pons, responsable de la organización de este histórico Congreso o el de la exitosa ministra, porque lo fue, Fátima Báñez, deben volver al primer plano de la actualidad y de la gestión. España necesita a los mejores y a los más dispuestos a arrimar el hombro para sacar al país del marasmo en el que se encuentra. La oposición del Partido Popular que hemos visto en los últimos meses ha sido muy errática y enormemente influenciada por las decisiones de los demás, fueran decisiones del gobierno o de VOX. Todo esto no ha ayudado nada a solucionar de la manera optimal los graves problemas a los cuales los españoles se han enfrentado. Pandemia, crisis económica y financiera, inflación disparada y un largo etcétera de retos que han visto protagonista esencial el gobierno, pero también una oposición a veces falta de sentido de estado y crítica realmente constructiva. Buena experiencia y veteranía, pueden ayudar mucho.
Esto no debe significar que el cuatro veces presidente de la Xunta no deba tener las manos libres para tomar las decisiones que crea oportunas para enderezar el rumbo de su partido y para liderar la construcción de la alternativa ideológica para España que aspira a representar. El propio Rajoy ha enfatizado en su intervención en el hecho de que no busca protagonismo y se compromete a ‘no estorbar’. Nadie le había pedido tan categórica afirmación, pero tampoco está de más que la haya hecho.
¿Cómo funcionará el maridaje entre Feijóo y Ayuso? La gran incógnita.
Una de las claves del futuro inmediato del PP, dentro de la construcción de esa alternativa a la que me acabo de referir, es la relación que van a mantener el nuevo líder, Feijóo, con la carismática, aunque a veces, complicada de gestionar, presidenta madrileña, Díaz Ayuso. Sin duda ambos son los mayores activos electorales del PP, aunque a nadie se le escapa que su arquitectura ideológica no es idéntica.
En ningún lugar está escrito que un partido político deba ser un bloque de cemento cohesionado en el que no pueden convivir distintas sensibilidades
No me atrevería a simplificar calificando a Ayuso como más ‘conservadora’ y a Feijóo, como hacen sus detractores más ultramontanos cuando quieren desprestigiarle como ‘más progre’. En ningún lugar está escrito que un partido político deba ser un bloque de cemento cohesionado en el que no puedan convivir distintas sensibilidades, en este caso más conservadoras clásicas, algunas, y más liberales, otras. Al fin y al cabo, un partido es también un ‘aparato de poder’, en el mejor sentido de la palabra: una maquinaria electoral que para ganar elecciones y conseguir llegar a presidir el poder Ejecutivo y ser mayoritario en el Legislativo debe aglutinar al mayor número posible de sectores de la sociedad, y la española, con más de 30 millones de personas con derecho a voto y 47 millones de habitantes es especialmente poliédrica. El movimiento se demuestra andando y habrá que ir viendo, con el devenir de los meses, si el ‘maridaje’ entre Feijóo y Ayuso, como un buen vino blanco con el mejor de los pescados, funciona o es un mero ropaje de cara a la galería. Si hay fricciones, lo sabríamos enseguida. Me ha gustado una de las frases de Díaz Ayuso que será también otro de los titulares que quedarán de este fin de semana: "Este Congreso es la respuesta a una crisis que nunca debió existir". Es evidente que la presidenta madrileña respira por la herida, pero en el fondo, el aserto, es completamente real y certero.
Aznar: el pasado más rancio
Como anécdota, cabe reseñar que la intervención del otro expresidente, José María Aznar, se ha producido por videoconferencia al dar positivo en Covid. Las personas muy religiosas gustan de decir que, a veces, ‘Dios escribe derecho con renglones torcidos’… y en este caso, el destino, o Dios, o lo que sea, no han podido estar más acertados, separando físicamente la etapa más reciente de gobierno del PP, la de Rajoy, con la más pretérita, de Aznar, que albergó algunos de los mayores escándalos de corrupción de nuestra reciente democracia y la participación de España en una guerra, la de Irak, a la que nunca debimos acudir. De hecho, frente a una intervención en positivo de Mariano Rajoy, José María Aznar ‘no ha defraudado’ y fiel a su estilo no ha podido ser más catastrofista acerca su diagnóstico de la actual situación política de España. Pocos ya, afortunadamente, le escuchan y menos aún le tienen por referente, ni en su partido ni, por supuesto, fuera de él.
El futuro está por escribir.
Enterrados políticamente Pablo Casado y Teodoro García Egea, se abre una nueva etapa en la derecha española y en el futuro político de este país. De Feijóo dependerá si este pasa por el entendimiento y la voluntad de consenso, al menos sobre los grandes asuntos de Estado, con el gobierno de Sánchez, en la grave situación en la que nos encontramos, o se deja arrastrar por los cantos de sirena de la populista y electoralmente pujante ultraderecha; tengo para mí que hará lo primero. Feijóo es un gran político, muy veterano, con un olfato ‘muy gallego’ para saber lo que con viene a España y no creo que defraude en ese sentido a los que así lo esperan. Personalmente, creo que es lo que más convendría a España en estos momentos. Por otro lado los populares europeos ya han dejado muy que la alianza con la extrema derecha no les hace ninguna gracia.
El primer fin de semana de este mes de abril de 2022 pasará a la historia, entre otras cosas, por haber sido la fecha elegida para una nueva refundación -ya van varias en su historia- de un PP que, con la actual composición parlamentaria, sigue siendo la primera formación política de la oposición pero que ha atravesado en las últimas semanas las horas más bajas de toda su historia. Con un nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, único candidato a la Presidencia Nacional y sustituto de Pablo Casado, elegido casi por aclamación y con nuevas y renovadas ideas, con las que los populares pretenden plantear desde este momento el ‘asalto’ al gobierno de España, que con Pedro Sánchez a la cabeza atraviesa un momento especialmente delicado.
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