Uno de los momentos más importantes que viviremos este verano será la Operación paso del Estrecho, donde millones de personas naturales del Magreb, cruzarán a través de España y de sus puertos hacia el norte de África, y volverán. La operación, que se inició en cooperación con las autoridades marroquíes el día 15 de junio, acabará el 15 de septiembre. Su punto álgido, a mitades de julio, cuando se cruzarán los que se marcharán con los que volverán, será cuando se pondrá en evidencia si las relaciones con Marruecos y España son correctas, o no.
El origen de la operación lo encontramos en 1986 con la llamada Operación Tránsito, y formalmente en 1987 con el nombre actual. El motivo por el cual cientos de miles de personas cruzan el estrecho de Gibraltar es porque se trata de gente que vino a Europa, sobre todo a España y Francia, como mano de obra. Y es en el período de vacaciones cuando vuelven a casa a ver a la familia y estar con los suyos, principalmente en coche, y después en ferry. De aquí que sean tan importantes los puertos españoles y marroquíes durante la misma. Salvo en contadas ocasiones, donde el paso del Estrecho ha coincido con otras festividades como el Ramadán, y esto ha provocado que el tránsito de gente sea menor, este año no es así.
No solamente es un dispositivo policial de gestión de masas, es también un termómetro para medir las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos
La Operación Paso del Estrecho no solamente es un dispositivo policial de gestión de masas, donde este año se prevé que se superen los tres millones de personas las que lo hagan entre junio y septiembre. Se trata también de un termómetro para medir las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos, pues muchas veces las autoridades marroquíes han generado problemas en los puntos de acceso para generar tensiones en la península. Es importante recordar que como es una operación hecha por tierra y mar, es en la parte marítima fronteriza donde existen estos problemas. Como también, algunas veces, en los puestos fronterizos terrestres de Ceuta y Melilla. Que haya problemas en el puerto de Tánger, por ejemplo, tiene como repercusión que miles de personas se encuentren en Algeciras sin poder cruzar.
Este año pero, la Operación Paso del Estrecho y los incidentes que en ella aparezcan no solamente serán una cuestión de cooperación entre las autoridades de Marruecos y España. Será también objeto de fiscalización si ha servido de alguna cosa sacrificar las buenas relaciones existentes con Argelia para que Marruecos cause los mismos problemas o no lo haga, durante tal operación de movimiento y protección de masas. Recordemos que la Operación Paso del Estrecho es de las mayores operaciones de movimiento de personas del mundo, comparable a la operación de cooperación saudita durante el Hajj, donde se gestionan los visados, la seguridad y el alojamiento de millones de personas que viajan a La Meca.
La prometida estabilidad marroquí a cambio de empeorar las relaciones con Argelia pasará su prueba de algodón en poco menos de un mes
Será pues, seguramente en julio, durante el período que se solapan las dos fases de la Operación Paso del Estrecho, cuando tendremos que estar atentos de que no haya incidentes de cooperación entre Rabat y Madrid. Las consecuencias políticas que puede haber si surgen problemas provocados pueden ser trascendentes, pues se supone que el cambio de posicionamiento respecto al Sáhara Occidental ha sido para evitarlos. Y además, no solamente es una cuestión bilateral a nivel de repercusión, pues habrá ciudadanos franceses, alemanes, belgas o portugueses también implicados. No solamente son magrebíes españoles los que cruzan, sino que provienen de gran parte de Europa Occidental.
La prometida estabilidad marroquí a cambio de empeorar las relaciones con Argelia pasará su prueba de algodón en poco menos de un mes. Veremos entonces si realmente es un socio fiable, o el ejecutivo español ha hecho uno de los peores movimientos diplomáticos desde la Transición. De momento, todo apunta a lo segundo, pues las relaciones comerciales están suspendidas, y ya hay pérdidas económicas en algunos sectores como el cárnico, que en algunos aspectos depende de las exportaciones con Argelia.
En conclusión, este año la Operación Paso del Estrecho será de especial trascendencia por diferentes motivos: hace dos años que no se celebra debido a las restricciones de la pandemia de covid-19, será un termómetro en las relaciones entre España y Marruecos, como también servirá de punto para conocer si hay buena o mala colaboración policial entre ambos estados. Las dos últimas son en las que el ejecutivo español se juega su credibilidad frente las instituciones europeas, como también frente los españoles, porque el cambio de posicionamiento respecto el Sáhara Occidental fue, según el propio Ministerio de Asuntos Exteriores, para mejorar y consolidar las relaciones con Rabat.
Guillem Pursals es politólogo, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.
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