Nadie en Ucrania permanece indemne ante el conflicto en curso. Se calcula que 18 millones de personas -un tercio de la población- precisarán de ayuda humanitaria. Y se estima que 10 millones de personas han sido desplazadas, de las cuales casi 6,5 millones continúan en el país. Estas son las terribles cifras que llegan desde Ucrania: las necesidades humanitarias crecen día a día. Pero detrás de estos números hay historias, nombres, rostros de personas que están sufriendo en estos momentos.
Detrás de estos números hay historias, nombres, rostros de personas que están sufriendo en estos momentos".
Hace poco volví de Ucrania y Rumanía, y tuve la oportunidad de ser testigo de la situación y de hablar con diferentes personas. "En los últimos días no he tenido noticias de mis padres. Estoy preocupada, pero seguiré haciendo todo lo posible para servir a mi comunidad". Son las palabras de uno de nuestros colegas de la Cruz Roja desde su sede en Vinnytsia. Fue inspirador escuchar las palabras de los voluntarios y el personal de la Cruz Roja ucraniana que han perdido sus hogares, sus comunidades y a sus seres queridos, pero que siguen realizando la labor de prestar ayuda y consuelo a las familias necesitadas.
Me siento sinceramente abrumado por su resistencia y su compromiso con el humanitarismo en medio del conflicto. Una vez más, queda clara la importancia de contar con actores locales bien formados y organizados para responder a cada emergencia: espero que los donantes y socios lo reconozcan, como nosotros, y sigan apoyando a los actores locales como nuestras Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Otro compañero de la Cruz Roja nos explicó que, en las últimas semanas, miles de ucranianos decidieron ser voluntarios de la Cruz Roja local para servir a sus comunidades. Hemos visto esto en muchas emergencias, desde Siria hasta la franja de Gaza o incluso después de desastres naturales o recientemente durante la pandemia del Covid-19. Esto es para mí una gran señal positiva: el emblema de la Cruz Roja es un signo de esperanza.
Resulta habitual que durante el día y la noche se escuchen sirenas: un duro recordatorio de que el conflicto está cerca, y el peligro está ahí fuera".
Vinnytsia, como en otros lugares del país, está llena de personas desplazadas. Desde hoteles hasta escuelas y gimnasios, la gente intenta encontrar un sitio seguro donde quedarse. Pero la seguridad siempre está en peligro. Resulta habitual que durante el día y la noche se escuchen sirenas: un duro recordatorio de que el conflicto está cerca, y el peligro está ahí fuera.
Entre varias prioridades, mientras escribo este artículo, el acceso en Mariúpol sigue siendo una de las primeras en la lista: hay una necesidad urgente de acceso, no sólo para evacuar a las personas que quieren salir de la ciudad, sino también para llevar los bienes esenciales. Los habitantes de la ciudad viven en condiciones inaceptables, sin electricidad ni agua corriente, y carecen de alimentos, agua y artículos básicos.
Comparto la frustración de las personas que me hablan de Mariúpol: ningún ser humano merece salir en condiciones tan insoportables. Y hace poco nos conmocionaron a todos las imágenes que llegaban de Bucha: aunque los civiles estén protegidos por las leyes internacionales, siempre pagan el precio más alto. Hoy en día, el 90% de las víctimas de los conflictos armados son civiles, mientras que en la Primera y Segunda Guerra Mundial el porcentaje llegaba casi al 50%. El sufrimiento de los civiles crece en lugar de disminuir: es una señal muy preocupante.
Hoy el 90% de las víctimas de los conflictos armados son civiles, mientras que en la I y II Guerra Mundial el porcentaje llegaba casi al 50%".
Desde el comienzo del conflicto, los equipos de la Cruz Roja ucraniana han llegado a más de 400.000 personas en todo el país, distribuyendo 2.649 toneladas de ayuda de emergencia, incluyendo alimentos, ropa de cama, mantas, tiendas de campaña, agua y artículos de higiene. Los equipos de la Cruz Roja también apoyaron a las autoridades en la evacuación de personas, ayudando a más de 79.000 personas a ponerse a salvo desde diferentes zonas como Energodar, Sumy, la región de Kiev, Járkov y la región de Jersón.
En todo el país, los voluntarios están prestando primeros auxilios y apoyo psicosocial, transportando a las personas al hospital, ayudando a reunir a las familias a través de la línea de atención telefónica de la Cruz Roja, y entregando ayuda humanitaria a los refugios antibombas, instalaciones médicas y alojamientos temporales para los desplazados.
La Cruz Roja Ucraniana no sólo presta primeros auxilios, sino que también instruye a las personas que se refugian en sótanos y refugios: una actividad fundamental para fortalecer las comunidades locales. En Chernivtsi, visité un centro logístico y humanitario. Garantizar una cadena de suministro es un esfuerzo que salva vidas: toda la ayuda que llegó a Chernivtsi fue distribuida en 48 horas por los equipos de la Cruz Roja ucraniana en todo el país.
Muchos de los que han cruzado la frontera simplemente piden una taza de café o té."
La labor de la Cruz Roja continúa también fuera de Ucrania, apoyando a las personas que se desplazan. Me impresionó lo que vi en Rumanía: Los equipos de la Cruz Roja rumana han estado trabajando las 24 horas del día en los pasos fronterizos desde el primer día, mostrando una gran empatía y humanidad, proporcionando artículos básicos, así como tarjetas SIM y estaciones de carga de móviles, para ayudar a las personas que se han separado de sus seres queridos en Ucrania a volver a conectarse. Muchos de los que han cruzado la frontera simplemente piden una taza de café o té. Una ayuda aparentemente sencilla como ésta puede ofrecer a las familias tranquilidad en un momento que de otro modo sería desesperante.
Nuestro trabajo continúa también en muchos otros países europeos. Cruz Roja Española, desde el primer momento, ha estado apoyando la operación humanitaria a través de una campaña de recaudación de fondos y diferentes actividades tanto en la zona de conflicto como en España, donde la Cruz Roja está trabajando en la recepción e integración de las personas que llegan de Ucrania con una atención específica a los niños. Como siempre, la Cruz Roja Española confirmó su gran compromiso y dedicación a la humanidad.
La solidaridad mostrada en todas partes es reconfortante. Espero que esto suponga un punto de inflexión en la actitud de la UE hacia los migrantes y refugiados: todos los que huyen de la violencia, la pobreza y la guerra deben ser protegidos y tratados con dignidad, desde las fronteras ucranianas hasta las fronteras meridionales de la UE en el mar Mediterráneo.
Francesco Rocca es presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC)
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