El Senado tenía algo de plaza de toros desmontable esperando el primer cara a cara de Sánchez y Feijóo. Era como un duelo llevado artificialmente a una colina o a una pagoda, lejos del familiar escenario del Congreso, al que vemos ya como un café con sus muebles y sus riñas de café. El Senado es feo, es como un tanatorio, y además Sánchez siempre parece que va allí a dar el pésame, apresurada y envaradamente, antes de volver a su Moncloa a quitarse la peste pegajosa a crisantemo de pueblo. Feijóo también parecía un invitado a galletas de velatorio, es lo que tienen estos raudos descabezamientos de partido, que dejan al nuevo líder de convidado en el entierro ajeno, en su propia fiesta y hasta en su primer combate por la vida. No hay que esperar mucho de los primeros enfrentamientos ni de los primeros encamamientos, pero al menos pudimos ver que Feijóo va a ser tranquilo y letal, y que, frente al nuevo adversario, Sánchez no va usar otra táctica que seguir siendo él, con flor o lágrima de guapo.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Trump firma los aranceles anunciados tras pasar el día jugando al golf
- 2 ¿Es mejor orinar sentado o de pie?
- 3 La otra cara de la UME: salario bajo, jornadas interminables y secuelas físicas
- 4 Feijóo y el complejo Intxaurrondo
- 5 Óscar López lanza un pulso a Ayuso (y al Supremo) al elegir a Pilar Sánchez Acera como su número dos
- 6 Premios Feroz: “Una buena alfombra roja nos beneficia a todos”
- 7 La Diputación de Badajoz amplía las óperas del hermano de Sánchez en plena investigación: costarán 373.125 euros
- 8
- 9 DeepSeek: la herramienta líder de IA que compite contra ChatGPT